Por Pelagio Rosario
La educación es una necesidad humana para proporcionar una mayor y mejor calidad de vida de las personas y, para tal aspiración requiere de una gerencia administrativa con habilidades, destreza y perspicacias suficientes que permita sortear los obstáculos y visualizar el futuro con optimismo, para que, aun en las peores circunstancias, pueda inculcar a su equipo de trabajo y más que todo, a los actores principales del proceso de enseñanza aprendizaje y a la sociedad en general, la fe y la confianza que genere un hito de esperanza en un mundo carcomido por la violencia social y económica, que ha venido diluyendo los valores en que se sustenta la convivencia social.
En esta reflexión, queremos destacar el papel desempeñado por el actual
ministro de educación de la Republica dominicana, Dr. Roberto Fulcar, quien
desde que fue señalado por el presidente Luis Abinader, como posible ministro
de educación, inicio un proceso de materialización de las utopías de los
educadores dominicanos, consistente en proporcionar una educación de calidad y
que le fuera útil a los estudiantes, ya que por décadas veníamos acumulando en
el almacén social, bachilleres que no le servían para nada a esta, ya que no
reunían las competencias necesarias y suficientes para insertarse en el mercado
laboral y retornarle a los contribuyente su inversión en la “formación” que
habían recibido en los centros educativos.
En tal sentido, El Dr. Roberto Fulcar constituyo un equipo de trabajo que
le ayudara a planificar el propósito de alcanzar el cumplimiento de esta
utopía, “su utopía”, como educador por antonomasia. El mismo fue escogiendo
atendiendo a competencias y la capacidad de cada uno de ellos, de trabajar en
equipo, con una peculiaridad que lo caracteriza a él, como líder de equipo, que
es la HORIZONTALIDAD, con la certitud, de que esta cualidad es necesaria para
obtener resultados favorables en el trabajo institucional y social. Dentro de
este contexto y en pleno proceso desarrollo de la epidemia COVID-19, lo cual
todos sabemos las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la misma,
se requería del impulso sostenido de acciones que devolviera a los ciudadanos
la fe y la confianza suficiente, de que era posible salvar el año escolar, aun
en el contexto sanitario que estábamos viviendo en ese momento; sin embargo,
gracias al apoyo irrestricto recibido del presidente LUIS ABINADER, el coraje y
liderazgo en el sector educativo del Dr. ROBERTO FULCAR, ya designado Ministro
de educación, se inició un proceso de unir voluntades institucionales y
sociales, a fin de lograr el sagrado propósito de salvar el año escolar. Es de
ahí, que surge la implementación de la modalidad educativa a distancia que, aunque
ya algunas instituciones tienen décadas utilizándola en el país, no se había
generalizado. Claro, ahora no solo debía hacerse a distancia, debido a que se
había prohibido la presencialidad en los centros educativos, por el posible
contagio del COVID-19, sino que, la educación debía llegar a toda la población,
aun en el proceso de desarrollo de la pandemia.
LA EDUCACION A DISTANCIA
La educación a distancia adquiere una importancia capital, en el contexto
antes señalado, ya que sugiere la utilización de todos los medios disponibles
de comunicación existentes en el país, para poder llegar a las familias de todo
el país, tanto urbanas como rurales; en las llanuras como en las montañas, así
como en los rincones más escondidos de nuestras zonas marginadas rurales y
urbanas.
Es aquí donde el liderazgo y el vasto conocimiento de los componentes
característicos del sistema educativo dominicano, del Dr. Roberto Fulcar, se
ponen de manifiesto, en ese proceso de unión de voluntades y de identificación
de los sectores empresariales y sociales que estén dispuestos a apoyar este
desafío, de ganarle la pelea a la pandemia del COVID-19.
