Por Arturo Torres
Es una
hormona, ya que viaja a través de la sangre para llegar a diferentes zonas del
organismo y cumplir su tarea en los rincones más recónditos de este, pero también
es un neurotransmisor, lo que significa que actúa como intermediaria en la
comunicación entre las neuronas que se establece en los espacios
sinápticos.
A
continuación puedes leer las principales características de la
adrenalina y las funciones que cumple en nuestro cerebro y
más allá de este.
¿Dónde se
encuentra la adrenalina?
La
adrenalina es producida por nuestro cuerpo, concretamente en las glándulas
suprarrenales que se encuentran encima de los riñones. Sin embargo,
también puede ser sintetizada en los laboratorios para crear fármacos administrados
en casos de emergencia médica. Esto último, por sí mismo, sirve para hacernos
una idea de la importancia que tiene para nuestro organismo la existencia de
una sustancia como la adrenalina, que interviene en varios de los procesos más
básicos de supervivencia.
Adrenalina:
la sustancia de la activación
Es cierto
que la adrenalina cumple muchas funciones, pero eso no significa que no podamos
reconocer un patrón más o menos claro en los diferentes efectos que esta tiene
sobre nosotros. Este patrón puede ser resumido en lo siguiente: la
adrenalina es la hormona y el neurotransmisor de las situaciones en las que
tenemos que estar alerta y activados. Dicho en otas palabras, la adrenalina
nos predispone a reaccionar rápidamente y nos prepara para sacar el máximo
rendimiento de nuestros músculos cuando es necesario moverse con una cierta
velocidad, ya sea a causa del peligro que corremos o por encontrarnos
en situaciones en las que se nos ofrece la oportunidad de ganar algo si
somos lo suficientemente ágiles.
La
adrenalina nos prepara para las situaciones en las que necesitamos estar
especialmente activados tanto física como psicológicamente. Es por eso que se
puede decir que la adrenalina desencadena mecanismos de supervivencia que
se ponen en marcha en situaciones de emergencia, como aquellas en las que se
percibe peligro o se tiene que reaccionar de manera rápida.
Diferentes
mecanismos de activación
La
adrenalina no actúa globalmente activando nuestro organismo, ya que no existe
un único "resorte" que nos ponga en ese estado de alerta. En vez de
eso, va a diferentes partes del cuerpo para producir diferentes efectos que, en
su interacción unos con otros y con el resto de funciones vitales, tienen como
consecuencia la activación.
Los procesos
de puesta en alerta más importantes que la adrenalina desencadena al ser
segregada en cantidades relativamente altas son estos:
1. Dilata
las pupilas
La
adrenalina hace que las pupilas se dilaten, para que así entre más luz
y seamos más conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor. Se trata
de un mecanismo biológico que durante millones de años nos ha ayudado a
adaptarnos al entorno y a reaccionar rápidamente a los posibles peligros que
nos acechan.
2. Dilata
los vasos sanguíneos
Gracias a la
adrenalina, los vasos sanguíneos más relacionados con los órganos vitales se
ensanchan, mientras que los que son más finos y están próximos a la capa
externa de la piel se comprimen (dándonos un aspecto algo pálido), ya que no
son tan importantes y en situaciones de peligro podrían llegar a romperse. El
resultado es un aumento de la presión sanguínea, y una mayor
resistencia ante eventuales ataques o accidentes.
3.
Moviliza el glucógeno
La liberación de adrenalina está relacionada
con la descomposición del glucógeno, que es la energía que queda reservada en
los músculos y otras partes del cuerpo para aquellos momentos más demandantes
físicamente. La consecuencia de esto es que la concentración de glucosa
en sangre lista para ser quemada (por ejemplo en caso de peligro
inminente) aumenta.
4.
Aumenta el ritmo cardíaco
Consigue que
el ritmo cardíaco se vuelva más rápido para que podamos hacer frente a
grandes esfuerzos de manera más fácil. Al bombear más sangre, nuestros
músculos están mejor abastecidos de oxígeno, por lo que pueden realizar mayores
esfuerzos.
5. Frena
el movimiento de los intestinos
Ralentiza el
movimiento intestinal, ya que consume una energía que no es tan
necesaria en momentos de alerta. Una forma de garantizar que la energía se
concentre en los músculos.
6.
Aumenta el ritmo en que respiramos
La
adrenalina aumenta el ritmo con el que inspiramos y expiramos, para
oxigenar mejor la sangre y rendir más físicamente. Esto nos permite
reaccionar de una manera más enérgica ante estímulos que indiquen peligro, a
pesar de que un minuto antes estuviésemos en estado de reposo.
7.
Consolida los recuerdos a largo plazo
Existen
estudios que sugieren un papel de la adrenalina a la hora de hacer que
determinados aprendizajes queden consolidados en la memoria emocional, de
manera que sea más fácil recuperarlos a largo plazo.
Efectos
fisiológicos y psicológicos
Igual que
ocurre con todas las hormonas y neurotransmisores, no se puede decir que la
adrenalina tenga efectos sólo en la dimensión "racional" de nuestra
psique, al igual que no los tiene exclusivamente en nuestra parte más emocional.
Las
funciones que cumple son tanto fisiológicas (como la
regulación de la presión arterial o del ritmo respiratorio y la dilatación de
las pupilas) como psicológicas (mantenernos en alerta y ser
más sensibles ante cualquier estímulo), ya que ambos dominios se solapan.
Los
excesos de adrenalina también se pagan
Un exceso
de adrenalina no sale gratis para nuestro organismo. Los desajustes al
alza en los niveles de esta sustancia pueden generar hipertensión, dolor de
cabeza, aumento de temperatura y síntomas asociados a los desórdenes
de ansiedad o estrés crónico, como las náuseas, los temblores o
los problemas para dormir. Además, los picos de adrenalina pueden hacer
que la visión se vuelva más borrosa, ya que incrementan la presión en los
ojos.
Esto es algo
que deberíamos tener en cuenta a la hora de valorar la calidad de nuestro
estilo de vida. Estar todo el día muy activos puede resultar más o menos productivo
según la persona y el contexto, pero seguro que no es saludable. El cuerpo
necesita descansar y es por ello que debemos hacer caso a las señales
que nuestro cuerpo nos envía en forma de cansancio y sueño.
Referencias
bibliográficas:
- Cahill L, Alkire MT (March
2003). "Epinephrine enhancement of human memory consolidation:
interaction with arousal at encoding". Neurobiology of Learning and
Memory. 79 (2): pp. 194 - 198.
- Martin, J.H. (1997).
Neuroanatomía. Texto y Atlas. Madrid: Prentice Hall.
- Netter, F.H. (1999). Sistema
Nervioso: Anatomía y Fisiología. Madrid: Masson.
- Paradisis, M.; Osborn, D. A.
(2004). Adrenaline for prevention of morbidity and mortality in preterm
infants with cardiovascular compromise. The Cochrane Database of
Systematic Reviews (1): CD003958.
- Soler, M. (Ed.). (2003).
Evolución. La base de la Biología. Granada: Proyecto Sur de Ediciones.
El autor es Licenciado en Sociología por la
Universitat Autónoma de Barcelona. Graduado en Psicología por la Universitat de
Barcelona. Posgrado en comunicación política y Máster en Psicología social.
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