Barcelona (España).– Que el dinero no da la felicidad no es solo un refrán porque un estudio científico acaba de certificar que las sociedades donde el dinero juega un papel menos relevante tienen niveles de felicidad más altos.
El estudio, que publica la revista científica PLOS ONE, lo
llevaron a cabo el Instituto español de Ciencia y Tecnología Ambientales de la
Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) y la Universidad McGill de Canadá
tras entrevistar a habitantes de zonas urbanas y rurales de las Islas Salomón y
de Bangladesh y comparar los resultados con las estadísticas de los países
escandinavos, que son los que tienen los índices de felicidad más altos.
La investigación, publicada recientemente en la revista
PLOS ONE, analizó cómo las personas califican su bienestar subjetivo en las
sociedades donde el dinero juega un papel mínimo y que generalmente no se
incluyen en las encuestas globales de felicidad.
Según los resultados, la mayoría de los ciudadanos de las
zonas donde se usa menos el dinero expresan niveles de felicidad más altos,
especialmente en aquellas donde predomina una economía de subsistencia.
En estas comunidades, los autores del estudio encontraron
que los ciudadanos manifiestan un grado de felicidad comparable al de los
países escandinavos, que suelen obtener la calificación más alta del mundo.
“Los resultados sugieren que se pueden lograr niveles altos
de bienestar subjetivo con una monetización mínima, desafiando así la
percepción de que el crecimiento económico produce un aumento automático de la
satisfacción vital entre las poblaciones menos desarrolladas económicamente”,
según los autores del trabajo.
Para analizar cómo la monetización afecta a la sensación de
bienestar, los investigadores convivieron con pequeñas comunidades pesqueras
con diversos grados de monetización, en las Islas Salomón y en Bangladesh, dos
países con ingresos muy bajos.
Durante unos meses, con la ayuda de traductores locales,
entrevistaron a 678 personas con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años
(promedio de edad de 37 años), residentes tanto en áreas rurales como urbanas.
Las entrevistas fueron diseñadas para obtener información
sobre lo que significaba la felicidad para ellos, así como para conocer mejor
sus estados de ánimo, su estilo de vida, sus actividades domésticas y
relacionadas con la pesca, sus ingresos y el nivel de integración en el
mercado.
Los investigadores descubrieron que en las comunidades
donde el dinero se usaba más, como en las zonas urbanas de Bangladesh, los
residentes expresaban niveles de felicidad más bajos.
“En los sitios menos monetizados, vemos que las cosas que
más felices les hacen sentir son pasar el mayor tiempo posible con su familia y
estar en contacto con la naturaleza”, detalla Sara Miñarro, investigadora del
ICTA-UAB y autora principal del estudio.
“Sin embargo, a medida que aumenta la monetización,
encontramos que los factores sociales y económicos comúnmente reconocidos en
los países industrializados juegan un papel más importante.
En general, nuestros hallazgos sugieren que la
monetización, especialmente en sus primeras etapas, en realidad puede ser
perjudicial para la felicidad”, destaca Miñarro.
Según los autores, “curiosamente, mientras que
investigaciones previas han determinado que la tecnología y el acceso a la
información sobre sociedades lejanas con estilos de vida diferentes, al
ofrecerles estándares con los que comparar sus vidas, pueden afectar a la
evaluación de las personas sobre su propio bienestar, no sucede así en estos
países».
“Nuestro estudio apunta a posibles formas de lograr la
felicidad que no están relacionadas con los altos ingresos y la riqueza
material”, indica en un comunicado Eric Galbraith, profesor del Departamento de
Ciencias Planetarias y Terrestres de McGill y coautor del estudio.
Los autores subrayan que su trabajo demuestra que “las
fuentes de felicidad no están relacionadas con la producción económica” y que
“cuando las personas se sienten cómodas, seguras y libres para disfrutar de la
vida dentro de una comunidad fuerte son felices, independientemente de si ganan
dinero o no».
Fuente: https://eldia.com.do/
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