Con el aumento de las temperaturas en primavera y verano se dan las condiciones propicias para que el mal aliento campe a sus anchas. Para evitarlo, basta con seguir unos sencillos consejos de hidratación y alimentación.
Algunos hábitos propios de las épocas de más calor pueden causar mal aliento o empeorar la halitosis en quienes ya la padecen. El olor desagradable procedente de la boca tiene un claro impacto en la calidad de vida, especialmente durante el verano, cuando las relaciones sociales se intensifican. Dos odontólogas explican los factores que están detrás de este aumento estival y ofrecen pautas para combatirlo.
“El mal aliento tiende a ser más frecuente en verano
debido a la mayor deshidratación de las mucosas orales. También lo
propician el aumento en las horas que se pasan fuera de casa y la relajación en
los hábitos de higiene”, apunta María
de Miguel Campo, odontóloga del Servicio de Cirugía Maxilofacial y
Odontología del Hospital Nuestra Señora del Rosario.
“La saliva es clave para mantener la cavidad oral hidratada,
y las bacterias causantes de este mal olor aumentan cuando tenemos sequedad
bucal”, agrega Manuela
Escorial, odontóloga del departamento de Innovación y Calidad Clínica
de Sanitas Dental. Asimismo, puede contribuir
de forma significativa el mayor consumo de bebidas alcohólicas y tabaco durante
las vacaciones.
Consejos para una boca fresca en verano
Seguir unas sencillas medidas relacionadas con los hábitos
de hidratación e higiene es la mejor fórmula para combatir los
malos olores bucales veraniegos.
- Beber
entre 1 litro y medio y 2 litros de agua al día.
- Limitar
al máximo las bebidas alcohólicas, ya que contribuyen a la deshidratación
y, por lo tanto, al mal aliento. El café también deshidrata.
- Consumir
alimentos frescos y de fácil digestión -como frutas, verduras y yogur- y evitar
los que más favorecen la halitosis, como la cebolla, el ajo o el atún.
- Evitar
las dietas hiperproteicas y las comidas ricas en grasas.
- Lavarse
los dientes (sin olvidar la mucosa intraoral y la lengua) después de cada comida y
utilizar colutorio e hilo dental.
- En
caso de sequedad de boca, el uso puntual de chicles o caramelos
sin azúcar puede ayudar de forma provisional a mantener la
salivación.
- Evitar respirar
por la boca.
Soluciones según la causa de la halitosis
Si las medidas de hidratación e higiene no bastan para acabar
con el mal aliento, lo más seguro es que se deba a una enfermedad que es
necesario diagnosticar y tratar adecuadamente.
Halitosis por patología bucal
Entre las múltiples posibles causas de la halitosis, la
patología bucal es la más frecuente. Su aparición se relaciona con la
descomposición de partículas de alimentos, células, sangre y algunos
componentes de la saliva. Además, en la gran mayoría de los casos están
implicados gérmenes de la cavidad oral. “La halitosis está principalmente
causada por la presencia aumentada de bacterias anaerobias en la
cavidad oral, debido a una mala higiene oral”, confirma De Miguel.
Según expone Escorial, “la halitosis de causa oral está
estrechamente relacionada con los problemas de encías”. Por ello, además de
mantener una correcta hidratación, es fundamental que las encías estén sanas.
La odontóloga subraya que, ante la presencia de halitosis a pesar de seguir las
pautas de limpieza, hidratación y alimentación, “una de las causas que se
deben descartar será la presencia de trastornos
periodontales”.
En los casos de halitosis de causa oral, la realización de
una limpieza profesional junto con la instrucción de técnicas de higiene oral
que incluyan la limpieza lingual y el uso de colutorios y pastas
específicas será siempre el primer paso terapéutico. A partir de ahí,
el odontólogo aplicará el tratamiento específico para el problema concreto que
esté causando el mal olor: caries,
periodontitis, recubrimiento de placa bacteriana en el dorso de la lengua…
Problemas digestivos
Los trastornos digestivos tienen un impacto directo en la
halitosis.
“Problemas como una digestión pobre, un intestino inflamado, estreñimiento o
bacterias como Helicobacter
pylori pueden ocasionar gases malolientes que se expulsan por
la boca”, revela Escorial.
Otras patologías
La halitosis también puede ser secundaria a otras
enfermedades, como infecciones respiratorias, diabetes,
o problemas hepáticos y renales.
Por otra parte, hay muchos tratamientos y
medicamentos dirigidos a diversas enfermedades que resecan la boca y,
con ello, favorecen el mal aliento.
En los casos en los que la halitosis tiene un origen ajeno a
la cavidad oral, las medidas de higiene e hidratación son igualmente
importantes. Además, será necesario tratar la causa primaria.
Personas más propensas a tener mal aliento
Las personas mayores suelen ser más propensas a padecer este
problema. “Esto se
debe a que, conforme pasan los años, las glándulas salivales sufren cambios que
pueden afectar a la calidad de la saliva y disminuir su producción”, precisa
Escorial. Esto impulsa la aparición de bacterias causantes de mal olor.
También tienen una mayor tendencia a la halitosis quienes
llevan aparatos en la boca (prótesis dentarias), en los que se pueden acumular
restos de comida. Por este motivo, es preciso que presten una mayor atención a
la higiene de la boca.
En la lista de personas con mayor tendencia a sufrir
halitosis no pueden faltar los fumadores. En estos casos, el mal olor
no se debe únicamente al humo de los cigarrillos, sino a que se altera la
flora bacteriana de la mucosa oral y se produce menos saliva.
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