Por Carlos Candelario Veras
Las sectas satánicas son grupos , pandillas, religiones oscuras, éstas atraen principalmente a los jóvenes que se encuentran vacíos, sin apoyo, con problemas familiares; debido a eso se dejan arrastrar por la oscuridad.
Las sectas satánicas son herederas directas y fieles de
la tradición brujeril de la Edad Media. En general están constituidas por
gentes taradas síquicamente, de nivel cultural muy mínimo, de extracción social
muy baja, donde abunda el analfabetismo. Estos individuos no tienen conciencia
ninguna del mundo que le rodea ni del mal que hacen a seres inocentes, pero hay
que destacar que también puede darse el caso que personas famosas y poderosas se
involucren en esta práctica.
Los satanistas son aquellos que han elegido servir y
adorar a Satán, adversario de Dios, señor y príncipe del mal. Es una religión
fácil de seguir porque supone dejar libres instintos e inclinaciones,
perjudicar o matar a quienes molestan, acumular poder y riquezas sin importar
los medios y cumplir todos los deseos sin preocuparse en las consecuencias. Puede
encontrarse en ella un componente de rebelión hacia los caminos trillados
juntos en la búsqueda de otros nuevos refugios o situaciones personales. Existen
enfermedades mentales que lo llevan a la aberración, al delito y en última
instancia, puede inducir a un suicidio físico o moral.
Para poder ingresar a estos grupos se tiene que pasar por
varias pruebas como la de beber sangre hasta de seres humanos.
Estas personas que la mayoría de las veces son jóvenes
son guiados por su líder para cometer actos bochornosos, repudiantes frente a
la sociedad, atrocidades. Estos se convierten en insectos.
Este mal es alarmante y perjudica de manera nefasta la
vida de las personas
Estos individuos se reúnen para practicar ritos
satánicos. Entre estos ritos tenemos: la
profanación de cementerios y cadáveres, violaciones de vírgenes y de menores,
sacrificios de seres humanos y de animales: orgías sexuales, uso de hostias
consagradas para diversas prácticas y la conocida misa negra.
¿Qué motiva a
las personas a involucrarse en esta práctica?
En una Carta Pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano
de la Iglesia Católica del 21 de enero del año 2002, se habla de manera explícita
sobre este tema abrumador. Sicólogos y antropólogos han estudiado a fondo este
proceso. Estos plantean que hay inclinaciones, tendencias anormales, creencias
y actividades que predisponen e inclinan al satanismo.
Aclaremos algunas: deseos de experimentar nuevas vías de
conocimiento y poder, frecuentar ambientes esotéricos, o sea, enigmáticos,
oscuros, ocultos y misteriosos hasta habituarse a estos y tendencias a recurrir
a la magia y la brujería.
La convicción de que por este medio se puede obtener ventajas
materiales y de todo tipo.
Inconformidad con el orden existente. Cuando un individuo
no está conforme con la doctrina que desde pequeño le han inculcado, con lo que
ve a su alrededor es curioso y vive inventado. Siente el deseo de denunciarlo
de modo excéntrico o insólito y delictivo.
Aversión, es decir antipatía profunda a Dios y todo lo
relacionado a éste, iglesias, religiones, santos. Una persona así es capaz de hacer
cualquier cosa sin importar lo absurdo que sea para demostrar esa oposición.
La atracción morbosa hacia lo sórdido, rapaz, mezquino y
horrendo. Estas son personas enfermas mental o emocionalmente que se sienten
bien haciendo lo malo.
La ansiedad patológica de someterse a experiencias
radicales y raras. La curiosidad irresistible de conocer algo prohibido y oculto.
El vacío interior que sienten muchos jóvenes por la
ausencia de sus padres o personas queridas que le brinden amor, cariño y
confianza, lo motiva acudir a estos grupos buscado lo que no tienen en su
hogar.
El deseo de
liberarse de fuertes represiones, depresiones, tensiones internas y traumas de
la infancia. Son personas preocupadas que explotan desesperadamente y lo hacen
acudiendo a estos grupos satánicos.
La pretensión de romper de manera violenta con toda clase
de ataduras morales, culturales y religiosas.
La existencia de una sociedad y cultura que asfixia
envenena las personas y que margina y excluye a sectores enteros creando
fuertes tensiones y resentimientos. Una sociedad que lanza demasiadas personas
a la desesperanza y angustia.
Las personas necrófilas, es decir individuos que se
relacionan y amen la muerte, la llamada cultura de la muerte.
Muchos medios de comunicación como: ciertas películas, el
rock satánico y algunos programas de televisión influyen para que esto siga
sucediendo.
Los amplios ambientes que atacan y denigran
sistemáticamente el cristianismo o que por lo menos tratan de disminuirlo.
¿Cuáles
consecuencias nefastas tiene el satanismo?
Los integrantes de estos grupos se apartan de sus
familias, de sus amigos, de sus estudios, de sus trabajos, de una vida útil. Se
aferran y se convierten en esclavos de los jefes de sus grupos.
Cuando un individuo entra a estas sectas jamás puede
salir vivo de ahí, si lo intenta es buscado para asesinarlo.
Los integrantes se tratan como hermanos y no pueden pelear
uno con otro. Si esto sucede es castigado por el feje supremo. Estas personas
se transforman en lacras para la sociedad; las actividades que realizan son
aberrantes, monstruosas y dañinas. Asesinan, roban, violan, se endrogan,
realizan extraños ritos y violentan la paz ciudadana.
Desde que un individuo se inserta en esta experiencia su
vida cambia, se estanca, se aísla, no tiene sensibilidad ni conciencia del
mundo que le rodea: no tiene una vida productiva, enferma mental o
emocionalmente y va muriendo espiritual, moral y físicamente.
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