Por EFE
Ciudad del Vaticano.– El papa Francisco denunció en su nueva encíclica” Fratelli Tutti” (Hermanos todos) publicada hoy que “la fragilidad de los sistemas mundiales frente a la pandemia ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado” y que existe la necesidad de “rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas».
La tercera encíclica del papa, que lleva el título de una
frase de San Francisco de Asís se publicó hoy y el pontífice explica que cuando
estaba redactando esta carta, “irrumpió de manera inesperada la pandemia de
Covid-19 que dejó al descubierto nuestras falsas seguridades».
Este documento, explica el papa, es una respuesta “para quienes quieren construir un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas, en la vida social, en la política y en las instituciones».
Y cuando se habla de la pandemia, Francisco señala que “más
allá de las diversas respuestas que dieron los distintos países, se evidenció
la incapacidad de actuar conjuntamente».
El papa explica que “el dolor, la incertidumbre, el temor y
la conciencia de los propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el
llamamiento a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la
organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra
existencia».
Advierte que “pasada la crisis sanitaria, la peor reacción
sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de
autopreservación egoísta». Y pide que esta pandemia “no se trate de otro
episodio severo de la historia del que no hayamos sido capaces de aprender».
“Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron por
falta de respiradores, en parte como resultado de sistemas de salud
desmantelados año tras año. Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un
salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos
necesitamos y nos debemos los unos a los otros”, añade.
Francisco destaca además que “la crisis financiera de
2007-2008 era la ocasión para el desarrollo de una nueva economía más atenta a
los principios éticos y para una nueva regulación de la actividad financiera
especulativa y de la riqueza ficticia”, pero que “no hubo una reacción que
llevara a repensar los criterios obsoletos que siguen rigiendo al mundo».
“El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos
quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal”, agrega. “Se trata de un
pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a
cualquier desafío que se presente.
El neoliberalismo se reproduce a sí mismo sin más,
acudiendo al mágico “derrame” o “goteo” -sin nombrarlo- como único camino para
resolver los problemas sociales”, asegura.
Francisco aboga entonces por “volver a llevar la dignidad
humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales
alternativas que necesitamos».
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