Ticker

6/recent/ticker-posts

7 técnicas asertivas para resolver conflictos

 Por: Andrés Carrillo

Las técnicas asertivas para resolver conflictos pueden ser empleadas en todos los escenarios de la vida. En este espacio te mostramos 7 formas de solucionar los problemas de manera efectiva.



La asertividad es una forma adaptativa de expresarnos. Cuando somos capaces de comunicarnos de esta manera tenemos una ventaja. En este artículo revisaremos 7 técnicas asertivas para resolver conflictos. Estos recursos pueden emplearse tanto para solucionar problemas como para prevenirlos.

Importancia de la asertividad para resolver problemas

Las técnicas asertivas para resolver conflictos que veremos a continuación pueden ser entendidas como un filtro emocional. Aquellas personas que consiguen gestionar sus emociones alcanzan un buen nivel de asertividad.

Cuando un conflicto ocurre es importante mantener la calma y ser asertivos ante la situación problemática. Debemos entender que no somos capaces de evitar todos los inconvenientes. Eventualmente se presentarán situaciones difíciles en las que deberemos demostrar nuestro carácter.

La asertividad aumenta la probabilidad de llegar a soluciones favorables. No importa el conflicto que tengamos frente a nosotros, vamos a poder afrontarlo si nos mantenemos serenos. En este sentido, se comprende que la importancia de los estilos de afrontamiento asertivos es disminuir la intensidad de los problemas.

No podemos evitar que ocurran cosas malas, pero sí podemos elegir cómo actuar ante esos eventos.

Técnicas de asertividad para solucionar problemas

Ahora que conocemos el concepto de asertividad, vamos a ver algunas técnicas asertivas para resolver conflictos. Si aplicamos estas estrategias de forma constante llegaremos a ser personas menos conflictivas.

1. Reconocer nuestro estilo de comunicación

Gran parte de los conflictos son producto de los malos estilos de comunicación. Lo principal que una persona asertiva debe conseguir es identificar la manera en la que dice las cosas. A veces cometemos el error de atacar a los demás con nuestros comentarios.

Es recomendable hacer un ejercicio de introspección y revisar la manera que tenemos de comunicar las necesidades. Si nos damos cuenta de que somos hostiles al hablar, debemos comenzar a cambiarlo.

2. Tomar en cuenta las necesidades de los otros

Durante los conflictos es habitual que las personas se enfoquen en sus necesidades, olvidándose de los otros implicados. Este comportamiento es negativo y solo promueve la hostilidad. Lo que debemos hacer es entender las necesidades ajenas e intentar llegar a puntos de acuerdo mutuos.

La asertividad implica ser empáticos. Esto quiere decir que hay que ponerse en el lugar de los demás. De este modo, evitamos los juicios de valor y mejoramos nuestras relaciones interpersonales.

3. Modular el habla

Además de cuidar el contenido de lo que decimos, también es necesario modular el habla. Resulta lógico pensar que no evitamos ningún conflicto si andamos por la vida gritando. Esto quiere decir que, aun cuando tengamos la razón, debemos expresarnos con un tono de voz correcto.

4. Practicar la escucha activa

Una escucha activa es cuando prestamos atención al mensaje que nos quieren transmitir. De este modo, es importante evitar responder apresuradamente. Se trata de un componente indispensable en la comunicación asertiva.

Durante un conflicto con otra persona solemos escuchar solo para responder. Las personas, cuando estamos molestas, llegamos a pensar que somos los dueños de la razón absoluta. Es importante evitar la soberbia y permitir que los demás nos hagan sus planteos.

5. Proponer alternativas en lugar de dar órdenes

Las resoluciones de conflictos nacen de la inclusión y no desde la imposición. Cuando damos alternativas generamos un ambiente de unidad.

De esta forma, cuando las personas no estén de acuerdo con nuestras ideas nos será más fácil aceptarlo. Es importante saber entender cuándo los demás no están de acuerdo con nosotros.

6. Fortalecer la inteligencia emocional

Las técnicas que hemos repasado son más fáciles de aplicar cuando fortalecemos la inteligencia emocional. Esto es regular las emociones en tiempo real. Para conseguir este objetivo debemos reconocer los detonantes. En otras palabras, saber cómo me siento y por qué.

Todas las emociones son naturales. No existen emociones malas o buenas; todos podemos estar tristes o molestos. Lo que hace la diferencia es la forma de manejar esas emociones. Lo más idóneo para resolver un conflicto será no permitir que estas influyan en nuestra conducta.

7. Técnica del disco rayado

Esta técnica es bastante concreta y la podemos emplear en cualquier conflicto interpersonal. Se trata de repetir una frase de manera tranquila y sin alzar la voz. Evidentemente, lo que decimos debe transmitir una inquietud, pero lo haremos de forma adaptativa.

Podríamos usar este recurso en una discusión de pareja. Si sentimos que no somos tomados en cuenta por la otra persona, lo diríamos de manera repetida y firme, pero sin ser hostiles. Por ejemplo, “siento que nunca tomamos en cuenta mis necesidades”. Lo repetimos pudiendo variar un poco las palabras, pero sin perder de vista el mensaje.

Esta técnica es efectiva cuando hay un tema que queremos tocar y nuestra pareja lo evade. Tengamos en cuenta que no se trata de forzar una conversación, sino de enfatizar algo que es importante para nosotros.

¿Existen conflictos sin solución?

Algunas situaciones se salen de nuestras manos y no podemos hacer nada para cambiarlas. Sin embargo, esto no quiere decir que no exista una solución.

Depende de la manera en que se quiera solucionar el conflicto. A veces, alejarse de algo que no podemos cambiar es la mejor solución. Tendremos que ser asertivos para entender cuál es el mejor camino.

 

 

Publicar un comentario

0 Comentarios