Tener un desequilibrio en el PH vaginal puede traer consecuencias futuras en la salud íntima de la mujer y por eso, es muy importante que lo mantengas estable. En esta nota te contamos cómo regularlo.
El Ph vaginal se mide en una escala que marca la acidez y
alcalinidad, siendo 7 el número de referencia para comparar. Si es mayor a 7 se
considera alcalino y, por el contrario, es ácido. La vagina tiene la
particularidad de higienizarse a sí misma gracias a los fluidos naturales que
segrega y a los valores normales de PH- entre 3,8 y 4,5- que favorecen el
crecimiento de bacterias benignas y combaten las perjudiciales.
La acidez de la vagina y su PH generan un entorno perfecto
para el crecimiento de bacterias benignas, que combatirán a las malas y
ayudarán a mantener limpia y saludable la zona íntima. Lograr mantener estables
los valores de acidez previene infecciones y enfermedades.
Los niveles de PH por encima de 4,5 deja más susceptible la
zona íntima a la vaginitis o a la inflamación del tejido vaginal, las cuales
son ocasionadas por bacterias alteradas por malos hábitos diarios y por
infecciones como la candidiasis.
Para evitar estos problemas, se debe tener cuidado con
varios factores que producen la alteración del PH. Las duchas vaginales no
están recomendadas ya que dejan la vagina más propensa a infecciones. Por otro
lado, es necesario evitar el uso de toallitas femeninas, las cuales generan
humedad y jabones con perfume, que también alteran los niveles correctos de PH.
A su vez, es muy importante beber abundante agua e ingerir frutas y verduras.
Fuente: https://www.diariolibre.com/
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