Escrito por Juan
Camilo Carmona
El cerebro cambia cuando aprendemos un idioma. Más memoria, más concentración y hasta la capacidad de relacionarnos mejor con los demás.
Aprender un nuevo idioma no
solo te permite comunicarte con personas de diferentes culturas, sino que
también tiene un impacto profundo en tu cerebro. Adentrarte en un lenguaje
diferente es un proceso que despierta habilidades y mecanismos mentales que
mejoran tu vida en general.
En el mundo, según la plataforma Statista, hay más de 1400 millones de personas
que hablan inglés. Y no todos son nativos de un país con ese idioma. Al
contrario, la mayoría lo estudia como segunda lengua. Y se asume que desde el
2020 ha crecido la intención de estudiarlo, en razón de las oportunidades
laborales propias del teletrabajo.
Desde el aumento de la
concentración hasta la mejora de la memoria, aprender un nuevo
idioma cambia el cerebro. Prepárate para descubrir los beneficios cognitivos de
ser bilingüe.
¿Qué pasa en el cerebro cuando
aprendemos un nuevo idioma?
Según expertos, como el
neurólogo Felipe Vega Boada, al aprender un nuevo idioma se
estimulan áreas neuronales que fortalecen al cerebro y favorecen el
crecimiento de la corteza y la sustancia blanca. Se mejora la interconexión
entre neuronas y se crean nuevos caminos para el pensamiento, la deducción y la
resolución de problemas.
1. Aumenta la capacidad de
concentración y de realizar tareas
Las habilidades cognitivas y
las estructuras cerebrales no solo se desarrollan desde el ámbito biológico,
sino que también se ven influenciadas por factores ambientales. Es decir, las
actividades diarias y el entorno en el que crecemos modelan constantemente
nuestra cognición.
Según menciona el libro El cerebro bilingüe, se ha evidenciado que el bilingüismo,
al impactar en la capacidad cognitiva, permite realizar diferentes
tareas de forma eficiente. A su vez, nos vuelve mejores al evaluar las
acciones necesarias ante tareas determinadas.
Es por eso que, cuando te
sumerges en el aprendizaje de un nuevo idioma y tu cerebro se enfoca, esta
concentración se vuelve una habilidad transferible a otras áreas de tu vida.
Además, tu capacidad para dividir tu atención mejora, permitiéndote ejecutar
múltiples tareas sin distraerte fácilmente.
2. Retarda la aparición de la
demencia en la vejez
El aprendizaje de idiomas no
solo beneficia a los jóvenes y adultos, sino también a los adultos mayores. Según la coordinadora del Semillero de
Neurociencias de la Universidad CES, Isabel Cristina Rojas Gallego, aprender un idioma ayuda
a retrasar y disminuir el riesgo de enfermedades mentales.
De hecho, hay expertos que
consideran que el ejercicio de aprendizaje idiomático es más efectivo que los
medicamentos que se comercializan con el fin de retrasar la aparición de la
demencia. Además, es un método más barato y al alcance de la mayoría con la
expansión de internet.
3. Mejora la captación y uso
de la información
Un estudio
comparativo realizado en 2018 logró establecer que el aprendizaje de
un nuevo idioma promueve el crecimiento de la sustancia gris en áreas
clave del cerebro. Previamente, una investigación de 2012 ya había dejado sentado que el
hipocampo era una de las regiones más favorecidas por este aumento de masa.
La sustancia gris desempeña un
papel crucial en el procesamiento y la captación de información. Al tener más
sustancia gris, los cerebros bilingües son más eficientes para procesar datos
de cualquier tipo y tienen una mayor capacidad para adaptarse a nuevas
situaciones. Esto significa que aprender un nuevo idioma no solo mejora
tus habilidades lingüísticas, sino también tu capacidad para
absorber y utilizar información general.
4. Aumenta la memoria
El aprendizaje de un nuevo
idioma estimula diferentes áreas del cerebro relacionadas con la memoria. Una
revisión sistémica, publicada en la revista
Neurología, identificó que las personas bilingües mostraban una mejora
significativa en su memoria, tanto a corto como a largo plazo.
Recordar vocabulario,
estructuras gramaticales y frases en otro idioma ejercita y fortalece la memoria,
lo que también tiene un impacto positivo en otras áreas. Es decir, seremos más
hábiles para recordar nombres, fechas importantes o detalles específicos de un
suceso.
5. Promueve la plasticidad
cerebral
El cerebro es un órgano
adaptable y flexible. El aprendizaje de un nuevo idioma
estimula la neuroplasticidad.
Esta es una capacidad que tiene el sistema nervioso para modificarse a sí mismo
en su estructura.
Aunque siempre se haya dicho
que el cerebro no cambia porque no podemos crear neuronas nuevas, lo cierto es
que sí podemos modificar el entramado entre ellas. Las conexiones neuronales se
reorganizan para dar paso a una mejora de las funciones cerebrales.
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