Las consecuencias del consumo excesivo de alcohol provocan el deseo de eliminar este compuesto de nuestro organismo cuanto antes. Sin embargo, poco se puede hacer para acelerar el ritmo de metabolización. Otra cosa es contrarrestar el efecto sedativo que causa.
Son muchos los bulos que
circulan acerca de la forma de eliminar antes el alcohol.
Las manifestaciones físicas de su consumo excesivo empujan a llevar a cabo
muchos de ellos. Sin embargo, poner en práctica estas falsas creencias
no va a conseguir que la metabolización de este compuesto se acelere. Por
ello, aunque resulte obvio, siempre viene bien recordar que, para no sufrir las
consecuencias del alcohol, lo mejor es no tomarlo.
“El consumo de grandes
cantidades de alcohol concentrado en un espacio corto de tiempo, conocido
también como binge drinking o consumo en atracón, se
ha relacionado con múltiples consecuencias para la salud de la persona que lo
ingiere, así como sobre la de otras personas. Una vez que se han consumido
las bebidas alcohólicas y el alcohol pasa a la sangre, este permanece allí
hasta que se metaboliza”, expone Marina Bosque,
profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universidad Abierta de
Cataluña (UOC).
Rafael Moreno,
especialista en medicina interna del Hospital Vithas Aguas Vivas y del Centro
Médico Vithas en Alzira, detalla que “el alcohol etílico, como conocemos al
alcohol que se consume normalmente, se metaboliza principalmente en el
hígado, donde varias proteínas llamadas enzimas se encargan de transformarlo en
acetaldehído y, finalmente, en acetato, pudiendo usarse como fuente de
energía, pero al mismo tiempo produciendo múltiples efectos metabólicos
nocivos”. El especialista añade que una pequeña proporción de este compuesto
(entre el 2 y el 10%) se elimina a través de la orina, el sudor y la
respiración.
¿El alcohol se elimina antes
si dormimos?
No. El ritmo de
metabolización del alcohol es fijo y depende de variables individuales
y genéticas, así como de si se ha producido un consumo intenso. En este último
caso, la metabolización se acelera, pero no mucho, porque, como ya se ha
mencionado, la vía principal de eliminación es el hígado, que es capaz
de metabolizar 10 o 12 gramos de etanol por hora, lo que suele equivaler a
algo menos de una bebida estándar. “Se considera una bebida estándar la que
contiene aproximadamente 14 gramos de alcohol, como un tercio de cerveza normal
(de 5 grados) o un vaso de 150 mililitros de vino de mesa (de 12 grados)”,
apunta Moreno.
Por lo tanto, si dormimos,
“simplemente lo que ganamos son horas para metabolizar el alcohol, pero
no va a hacerlo más rápido”, asegura Gerardo
Florez, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Científica
Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías
(Socidrogalcohol). El experto aclara que se podría afirmar que dormir “es casi
la mejor manera de evitar que la intoxicación alcohólica y las alteraciones
psicomotrices que se produzcan tengan malas consecuencias”.
Duchas de agua fría, ¿sí o no?
Hay que tener en cuenta que el
alcohol aporta una serie de calorías que se llaman vacías porque no se
acompañan de otros nutrientes. En este sentido, Florez explica que “el cuerpo
puede utilizar esas calorías para quemarlas y mantener la temperatura
corporal”.
No obstante, indica que, en
realidad, darse una ducha de agua fría no va a acelerar el metabolismo
del alcohol. “Eso sí, contrarresta la intoxicación a nivel sedativo.
El alcohol es un agente que, al principio, produce euforia porque inhibe las
partes inhibitorias de la conducta del cerebro, pero pasa a ser sedativo a
partir de un momento determinado”, expresa.
¿El café elimina el alcohol
antes?
El café en
sí mismo tampoco acelerará el metabolismo, aunque sí disminuye el
efecto de sedación a nivel cerebral que produce el alcohol. El miembro de
Socidrogalcohol añade que hay gente que bebe café o café con sal para vomitar y
eliminar el contenido gástrico. “En ese caso, si hubiera alcohol en el
estómago, sí se eliminaría”, afirma.
Por otra parte, Bosque
determina que “no hay evidencias científicas en relación con los mitos que se
plantean como posibles soluciones para reducir las consecuencias de una borrachera”.
La experta de la UOC declara que, teniendo en cuenta los efectos adversos de
este compuesto, lo más recomendable sería reducir la cantidad ingerida y realizar
este consumo durante las comidas.
Además, Bosque destaca que un
aspecto importante a tener en cuenta es el hecho de que el alcohol crea
tolerancia. “Si solo lo asociamos a problemas a corto plazo, como las
borracheras, estamos dejando de lado su efecto a largo plazo (cánceres, cirrosis,
etc.). La tolerancia lo que hace es que una persona cada vez necesita más
alcohol para sentir los mismos efectos, con lo cual, se incrementa el riesgo a
largo plazo de sufrir problemas relacionados con el consumo de alcohol debido
a la falsa seguridad que ocasiona la tolerancia a corto plazo”, concluye.
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