La utilización del frío y el calor para tratar las lesiones deportivas es una práctica recurrente. Pero, ¿sabes cuál aplicar según el problema físico? En esta oportunidad te ayudamos a resolver este interrogante.
Practicar cualquier actividad física representa un riesgo automático de lesiones imprevistas. Cuando esto sucede, se generan muchas dudas con respecto a la manera de abordarlas. Y si bien la aplicación de frío y calor para las lesiones deportivas es ampliamente recomendada, se presentan algunos vacíos conceptuales que es necesario llenar.
¿Cuándo está indicado el frío o el calor? ¿Cómo se aplican?
¿Cuáles son sus beneficios? ¿Qué tiempo de contacto se recomienda? Cada uno de
estos interrogantes quedarán disipados si continúas leyendo. ¡Aprende a tratar
tus lesiones de forma efectiva!
Frío para las lesiones deportivas
El frío tiene la finalidad de tratar afecciones
musculoesqueléticas. En un sentido más estricto, la crioterapia local se
utiliza para contrarrestar la inflamación, las lesiones ocasionadas por algún traumatismo
y la distensión muscular. Para ampliar el abanico de opciones en las que la
utilización de hielo es adecuada, considera las siguientes dificultades
físicas.
- Esguince.
- Bursitis.
- Rotura
muscular.
- Inflamación.
La manera de actuar del frío es a través de la
vasoconstricción, es decir, el estrechamiento de los vasos sanguíneos. De esta
manera, el flujo sanguíneo que se dirige a la zona afectada tiende a
reducirse, lo que ayuda a bajar en poco tiempo la inflamación.
Beneficios
Los beneficios del frío para las lesiones están en el
alivio del dolor producto de un traumatismo, la reducción de la hinchazón y la
minimización del espasmo muscular.
¿Cómo se aplica?
Se recomienda la aplicación del frío con una bolsa de gel o
un trozo de hielo envuelto en alguna tela que evite el contacto directo con la
piel. El tiempo de empleo varía entre 10 y 30 minutos. Asimismo, se
requiere que el proceso sea discontinuo y que se repita en ciclos de 2 hoPor
otra parte, el frío como tratamiento terapéutico está contraindicado para los
siguientes casos:
- Heridas
abiertas.
- Personas
que padecen de disfunción simpática.
- Individuos
con el síndrome de Raynaud.
- Neoplasias.
Calor para las lesiones deportivas
El primer paso para terminar con las dudas que rodean al
frío y al calor para las lesiones deportivas se ha completado. Entonces,
¿cuándo es conveniente elevar la temperatura del tratamiento?
En esencia, la utilización del calor está enfocada
particularmente en lesiones musculares (contracturas) y molestias articulares.
Además, su implementación en el tratamiento se vuelve imprescindible cuando el
deportista experimenta dolores crónicos.
La influencia de la termoterapia está en la dilatación de
los vasos sanguíneos. Esta condición se traduce en un mayor flujo de sangre,
nutrientes y oxígeno hacia el área afectada. Aunado a esto, la actividad
metabólica se cataliza. Claro que la inflamación también se eleva.
Beneficios
Los beneficios del calor aplicado de forma concienzuda
para afrontar las dolencias antes mencionadas se expresan a continuación:
- Relajación
muscular.
- Reducción
del dolor muscular y articular.
- Incremento
del rendimiento de los tejidos suaves.
- Disminución
de la presión arterial.
- Aumento
de la movilidad en el área de la lesión, producto de una mejora en la
elasticidad de tendones, músculos y articulaciones.
¿Cómo se aplica?
Las bolsas calientes, baños de hidromasaje, paños a altas
temperaturas, lámparas de calor y ultrasonidos son los elementos más utilizados
para transferir el calor hacia el lugar de la lesión.
Así pues, el tiempo en el que se debe comenzar el proceso de recuperación con la termoterapia se
establece entre 48 y 72 horas después de producirse la problemática física.
