La terapia recreativa tiene un campo muy vasto de aplicación, desde personas con alguna discapacidad hasta aquellos que sufren de algún cuadro de depresión. ¡Conócela!
La terapia recreativa es una
propuesta que implica el abordaje psicológico y de otros aspectos a
través del involucramiento de los pacientes en actividades lúdicas. Sus
comienzos se remontan al período de posguerra, cuando se buscaba contener y dar
alivio a quienes habían estado implicados en la batalla.
Sin embargo, con el tiempo
demostró los beneficios de hacer extensiva su aplicación en otros ámbitos y con
otro tipo de pacientes. Veamos en detalle de qué se trata.
¿Qué es la terapia recreativa?
La terapia recreativa se
refiere al conjunto de intervenciones diseñadas y planificadas que emplean
la recreación y el ocio como herramientas para el abordaje de diferentes
objetivos terapéuticos. Está orientada a cubrir las necesidades y
mejorar la calidad de vida de personas que tienen algún tipo de discapacidad,
enfermedad o situación incapacitante. No obstante, también se emplea para acompañar
a adultos mayores en un envejecimiento activo y positivo.
Actualmente, su aplicación se
encuentra más extendida. Por ejemplo, también se la usa como un modo preventivo
para evitar la pérdida de capacidades físicas, en casos de personas que hayan
sufrido alguna lesión o pacientes
pediátricos. También se recomienda para enfermos con estrés y cuadros de
depresión.
La terapia está enfocada desde
la promoción de la salud, por lo que no solo contribuye a fomentar
el desarrollo de buenos hábitos, sino que también puede prevenir la aparición
de enfermedades.
Las actividades empleadas
cubren un amplio abanico de opciones, que van desde la pintura, la música y el
deporte, hasta todas aquellas que puedan interesar al paciente. Es decir, sus
pilares fundamentales son el ocio y la recreación.
La terapia recreativa trabaja sobre la complejidad del caso, orientándose a las mejoras en todos los ámbitos: emocionales, cognitivos, físicos. Puede indicarse tanto a nivel grupal como de manera individual.
¿Cuándo se recomienda?
Se recomienda la terapia
recreativa para el abordaje de todas aquellas personas que encuentren
alguna dificultad debido a la presencia de una discapacidad o enfermedad
limitante. Puede ser la existencia de una lesión, así como también el
apoyo para un envejecimiento activo.
De este modo, se apunta a que
la persona no solo conecte con propuestas placenteras, sino que también pueda
continuar integrada a la comunidad. Incluso, muchas de las actividades
permiten un espacio de encuentro entre la persona afectada y su familia. De
este modo, los miembros pueden vincularse de una nueva forma.
Beneficios y objetivos
La terapia recreativa ofrece
numerosos beneficios a la salud mental, entre los que se pueden mencionar los
siguientes:
- Le permite a la persona conectarse con aquello que sí puede realizar, con el disfrute, con lo positivo y no con las limitaciones o con lo negativo de la enfermedad o de la situación de discapacidad. Esto permite una mayor adherencia al tratamiento.
En cualquier caso, es
importante comprender que se trata de mucho más que recreación. Al
tener una pieza terapéutica fundamental, posee objetivos claros y delimitados.
Más allá del ocio, la
participación en la actividad tiene un objetivo, como podría ser la adquisición
de determinadas habilidades sociales. Por ello deben intervenir
profesionales.
Actividades que se pueden
realizar
La terapia recreativa permite
la combinación de múltiples actividades. La clave está en que deben
resultar interesantes para el paciente; por eso se busca hacerlo partícipe e
incluir sus motivaciones y deseos al planificar el programa.
Algunas de las empleadas
tienen que ver con la música, el teatro, la actividad física y deportiva,
el baile, la pintura y el dibujo, las manualidades y las
artesanías. También se incluyen actividades culturales, como visitas a museos.
El paciente por delante de la técnica en la terapia recreativa
Por sobre cualquier dogmatismo
teórico o terapéutico, lo más importante siempre será el paciente y su
bienestar. Por eso es necesario elegir aquel abordaje que se adecua a su
padecimiento, a sus recursos y condiciones. Cuando esto no sucede, se puede
generar frustración.
También es necesario conocer
al paciente, explorar cómo se siente, cuáles son sus intereses, sus temores y
preocupaciones. Así se podrán trabajar dichos aspectos y lograremos que se
sienta a gusto.
Sin dudas, el uso del tiempo
de recuperación y del tiempo libre puede contribuir a mejorar el estado
de ánimo de las personas implicadas y de quienes forman parte de su
entorno. Es una herramienta más de las que disponen los equipos de salud.
Fuente: https://mejorconsalud.as.com/
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