Ana Callejo Mora
Según esta experta, “la
creatividad está asociada a múltiples ámbitos de la persona y,
de la misma manera que nuestro instinto musical puede inspirarnos para
estimular la imaginación, la energía sexual puede abrirnos todo
un universo de inventiva y creación”.
Cómo trabajar la energía sexual
Cuando
una persona percibe que su energía sexual se encuentra en niveles muy bajos y
este hecho se transforma en un problema, Rodríguez Orellana aconseja que “lo
recomendable es trabajar en la determinación de los factores concretos que lo
provocan y si estos son psicológicos, somáticos o de ambos tipos”.
En
muchas ocasiones, comenta la psicóloga, lo que ocurre es simplemente que el
individuo atraviesa una época complicada, cuyo ejemplo pudiera ser la pandemia
de coronavirus que actualmente
padecemos, en la que dedicamos casi toda nuestra energía a ir superándola y a
adaptarnos a la nueva situación, tan desafiante e inesperada.
“La
transformación de la energía sexual dependerá de las
características particulares de cada persona y de cada circunstancia. Pongamos
algunos ejemplos: cuando una mujer acaba de ser madre, la totalidad de su
energía va dirigida a responder a la nueva y exigente realidad, apenas queda
algo para la sexualidad”, señala Rodríguez Orellana.
Otro
caso paradigmático es el de la pareja que se separa y
sus componentes no están muy por la labor de someterse en breve a nuevas
experiencias. Normalmente, la energía se utiliza
para adaptarse a la nueva situación y afrontar nuevos retos personales.
‘Alimentar’ la energía sexual con proyectos
¿Canalizar
la energía sexual puede ayudar a poner en marcha nuevos proyectos y hacer que
funcionen? “En realidad, los nuevos proyectos, las necesidades de adaptación,
el emprendimiento requieren del empleo de una gran cantidad de energía. Esto
sucede, incluso, si las necesidades o proyectos son antiguos y lo que se
persigue es consolidarlos”, comenta la directora de Coaching Club.
“La
capacidad de los seres humanos es limitada y lo más probable es que esta
distracción de buena parte de nuestra energía vaya en detrimento de nuestro
deseo sexual, pero tal vez podamos
convertir -con trabajo- el flujo unidireccional en
un componente de doble sentido y nuestra energía sexual se alimente con
el buen desarrollo de los nuevos proyectos”, indica Rodríguez
Orellana.
Entonces, ¿al
estar inmerso en un proyecto laboral puede suceder que se deje a un lado la
vida sexual durante un tiempo? “Obviamente esa es una
contingencia muy verosímil. Lo importante es que seamos conscientes de ello, de
que ese proyecto laboral nos consume parte de esa energía que precisamos para
que se active el deseo sexual y que no seamos tan exigentes como para querer
abarcarlo todo con idéntico rendimiento al que conseguimos cuando nos centramos
en un único objetivo”, concluye la psicóloga.
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