Pasada la etapa inicial, se procede a poner en contacto con
la piel (de forma discontinua) el material seleccionado, por un tiempo
comprendido entre los 10 y los 30 minutos.
Por otra parte, el frío como tratamiento terapéutico está
contraindicado para los siguientes casos:
- Heridas
abiertas.
- Personas
que padecen de disfunción simpática.
- Individuos
con el síndrome de Raynaud.
- Neoplasias.
Calor para las lesiones deportivas
El primer paso para terminar con las dudas que rodean al
frío y al calor para las lesiones deportivas se ha completado. Entonces,
¿cuándo es conveniente elevar la temperatura del tratamiento?
En esencia, la utilización del calor está enfocada
particularmente en lesiones musculares (contracturas) y molestias articulares.
Además, su implementación en el tratamiento se vuelve imprescindible cuando el
deportista experimenta dolores crónicos.
La influencia de la termoterapia está en la dilatación de
los vasos sanguíneos. Esta condición se traduce en un mayor flujo de sangre,
nutrientes y oxígeno hacia el área afectada. Aunado a esto, la actividad
metabólica se cataliza. Claro que la inflamación también se eleva.
Beneficios
Los beneficios del calor aplicado de forma concienzuda
para afrontar las dolencias antes mencionadas se expresan a continuación:
- Relajación
muscular.
- Reducción
del dolor muscular y articular.
- Incremento
del rendimiento de los tejidos suaves.
- Disminución
de la presión arterial.
- Aumento
de la movilidad en el área de la lesión, producto de una mejora en la
elasticidad de tendones, músculos y articulaciones.
¿Cómo se aplica?
Las bolsas calientes, baños de hidromasaje, paños a altas
temperaturas, lámparas de calor y ultrasonidos son los elementos más utilizados
para transferir el calor hacia el lugar de la lesión.
Así pues, el tiempo en el que se debe comenzar el proceso de recuperación con la termoterapia se
establece entre 48 y 72 horas después de producirse la problemática física.
Pasada la etapa inicial, se procede a poner en contacto con
la piel (de forma discontinua) el material seleccionado, por un tiempo
comprendido entre los 10 y los 30 minutos.
Al igual que en el frío, hay escenarios en los que
resulta conveniente evitar cualquier agente caliente. Dentro de las
circunstancias en las que no se recomienda optar por este tratamiento están las
siguientes:
- Inflamación.
- Zona
muy caliente.
- Tumores
malignos.
- Golpes
recientes.
- Variaciones
en la sensibilidad.
- Infección.
- Hemorragia.
Frío y calor para las lesiones (baños de contraste)
En este punto, ya hay un espectro mucho más amplio y bases
sólidas acerca del frío y el calor para las lesiones. Sin embargo, los
tratamientos expuestos de modo diferencial no siempre son incompatibles. De
ahí surgen los llamados «baños de contraste».
Esta terapia tiene como base la alternancia de frío y de
calor para tratar algunas lesiones y traumatismos. En consecuencia, se promueve
la vasodilatación y la vasoconstricción para potenciar la circulación local, sobre todo en las extremidades.
Es necesario cuidar al detalle la temperatura del agua
tanto fría como caliente antes de la inmersión, pues de esto dependerá la
efectividad del proceso. Por tanto, el agua caliente debe ubicarse entre 38 y
44 ℃. Entre tanto, el agua fría
requiere preservarse entre 10 y 20 ℃. Se
usa en mayor medida para tendinopatías y esguinces.
Consideraciones finales del frío y el calor para las
lesiones
Se debe tener presente en todo momento que el frío y el
calor para tratar las lesiones son un complemento de otros métodos que aceleran
la recuperación. Junto a esto, los ejercicios recomendados por el
fisioterapeuta y los masajes son los que terminarán marcando una
rehabilitación total.
Por último, es inexorable que la elección de la
crioterapia, la termoterapia o el método de contraste quede a cargo de un
especialista, de manera que se evite una acción inicial dañina que perjudique
los lapsos de adecuación.
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