Es así como se desarrollan acuerdos con la mayoría de plantas radiales y
televisivas y medios escritos, a fin de que faciliten los espacios para la
trasmisión de las clases en todos los grados, niveles y modalidades, para
llevarle el suculento pan de la enseñanza a todos los estudiantes del país, de
manera VIRTUAL (sincrónica y asincrónica), auditiva y visual no presencial y
mediante folletos escritos. A todo esto, es a lo que hemos venido llamando LA
MODALIDAD DE EDUCACION VIRTUAL A DISTANCIA.
Este atrevimiento, del señor Ministro de educación, Dr. Roberto Fulcar,
(con su venia, maestro, pero la gloria es solo de aquellos que se atreven a…)
este atrevimiento, repito, no hacía más que apoyar las políticas que, en
materia educativa, había proyectado el Presidente Luis Abinader y que bajo la
egida (como coraza que llevaba el soldado griego en el brazo para la defensa de
….) del fuerte liderazgo del ministro era posible implementar, en estos tiempos
de crisis sanitarias, ya que su implementación implicaba la disposición de
cuantiosos recursos económicos y humanos, que sometido a una gerencia
administrativa transparente, han dado al traste con la puesta en marcha de lo
que yo he llamado el TREN AVE (tren de alta velocidad) de la educación
dominicana, en el que debían subir los principales actores del proceso de
enseñanza aprendizaje, (maestros. Padres, estudiantes y …).
Ante esta situación, se encontró con un problema fundamental, la brecha
digital de que adolece, no solo el sistema educativo nacional, sino, la
sociedad dominicana en general. Se iniciaron las acciones para garantizar el
acceso a internet en los centros educativos públicos esencialmente y a una
cantidad importante de la sociedad dominicana.
En ese sentido, se debió, de inmediato, desarrollar acciones orientadas a
la capacitación y/o actualización del personal docente de los centros
educativos, en materia del manejo de las computadoras, pues ya, el señor
ministro de educación tenía en su agenda, el suministrarles a maestros y
alumnos, sus respectivas computadoras, a fin de que, iniciado el año escolar,
el día 2/11/2020, estos estuvieran los equipos y los conocimientos suficientes
para conectarse por internet y así iniciar su proceso de enseñanza-aprendizaje
de manera virtual, en la modalidad a distancia.
Para lograr este propósito, era necesario la erogación de sumas
considerables de dinero, que permitiera suministrar esta capacitación primero y
luego los equipos electrónicos necesarios, lo cual se logró, gracias a la
constante buena disposición del señor Presidente Luis Abinader y al solido
liderazgo del Dr. Roberto Fulcar, no solo en el sector educativo, sino, además,
en los diferentes sectores de la sociedad dominicana, integrando a dicha
solución al sector empresarial, como a los sectores políticos de la nación.
Iniciado este hermoso proceso, en el que todos los actores del sector
educativo se habían unido en torno a la visión del ministro de educación, de
que se debía tomar la pandemia (epidemia) del Covid-19, en la Republica
dominicana, como una oportunidad para dar el salto cualitativo que por tantas
décadas habían esperado los actores principales del sector educativo (maestros,
estudiantes, padres, etc.) e integrar al sistema otros componentes necesario,
que contribuyeran a mejorar el servicio educativo que presta el MINERD, a fin
de garantizar a las sociedad unos resultados educativos que refleje un
ciudadano con valores y útil a la sociedad, a fin de retornarle a esta, la gran
inversión que hacemos para preparar a nuestros hijos y el futuro de nuestro
país.
Ese maestro del cual hemos hablado en esta reflexión, que ha liderado
este complejo y difícil DESAFIO, de dar el salto cualitativo de la educación
dominicana, haciendo de la crisis sanitaria una oportunidad para cambiar
positivamente y a favor de maestros y estudiantes, el proceso de aprendizaje,
haciendo de esa utopía de los docentes, SU UTOPIA. Nacido en una zona rural,
entre las montañas del Sur profundo, lleva como nombre, ROBERTO FULCAR, hoy
ministro de educación.
¡¡QUE JEHOVA PROTEJA A LOS QUE COMO EL, CONFIAN EN DIOS Y SE ATREVEN A
BUSCAR Y ALCANZAR SU SUEÑO!!
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