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Cómo acompañar a tu hijo en su primera relación de pareja

Por: Olaia Fernández Fernández

Las primeras relaciones de pareja entre los adolescentes son esenciales para adquirir habilidades y aprendizajes útiles en la edad adulta. Por eso, los padres deben saber apoyarles en esta nueva experiencia y aclararles todas las dudas que tengan. 



La adolescencia es una etapa de mucha confusión en la que existen cambios físicos, emocionales, sociales, intelectuales, sexuales, etc., que, en ciertos momentos, generan inseguridad en los adolescentes. Durante esta etapa, se encuentran construyendo su identidad, consolidando su personalidad y experimentando un abanico de emociones que posiblemente no hubieran sentido antes o, al menos, no con tanta intensidad. 
Las interacciones sociales se convierten en algo esencial ya que sienten que sus iguales son las personas que mejor les comprenden.

A su vez, dentro de la vida social que mantienen, las primeras relaciones de pareja cobran especial relevancia. La persona que se escoge como pareja seguramente se convierta en una de las principales fuentes de apoyo y, de ahí, la importancia del tipo de vínculo y relación que construyen y mantienen. 

Cada vez las relaciones de pareja comienzan a una edad más temprana. Es por ello, de mayor importancia, acompañarles en este aspecto. La construcción de las relaciones afectivas durante la adolescencia está influida por diversos factores relacionados con el ámbito social, familiar, educativo, sexual y cultural. 

Estas primeras relaciones son y serán esenciales a la hora de adquirir habilidades y aprendizajes útiles en la edad adulta. Comenzarán a reflexionar y darse cuenta del significado que le otorgan al concepto de pareja, qué esperan de la relación, cómo les gustaría que fuese, qué tipo de persona quieren como pareja, qué implica tener una relación afectiva de este tipo...

Hoy en día hay mucha información y contenido divulgado en diferentes medios de comunicación y redes sociales sobre lo que engloba "tener pareja”. La información que llega a los adolescentes es muy variada y de todo tipo, dificultándoles, en muchas ocasiones, diferenciar qué información es verdaderamente adecuada y cuál pertenece a un estilo de relación tóxica

Como madres y padres, es importante que podamos aclarar sus dudas. Generar un ambiente de confianza en el cual se sientan libres facilitará que nos hablen sobre el mundo de la pareja y la sexualidad y que pidan ayuda si perciben que están creando vínculos afectivos con los que no se sienten cómodos y de los cuales no saben salir. 

Qué hacer cuando tu hijo te diga que tiene pareja

Existen algunas claves sobre cómo gestionar las relaciones de pareja con tu hijo adolescente:

  • Hablar con naturalidad sobre ello. Será importante encontrar un momento tranquilo donde se pueda mantener una comunicación fluida. Debemos escuchar activamente lo que quiera contarnos, manteniendo una actitud abierta y asertiva, sin interrumpirle y sin juzgar la decisión que ha tomado de comenzar una relación sentimental con otra persona. 
     
  • Conocer a la pareja. En ocasiones, los padres y madres no quieren conocer a la pareja de sus hijos porque no saben si sería adecuado validar esa relación en casa. Lo cierto es que, al interesarnos por sus parejas, se sentirán más cómodos y confiarán más en nosotros para contarnos aspectos de su relación. De esta manera, podremos conocer a la pareja, saber quién es, cuántos años tiene, a que colegio o instituto acude, si comparten círculo social o intereses, etc. Así, se facilita que, en un futuro, se encuentren más predispuestos a hablar sobre cómo están viviendo su relación de pareja
     
  • No obligar a romper el noviazgo. A veces, podemos pensar que son muy jóvenes o que no es la persona idónea para ellos, pero es inadecuado prohibir sin una justificación coherente y de peso una relación afectiva. Si se considera que hay aspectos de la relación que son “tóxicos” o alarmantes, será más adecuado hablarlo directamente con el adolescente, aclarar cómo se está sintiendo con la relación de pareja, qué espera de ella y qué le aporta dicha relación; intentando reconducir a un diálogo en el que el propio adolescente llega a verbalizar por sí mismo que la relación no es del todo sana
     
  • Hablar sobre las relaciones sexuales. Más tarde o más temprano comenzarán a experimentar sus primeras relaciones sexuales, por lo que es conveniente tratarlo de manera natural. Es importante generar una situación de confianza en la que ellos sientan la libertad necesaria para contarnos sus dudas respecto a este tema. Además, de alguna manera, debemos mantenerlos informados de su responsabilidad a la hora de mantener una vida de relaciones sexuales consentidas, satisfactorias para ambos y en la que se protejan de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
     
  • Empatizar y hablar con ellos desde nuestras experiencias en pareja. Mostrar que también hemos sido adolescentes y que entendemos la etapa de cambios y emociones que están viviendo ayudará a que se abran con nosotros. Y quizás, ciertas experiencias que las madres y padres hayan vivido en esa etapa pueden ayudarles a gestionar algunas situaciones que estén viviendo
     
  • Aceptar su espacio e independencia. Seguramente, siempre haya una parte de su vida y su mundo interno que no quieran compartir con sus padres. Tener espacio propio es necesario y vital en esta etapa. Por eso, la labor como adultos es acompañarles sin intentar controlar sus relaciones afectivas.

 

 

 

 

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