Por EFE
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente también avisa de un empeoramiento del clima ocasionado por "peligrosos incendios forestales".
Nairobi.- El Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) pidió hoy que se preste una "mayor
atención" a problemas como los incendios forestales, que ocurren
cada vez con más vehemencia, y la contaminación acústica en las ciudades, que
se está convirtiendo en una amenaza para la salud pública mundial.
El PNUMA analiza esos desafíos en la cuarta edición de su
"Informe Fronteras", que se publicó por primera vez en 2016 con una
alerta sobre el creciente riesgo de enfermedades zoonóticas, cuatro años antes
de la pandemia de covid-19.
El documento, titulado "Ruido, llamas y desajustes:
problemas emergentes de preocupación ambiental", advierte de que la
contaminación acústica en las ciudades, que califica de "asesino
estridente", se ha transformado en un "peligro creciente para la
salud pública".
"Sonidos no deseados, prolongados y de alto nivel de
tráfico rodado, ferrocarriles o actividades de ocio menoscaban la salud y el
bienestar humano. Esto incluye molestias crónicas y trastorno del sueño, lo que
resulta en enfermedades cardíacas graves y trastornos metabólicos como
diabetes, discapacidad auditiva y peor salud mental", señala el PNUMA.
La contaminación acústica ya provoca
"12.000 muertes prematuras" cada año en la Unión Europea (UE) y
afecta a uno de cada cinco ciudadanos de la UE, según el informe.
Los niveles de ruido aceptables -precisa- se superan en muchas
ciudades del mundo, como Argel, Bangkok, Damasco, Islamabad o Nueva York.
Esa perturbación acústica también amenaza a los animales,
pues altera las comunicaciones y el comportamiento de varias especies,
incluidas aves, insectos y anfibios.
El PNUMA insta a los planificadores urbanos a priorizar la
reducción del ruido en su origen, invertir en movilidad alternativa e
infraestructura urbana que cree paisajes sonoros positivos, como cinturones de
árboles o muros y techos verdes.
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente
también avisa de un empeoramiento del clima ocasionado por "peligrosos
incendios forestales".
Cada año, entre 2002 y 2016, un promedio de unos 423
millones de hectáreas de la superficie terrestre del planeta, un área del
tamaño de toda la UE, ha sucumbido al fuego, lo que cada vez resulta más
habitual en ecosistemas de bosques mixtos y sabanas.
El informe estima que el 67 % del área global anual quemada
por todo tipo de incendios, incluidos los incendios forestales, se encontraba
en África.
"Se prevé que las condiciones climáticas peligrosas de
los incendios forestales sean más frecuentes e intensas y que duren más",
algo que se debe al cambio climático, que implica temperaturas más altas y sequías
más frecuentes, subraya el PNUMA, que pide una "mayor inversión" para
reducir los riesgos de esos incendios.
El documento llama la atención, asimismo, sobre el hecho de
que el cambio climático altera los ritmos naturales de las plantas y los
animales, si bien admite que esa distorsión requiere más investigación.
Para la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen,
estos problemas ambientales "ameritan atención y acción de los gobiernos y
el público en general".
Según Andersen, "contaminación acústica urbana,
incendios forestales y cambios fenológicos (...) son temas que resaltan la
necesidad urgente de abordar el triple problema planetario de la crisis del
cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad".
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