Cambios en el color de las
uñas o de la piel, lesiones cutáneas y otras afecciones pueden estar indicando
que se padece alguna enfermedad. Un podólogo explica cuáles son esas
alteraciones que más habitualmente dan lugar a problemas de salud.
No solemos prestarles mucha atención hasta que nos duelen o nos pasa algo en ellos, pero los pies son la base del cuerpo que nos proporciona equilibrio. Es más, debemos estar atentos a ellos porque los dedos, las uñas y la piel pueden indicar alteraciones y patologías diferentes, a nivel sistémico o infeccioso, que van a dar determinados síntomas. Así que nunca está de más estar atentos a los cambios que se produzcan en las extremidades de las piernas.
Independientemente de las
alteraciones o enfermedades propias de los pies (infecciones fúngicas, víricas,
durezas, callos, uñas
encarnadas...), José Luis
Montero, podólogo y vocal del Ilustre Colegio de Podología de Madrid,
explica que lo primero que llama la atención son los cambios en las uñas. “La
normalidad en una uña es verla de un color rosado, porque está pegada al lecho
ungueal que deja atravesar la luz y por eso vemos ese color rosado”.
Cuando cambia
de color, ya sea la uña o la piel, o aparece lesiones cutáneas,
puede estar indicando algún problema de salud general.
Cambios de coloración en uñas
(cromoniquia)
Lo más habitual es que se
produzcan por una infección fúngica y dependiendo
del tipo de hongo pues se verá de un color distinto. Por ejemplo,
si es blanco se trata de Candida albicans, si es amarillento a
dermatofitos y si es verde a Pseudomonas. Cuando las uñas adquieren
un color marrón oscuro, negro o morado, esto es muchas veces provocado por
un traumatismo
por hacer deporte. “Se produce un sangrado en el lecho ungueal y se
forma un hematoma, y en principio esto no presenta ningún problema, un poco de
dolor y nada más, se soluciona espontáneamente, bien mudando la uña o
perdiéndola. Una uña tarda en crecer entre un año y año y medio si se pierde”,
subraya Montero.
Negruzco o marrón oscuro o una
línea negra (melanoma)
Este color marrón en zonas muy
localizadas también puede deberse a una alteración a nivel de la piel, una
lesión beningna, como un nevus o lunarcito. Sin embargo, ese color negruzco o
marrón oscuro, también puede
tratarse de un melanoma. Además, esta lesión
maligna también puede reconocerse porque aparece una línea muy
bien definida en toda la longitud de la uña de color negro. “Es una
línea vertical que recorre toda la uña, con un grosor de 1 o 2 mm. Llama la
atención porque es una línea muy perfecta”, especifica Montero.
Blanquecina amarillenta
(psoriasis)
Cuando la uña, sobre
todo la del dedo gordo, se vuelve frágil y quebradiza, un poco descamada y con
una coloración blanquecina amarillenta, puede ser síntoma de psoriasis. “A
veces se puede confundir con hongos. Son uñas en las que se forma mucha piel
muerta por debajo, que se ve como estropeada”, comenta Montero. El especialista
señala que la psoriasis es
la enfermedad sistémica estrella que puede causar problemas en las uñas. “Es
raro diagnosticar algo serio por las uñas de los pies, pero una psoriasis sí
que podemos diagnosticarla porque la uña se debilita y está irregular,
quebradiza, con un color más amarillento”.
Uña quebradiza y débil
(avitaminosis o malnutrición)
Montero resalta que es un tipo
de uña con un exceso de debilidad, muy frágil, que está despegada, que se puede
arrancar incluso con los dedos. A veces, incluso, la uña también presenta lo
que se llama líneas
de Beau (líneas transparentes que recorren en vertical la uña).
“Cuando vemos este tipo de uñas se debe hacer una analítica porque
muchas veces se asocia a procesos de avitaminosis y con el estudio analítico
descartamos un proceso vírico, infeccioso o incluso canceroso”, destaca
Montero.
Lesiones eccematosas
(intoxicaciones, alergia, infecciones víricas)
- Roncha roja o rosada en el empeine o zonas
de pliegue: puede estar indicando que se padece
una psoriasis. “A veces, el primer brote afecta al pie y los podólogos
podemos diagnosticar esta enfermedad gracias a que ha salido la lesión en
el pie”.
- Las ronchas también pueden aparecer por
dermatitis: por ejemplo, provocada por una
intoxicación o una alergia.
- Pústulas o erupciones: aparecen
lesiones por infecciones víricas relacionadas con la piel, por ejemplo,
por varicela.
En este caso, “lo normal es que aparezcan ronchas en todo el cuerpo pero,
a veces, la erupción puede empezar en la zona del pie. Es raro, pero puede
pasar”, advierte Montero.
Cambios de color en la piel
(alteración vascular, daño hepático)
- Tono amarillento: lo
normal es tener la piel de un color homogéneo, pero a veces, según la
enfermedad, por ejemplo, una hepática o pancreática, la piel adquiere un
tono amarillento.
- Tono azulado o violáceo: se
asocia con enfermedad pulmonar o cardíaca. “Cuando vemos la piel azul solo
en el pie es que no está llegando riego suficiente, seguramente porque
haya una alteración a nivel vascular, seguramente una obstrucción en
alguna arteria del pie”. Montero añade que esto es muy típico de personas
con diabetes de larga evolución.
- Tono blanco: cuando
la piel se pone blanca —“el pie parece albino”, comenta
Montero— se trata de un problema vascular conocido como enfermedad de
Raynaud. Aparece por los cambios de temperatura que producen una
constricción del vaso sanguíneo y la sangre no llega a la
piel.
Hormigueo, quemazón,
entumecimiento (falta de riego, diabetes)
Pueden indicar alternaciones a
nivel de riego sanguíneo. Y cuando hay una disminución de la sensibilidad del
pie, como de quemazón o de hormigueo, puede ser una neuropatía (por ejemplo,
síndromes compresivos en los que se pinza un nervio, como el neuroma
de Morton que padece la reina Letizia).
Dedos deformados
(artrosis)
Cuando los dedos de los pies
se tuercen y se deforman en garra. Se trata de artrosis,
es decir, una degeneración de la articulación por el paso del tiempo, y
generalmente se produce a edades avanzadas. “Duele bastante cuando los dedos se
están torciendo, luego ya no es tan fuerte”.
Dedo gordo con dolor e
inflamado (gota)
No es lo más habitual, pero
podría pasar que el primer síntoma de gota se
localice en el dedo gordo del pie, que se pone rojo y muy hinchado y duele
mucho porque se forma ahí un depósito de ácido úrico. “Si una persona no se
cuida y no suele hacerse un control analítico, al final se puede producir un
ataque de gota”.
0 Comentarios