Vincent de Luca
Dependiendo de lo que usted lea, hablar más de un idioma puede o no hacerlo más inteligente. Es comprensible que estos mensajes contradictorios sean un poco confusos. Es que nada es tan sencillo como se suelen describir las cosas cuando se trata de neurociencia.
No podemos dar un simple "sí" o "no" a
la pregunta de si ser bilingüe beneficia a su cerebro. En cambio, es cada vez
más evidente que si su cerebro se adapta al uso de varios idiomas y cómo lo
hace, depende de cuáles son y cómo los usa.
Las investigaciones sugieren que a medida que aprende o usa
regularmente un segundo idioma, se vuelve constantemente "activo"
junto con su idioma nativo en su cerebro. Para permitir la comunicación, su
cerebro tiene que seleccionar un idioma e inhibir el otro.
Este proceso requiere esfuerzo y el cerebro se adapta para
hacerlo de manera más eficaz. Se altera tanto estructuralmente (a través de
cambios en el tamaño o la forma de regiones específicas y la integridad de las
vías de la materia blanca que las conectan) como funcionalmente (mediante
cambios en la cantidad de regiones específicas que se utilizan).
Estas adaptaciones generalmente ocurren en regiones y vías
del cerebro que también se utilizan para otros procesos cognitivos conocidos
como "funciones ejecutivas". Estos incluyen cosas como la memoria de
trabajo y el control de la atención (por ejemplo, la capacidad de ignorar
información que es competitiva pero irrelevante y concentrarse en un objetivo).
Los investigadores miden estos procesos cognitivos con
tareas diseñadas específicamente. Un ejemplo de tales pruebas es la tarea
de flanker, en la que los participantes deben indicar la dirección
de una flecha específica que está rodeada por otras flechas que miran en la
misma dirección o en la opuesta. Ser bilingüe puede mejorar potencialmente el
desempeño en tareas como estas, generalmente en tiempos de reacción más rápidos
o con mayor precisión.
Pero no todos los estudios encuentran consistentemente
estas mejoras de rendimiento. De hecho, algunos encuentran que los bilingües y
los monolingües se desempeñan de manera muy similar.
El grado en que el cerebro se adapta estructural y
funcionalmente al bilingüismo también varía. Algunos estudios sugieren que los
bilingües y los monolingües usan el cerebro de manera diferente para completar
una tarea de función ejecutiva, incluso si el desempeño de los dos grupos es
similar.
Otros estudios han encontrado diferencias en la estructura
del cerebro, pero cómo estas diferencias se manifiestan y las regiones y vías
del cerebro involucradas no siempre son coherentes. Esta variabilidad,
especialmente en las tareas de la función ejecutiva, ha llevado a algunos
investigadores si realmente hablar más de un idioma tiene un impacto sólido en
el cerebro.
Sin embargo, el bilingüismo se presenta en muchas formas y
maneras. Por ejemplo, algunos bilingües aprenden un segundo idioma desde que
nacen y otros, mucho más tarde. Algunos bilingües necesitan cambiar
constantemente entre sus dos idiomas, mientras que otros hablan un idioma en
casa y otro en el trabajo.
Sería sorprendente que esta variabilidad en el bilingüismo
no supusiera una diferencia en cómo se adapta el cerebro. Por tanto, cada vez
hay más argumentos a favor de considerar el bilingüismo como un espectro de
experiencias en lugar de una distinción binaria entre bilingüe y monolingüe. Se
han propuesto varios modelos sobre la forma en que diferentes adaptaciones
cerebrales podrían vincularse a experiencias específicas del lenguaje bilingüe.
Un número creciente de estudios también ha examinado
aspectos específicos de la experiencia bilingüe, como el tiempo que alguien ha
estado usando más de un idioma, la regularidad o diversidad de uso y la
cantidad de cambios entre idiomas. Estos estudios encuentran de manera crucial
que las diferentes experiencias del lenguaje tienen efectos distintos sobre la
adaptación del cerebro y el desempeño en tareas que miden ciertas funciones
ejecutivas.
Es más, estas adaptaciones son dinámicas, lo que significa
que el cerebro parece seguir adaptándose con la experiencia continua y
cambiante. Por ejemplo, en las primeras etapas del aprendizaje y el uso de un
idioma adicional, o si ambos idiomas se usan con frecuencia en el mismo
entorno, el cerebro adapta regiones en áreas frontales de la corteza (regiones
muy utilizadas para funciones ejecutivas) para manejar de manera más efectiva
mayor esfuerzo requerido para seleccionar y controlar los idiomas.
Sin embargo, si alguien se mantiene activamente bilingüe
durante mucho tiempo, otras regiones del cerebro como los ganglios basales y el
cerebelo también se adaptan. Estas regiones se utilizan para completar una
tarea de manera más eficiente o automática, como lo hace su cuerpo a medida que
mejora su forma física o aumenta la memoria muscular. Tales adaptaciones en la
estructura del cerebro indican un cambio hacia un manejo más eficiente de la
competencia lingüística.
El siguiente paso es averiguar cuánto se relacionan entre
sí estas diferentes experiencias y resultados. Recientemente, mis colegas y yo
hemos mapeado lo que sabemos sobre las relaciones entre las diferentes
experiencias del lenguaje bilingüe y las diferentes formas en que el cerebro
podría adaptarse a ellas.
¿Qué pasa con nuestra pregunta original: el bilingüismo
beneficia a su cerebro? Bueno, eso depende. Mientras todavía hay muchísimo por
aprender sobre cómo es exactamente que el cerebro se adapta a la experiencia
bilingüe, ya está claro, por lo menos, que la forma cómo usted usa una segunda
lengua es lo que puede marcar una gran diferencia.
* Vincent de Luca. Posdoctorando en la Facultad de
Psicología de la Universidad de Birmingham.
Fuente: theconversation.com
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