Por Agencia EFE
Este nutriente solo lo encontramos en productos de origen animal y nuestro organismo no puede fabricarla por sí solo.
Los lácteos son
básicos en la dieta mediterránea. De hecho, se aconseja tomar
dos raciones diarias, aunque se deben evitar las opciones más grasas.
Un informe de “The
Lancet” señala que los objetivos científicos para llevar una
alimentación respetuosa con el planeta hablan tomar entre0 y 500 gramos de
leche para una ingesta de unas 2.500 calorías al día.
Son recomendaciones muy
similares a los preceptos de la dieta mediterránea, xpone Noelia López,
nutricionista de Nestlé en España, en una nueva entrega del pódcast "A
gusto con la Tierra".
La experta recuerda que “la
leche nos proporciona muchos elementos esenciales como proteínas de alta
calidad, grasas y también micronutrientes como el calcio, magnesio o vitaminas
como la B12”.
Este nutriente solo lo
encontramos en productos de origen animal y nuestro organismo no puede
fabricarla por sí solo.
¿Todos los adultos deben tomar
leche?
La leche no es imprescindible
en la edad adulta, pero sí que hay que tener unos conocimientos para completar
nuestra alimentación que suplan los nutrientes que nos aporta
de manera natural.
Aunque no es
imprescindible, la FAO advierte que la leche puede hacer más
diversa nuestra dietas basadas en consumos de vegetales.
En dietas de niños o
poblaciones con un acceso limitado a productos de origen animal, la leche juega
un papel muy importante en la alimentación.
La nutricionista matiza que
estas dos cuestiones tienen que ver con la alimentación sostenible, puesto que
una alimentación sostenible debe ser “accesible, asequible, nutritiva y
respetuosa con las culturas del planeta”.
“Cuando hacemos elecciones es
importante que se cumplan el máximo número de los requisitos mencionados.
Podemos elegir productos que respeten el bienestar animal y marcas que tengan
compromiso con la ganadería de proximidad”, afirma la experta.
Sin embargo, aquellas personas
que no puedan tomarla por razones médicas o por voluntad propia tienen
alternativas para cubrir las necesidades nutricionales con otros alimentos.
Asimismo, López explica
que “se pueden intercalar el consumo de productos con leche de
origen animal con alternativas “veggie”” como Ideal Avena o la Leche Condensada
hecha de avena de Nestlé.
Estas opciones nos ayudan a
aumentar la variedad alimentaria y son alternativas buenas para los que
necesiten cocinar sin lactosa.
¿Todos los tipos de leches
tienen las mismas propiedades?
Los valores nutricionales
pueden cambiar un poco dependiendo del tipo de lácteo. La leche de vaca, que es
la más consumida en España, tiene alrededor de un 3 o 4 % de grasa.
Podemos encontrarla entera,
semi o desnatada y estos porcentajes varían. Además, tiene un 3,5 % de
proteína, un nutriente esencial.
La leche de oveja tiene más
cantidad de grasas, proteínas y lactosa en comparación con la de vaca o cabra.
¿Qué es la lactosa y por qué
puede sentar mal?
La lactosa es un azúcar que
encontramos de forma natural en la leche y los derivados lácteos. Está presente
en muchos productos como el yogur, el kéfir, el queso…
Y también en otras
preparaciones que se han elaborado en algún momento con algún ingrediente
lácteo o la propia lactosa. Este puede ser el caso de algunos embutidos y
salsas.
Hay personas que por
diferentes motivos pueden tener una intolerancia a este azúcar en un periodo
transitorio o ser un problema persistente.
El motivo es que su intestino
delgado no es capaz de producir lactasa, una enzima que es capaz de romper este
azúcar en unidades más pequeñas para que nuestro organismo lo pueda absorber.
Al no poderla romper, la
lactosa llega al colon y produce las molestias o los síntomas intestinales como
dolor, ganas repentinas de ir al baño, o incluso, vómitos.
Esto ocurre si padecemos este
problema, una persona que no tenga intolerancia a la lactosa puede consumir
lácteos sin ningún tipo de problema.
Las bebidas vegetales y sin
lactosa, las mejores alternativas
En el caso de tener
intolerancia a la lactosa, se recomienda dejar de tomar lácteos. López propone
alternativas "accesibles y de calidad" como son las bebidas vegetales
y la leche sin lactosa.
En el caso de la leche sin
lactosa, se trata de un tipo de leche a la que se le añade la enzima lactasa
para que rompa este azúcar y se pueda digerir sin problema.
Es importante procurar escoger
bebidas vegetales enriquecidas o fortificadas con calcio, vitamina B12 y si es
posible, sin azúcares añadidos para que se asemeje lo máximo posible a la
leche.
Aunque lo más conocido de la
leche es el calcio, no es el único alimento que lo contiene. En una dieta
vegana, se pueden tomar otros alimentos que nos aportan este nutriente
esencial.
"Hay que acabar con el
mito de que solo la leche nos aporta calcio, aunque es una fuente importante.
Hay otros alimentos con grandes cantidades como el brócoli, las almendras, las
avellanas, el tofu, la soja y sus derivados, o incluso, las sardinas",
matiza la nutricionista.
¿Es más digestivo el yogur?
El yogur tiene menor contenido
de lactosa que la leche de manera natural, por lo que algunas personas con
intolerancia pueden llegar a tolerarlo bien.
Básicamente, se debe a que
durante el proceso de fermentación de los yogures las bacterias descomponen la
lactosa.
Estas bacterias, que son
fermentadores de yogur, ofrecen mejor digestibilidad respecto a la leche. Esto
solo ocurre en algunas personas, ya que muchas personas con intoler
intolerancia no pueden
consumir tampoco estos productos.
Cuanto más graso el queso,
menos lactosa
En el caso de los quesos, no
todos tienen la misma cantidad de lactosa. Los quesos con más cantidad de grasa
tienen menos lactosa como es el caso de los maduros. En algunas variedades,
esta llega a desaparecer.
Esto varía según el tipo de
leche que utilicemos para elaborarlo. Los que utilizan leche de cabra como
materia prima suelen ser más digestivos que los de vaca.
Al igual que los yogures, hay
personas que pueden llegar a tolerar el queso. Este producto juega un papel
importante en la sostenibilidad, ya que existen certificaciones que garantizan
su procedencia como la Denominación de Origen.
En España, hay dos decenas de
Denominación de Origen de quesos. Esto significa que podemos saber la
procedencia de estos productos.
Sabemos que proceden de
animales de razas adaptadas al medio natural de cada una de las regiones y su
elaboración, alimentación y manejo del ganado cuentan con una regulación
estricta.
En el caso de las
certificaciones oficiales es muy importante mantener la calidad del producto.
Algunas de las más populares son el queso manchego, queso mahón, Cabrales,
Casar o tetilla. Cada región cuenta con quesos de proximidad de gran calidad y
sabor.
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