Por Mirla María Pérez
En la biblia encontramos referencia de más de 378 versos que citan la palabra enemigo, la misma nos da una panorámica de todos los tipos de enemigos: los abiertos y de frente, los que tienen motivos y causas, los circunstanciales, los que son inducidos por otros a ser tus enemigos, los enemigos sin causa, y los enemigos ocultos, siendo estos últimos los más peligros.
En la nueva versión internacional nos dice en el
libro de proverbios 27:6 "Más confiable es el amigo que hiere que el
enemigo que besa."
Un amigo que hiere es aquel que
te dice la verdad y te confronta muchas veces procurando tu bien, y aunque se
equivoque en su corrección no procura hacerte daño.
Un enemigo que besa es un
"amigo" que con palabras suaves y sutiles te clava una daga, te
vende, te traiciona, como fue el caso de Judas Isacariotes.
Mientras todavía hablaba, vino
Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de
los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba
les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en
seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo:
Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le
prendieron.
Mateo 26:47-50
Ese tipo es el peor de los
enemigos, porque nunca esperas que sea aquel en quién confías, a quién has ayudado que te haga maldad, hable mal del ti y haga
planes en un contra.
En Salmos 35, hay un claro retrato de este tipo de
enemigos, gente a las que le has hecho bien y sin causas esconden planes
malvados.
Se levantan testigos malvados; de
lo que no sé me preguntan; Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma.
Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi
alma, y mi oración se volvía a mi seno. Como por mi compañero, como por mi
hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. Pero
ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Se juntaron contra mí gentes
despreciables, y yo no lo entendía; Me despedazaban sin descanso; Como
lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes.
Salmos 35:11-16
Vemos que el salmista declara el
bien que le había hecho a estos enemigos, sin embargo procuraban su mal. Es
probable que estés pasando por una situación así, gente a la que solo le has
hecho bien se esté uniendo en tu contra, pero ¿sabes qué? no van a
prosperar. Te invito a leer salmo 35, es una poderosa oración encontra de sus
maquinaciones.
Enemigos que besan hay muchos,
son más que los amigos que hieren, pero Dios dice en su palabra que todo lo que
hagan lo harán sin Él y que los verás caer delante de ti.
Si alguno conspirare contra ti,
lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.
Isaías 54:15
Esta reflexión de hoy busca que
entiendas que podrán aparecer enemigos sin causa, ocultos y aunque te sientas mal debes
depositar tu confianza en Dios y saber que no es por ti, o por lo que has
hecho, que es su naturaleza malvada que
los hacen envidiar y atacar, porque quien es bueno y te ama no te va a
traicionar ni hará daño aunque se sienta ofendido. Que sepas que aunque
momentáneamente parezcan tener éxito en sus planes, todo terminará obrando para tu bien.
Recibe paz, clama al señor sigue
haciendo bien y veras sus planes
frustrados.
¡Dios te bendiga!
La autora es Psicóloga, líder cristiana y ambientalista
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