El síndrome de Solomon es un comportamiento ansioso que evita que validemos nuestras ideas. ¿Cómo se manifiesta? Aquí lo detallamos.
A menudo, las personas buscamos interconectar con otros. Es
decir, es importante sentir que pertenecemos a determinado círculo social. El
síndrome de Solomon ocurre cuando dejamos de lado nuestras creencias
personales a cambio de obtener la tan ansiada aprobación colectiva.
Este síndrome obtiene su nombre de un experimento realizado
en la década de los 50 por el psicólogo Solomon Asch.
Dicho estudio consistió en mostrar cómo un grupo de estudiantes se adaptan a
una idea general, aún sabiendo que era equivocada. En este artículo revisamos
algunos ejemplos de este fenómeno y varios consejos para superarlo.
Origen del síndrome de Solomon
Toda investigación responde a una problemática de la que se
desprenden algunas preguntas de estudio. En este caso, el psicólogo Solomon
Asch dio respuesta al por qué ciertas personas se añaden a un discurso
colectivo por encima de sus opiniones. De esta forma, se dio a conocer el
síndrome de Solomon.
El experimento
inicial tuvo como protagonistas a un grupo de estudiantes. A cada
participante se le hizo entrega de una hoja con cuatro líneas que debían leer
en voz alta, para luego responder una pregunta relacionada con la lectura. Los
tres primeros participantes debían responder de manera errónea y el cuarto
tenía libre albedrío para responder.
Por supuesto, este último no tenía conocimiento de que sus
compañeros estaban respondiendo mal adrede. Así, se pudo determinar que
los estudiantes que respondieron de último lo hacían igual que los primeros, incluso
siendo conscientes de que su respuesta estaba errónea.
Síntomas del síndrome de Solomon
Las personas que manifiestan los síntomas del síndrome de
Solomon se caracterizan porque nunca sobresalen de lo establecido. Es decir, se
mimetizan con el grupo al punto de despersonalizarse. Podemos observar algunos indicadores
particulares como los siguientes:
- No
emitir opiniones voluntarias. Las personas son
incapaces de manifestar sus ideas en público de manera voluntaria. Cuando
se les pregunta por sus opiniones intentan responder lo que los demás
quieren escuchar.
- Signos físicos de ansiedad. La angustia por querer ser aceptados provoca sudoración
excesiva, respiración agitada y palpitaciones. Esto hace que las personas
intenten evitar situaciones en las que tengan que opinar. Se produce una
censura voluntaria.
- Sensación de pánico constante. El temor por quedar en evidencia con los demás provoca que
las personas sientan un pánico intenso en situaciones sociales. Los ataques de
pánico afectan de forma significativa la calidad de vida
de los afectados.
Causas del síndrome de Solomon
La causa más frecuente de este síndrome corresponde a los
estilos de crianza en las primeras etapas del desarrollo. Los niños que crecen
en ambientes hostiles, donde no se les dota de autonomía, terminan por volverse dependientes de la
aprobación de otros.
Otro factor de riesgo es tener un problema de autoestima. Las personas que tienen
poca confianza en sí mismas buscan sentirse apreciadas por los demás. Cuando
no es posible encajar en el grupo social deseado, la autoestima se ve aun más
afectada y pueden presentarse episodios depresivos.
Consejos para evitar el síndrome de Salomón
Para superar la necesidad irracional de encajar en grupos
sociales es importante fortalecer el autoconcepto. Ahora vamos a revisar
algunos consejos útiles para mejorar la relación con nosotros mismos. De esta
forma, será más sencillo tomar la iniciativa en momentos importantes. Vamos a
verlos.
1. Identificar los pensamientos negativos
El primer paso para comenzar a tener iniciativa es
reconocer los pensamientos catastróficos que tenemos. ¿Qué es lo peor que puede
pasar si doy mi opinión real? ¿Es realmente malo para mi decir lo que
pienso? Estas preguntas ayudan a revisar la calidad de nuestros
pensamientos. Es importante hacer introspección.
2. Establecer objetivos sociales
Los objetivos deben estar enfocados en romper las
barreras que limitan la libre expresión de pensamientos. Por ejemplo,
plantearse como meta dar una opinión personal diariamente durante una semana.
Esto permite normalizar el comportamiento para el futuro; se trata de entrenar
nuestra mente para que pueda estar libre de ataduras sociales.
3. Entender los errores como oportunidades
Cometer un error u opinar de manera equivocada sobre algún
tema no implica un fracaso. Todo lo contrario, después de cada
equivocación cometida tenemos una nueva oportunidad de aprendizaje. Es
importante cambiar el paradigma fatalista que tenemos respecto a los errores.
¿Cuándo es necesario acudir con un profesional?
La asistencia profesional es necesaria cuando la vida se ve
afectada de manera intensa. Por lo general, los pacientes acuden a consulta
porque no son capaces de validar sus ideas en ninguna de las áreas importantes
de su entorno. Es decir, son incapaces de superar el terror irracional a
expresarse.
Sin embargo, no es necesario esperar demasiado para buscar
ayuda. Lo idóneo es acudir de manera temprana con el psicólogo. Así,
se puede canalizar de manera temprana el problema y habrá una solución más
oportuna.
¿Cuándo es mejor darle la razón a los demás?
En ciertas ocasiones es mejor escoger la tranquilidad por
encima de la razón. Esto quiere decir que no todas las discusiones son
sanas. A veces, es mejor dar un paso al costado y darle la razón a
personas testarudas que no tienen la capacidad de aceptar sus errores.
No significa que estemos traicionando nuestros principios,
sino que somos capaces de reconocer cuándo no vale la pena discutir con
alguien. Algunas personas han decidido no entender razones y
no debemos desgastarnos intentando que cambien de parecer.
Fuente: https://mejorconsalud.as.com/
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