Por Jorge González
En Salinas de Montecristi el paisaje es deslumbrante,
decenas de estanques con agua de distintos colores, edificaciones de madera que
asemejan un pueblo fantasma, pequeñas montañas de sal, que se ven como
diamantes, y hombres con botas de goma y carretillas de madera que trabajan
extrayendo la sal de las piscinas para llevarla al depósito.
Aquí el sol parece estar más cerca de la tierra y, a pesar de la brisa fresca del mar, el calor es intenso y sofocante, quizá por la misma sal. Además, el ir y venir de pájaros que parecen fabricados de aluminio y bronce oxidado bajo un cielo salpicado de de nubes blancas, le impregnan al ambiente una atmosfera de fantasía tropical.
Aunque muy a pesar de las imágenes usadas en el párrafo
anterior, el escenario representa no solo belleza, sino también el
sustento económico de cientos de familias que por décadas han vivido de la
producción de sal marina en esta región abasteciendo toda la nación.
Sal marina
La producción de sal marina es un proceso
sencillo, ecológico y sostenible en donde la tecnología no tiene participación,
ya que el sol y el viento son las principales fuentes de energía y el
agua del mar es la materia prima.
Después el sol y el viento harán que mediante la
evaporación una parte del agua se solidifique convirtiéndose en cristal
de sal. En un proceso que puede durar de entre diez y quince días, todo
dependiendo básicamente del clima, es decir, no es lo mismo una temporada
normal con sol y viento, que una de lluvias.
De forma rudimentaria hombres acompañados de palas, y
carretillas recolectan el mineral que luego es llevado a un depósito para
ser envasado y subido a un camión para entonces terminar en las empresas
que lo comercializarán como se haya determinado
La industria de sal de Montecristi es la más importante de
República Dominicana, ya que cuenta con 353 salinas o estanques de agua marina.
Aquí más 250 propietarios, generan beneficios directos e indirectos para unas
cuatro mil personas.
Aparte de los dueños, hay obreros, entre ellos:
envasadores, sacadores, cargadores, transportistas, carretilleros y personal de
apoyo que viven de este negocio de la sal.
Economía
La producción y comercialización de la sal, además de la
exportación de bananos y entre otros rubros agrícolas, incluyendo la pesca, la
crianza y ventas de ganado vacuno, caprino y ovejuno, junto a sus espacios
turísticos podría decirse que son parte del sostén de la economía de la
provincia de Montecristi ubicada en la Línea Noroeste de Republica Dominicana.
Fuente: El Nacional
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