Escrito
por Federico Gil Garcia
La luz y la
temperatura son aspectos clave a la hora de preparar el ambiente para dormir.
Descubre 7 hábitos para conseguir un descanso reparador y dile adiós a los
trastornos del sueño.
Si tienes un
sueño poco reparador, te despiertas de forma intermitente o te cuesta dormir
por las noches, es posible que el problema se deba a un ambiente poco adecuado
para descansar. De hecho, la prevalencia de los trastornos de sueño ha sido
estimada en torno a un 20 %.
En cuanto al
insomnio, se tiene registro que entre 10 y 15 % de la población adulta española
lo padece de forma crónica, mientras que en torno al 30 % lo sufre de manera
ocasional.
Algunas
de las causas más frecuentes de estos trastornos que nos impiden dormir bien
son el estrés y los malos hábitos de sueño. Por su parte, las consecuencias incluyen un mal
desempeño en el trabajo o la escuela y la posibilidad de desarrollar trastornos
de ansiedad o enfermedades, como la depresión.
A
continuación, te mostraremos 7 hábitos del sueño saludables que puedes adoptar
a la hora de preparar tu habitación para conseguir un sueño más reparador.
¡Toma nota!
1.
Oscuridad total
Se ha
demostrado que acostarse a oscuras ayuda a relajarnos y favorece la secreción
de melatonina, que es la hormona que induce al sueño. En el caso de que haya
persianas o cortinas black-out en tu dormitorio, lo mejor es
bajarlas por completo para evitar que la luz se cuele por las rendijas durante
las primeras horas de la mañana.
Estudios han
demostrado que exponerse a fuentes de luz azul durante la noche ―la pantalla
del móvil o del televisor, por ejemplo― altera el ciclo circadiano. Por ende,
el cuerpo pierde la regularidad de su reloj interno y se altera la transición
entre el sueño y la vigilia.
Además, hay
estudios que aseguran que la luz de noche eleva los niveles de leptina, lo que
provoca el hambre durante la noche; por lo tanto, se asocia la
exposición a las luces artificiales al momento de dormir con un mayor riesgo de
obesidad o diabetes.
2.
Temperatura adecuada
¿Es mejor
dormir con frío o calor? Según un estudio de la revista Science of Total Environment, una temperatura
elevada puede ocasionar un sueño de baja calidad. La temperatura ideal
es entre los 20° y los 25 °C, con una caída del 5 al 10% en la eficiencia
del sueño cuando la temperatura aumenta de 25° a 30 °C.
Por otra
parte, quizá quieras saber si es una buena idea dormir con aire acondicionado,
sobre todo en verano. Esto se desaconseja, ya que estos
electrodomésticos reducen la humedad del aire y provocan resequedad en la piel
y en las vías respiratorias. Además, la falta de limpieza de los filtros de
los aires acondicionados aumenta el riesgo de infecciones, puesto que se
acumulan gérmenes.
3. Cama y
entorno
La cama en
la que vas a dormir tiene que ser cómoda. Se recomienda un colchón de
dureza media, con una consistencia que se adapte a la forma de tu cuerpo.
La anchura del colchón debe ser de unos 90 centímetros para una cama individual
y 160 centímetros para una cama doble. El largo debe ser superior a tu cuerpo
para que puedas estar cómodo.
La almohada
también es clave, ya que mantiene tu columna alineada para prevenir dolores de
espalda, cuello y hombros. Un estudio reciente investigó el efecto de
distintos tipos de almohada y halló que las de resorte y goma reducen
con mayor efectividad el dolor de cuello, en comparación con otras.
En cuanto a
la ubicación de la cama, lo mejor es que desde la posición acostada
puedas ver las ventanas y la puerta del dormitorio, para tener control sobre el
espacio. La decoración de tu habitación para dormir mejor también
es un aspecto que puedes tener en cuenta, ya que te sentirás más relajado en un
ambiente bonito y con las cosas que te gustan.
4. Ropa
para dormir
Hay ciertas
discrepancias sobre qué ropa utilizar para dormir. Mucha gente concilia mejor
el sueño con una ropa de tela suave, destinada solo al descanso (en otras
palabras, un pijama, que puede ser de manga larga o corta, según la estación).
Otras
personas prefieren dormir en ropa interior o, incluso, desnudas. Algunos
estudios han investigado los efectos de dormir desnudo y han encontrado ciertos
beneficios. Por ejemplo, Sleep Foundation asegura que dormir sin
pijama aumenta el nivel de oxitocina y combate el estrés, la depresión y la
hipertensión arterial.
5. Reduce
el ruido todo lo que puedas
Un aspecto
esencial en un ambiente adecuado para dormir es que la habitación debe
estar aislada de sonidos del exterior. Por otra parte, también es
importante que no haya ruidos dentro de la habitación, como dispositivos
electrónicos que puedan sonar a mitad de la noche y despertarte.
A la hora de
conciliar el sueño, mucha gente opta por utilizar el «ruido blanco», que es un
sonido permanente al que nuestro cerebro deja de prestar atención pasado un
rato. Algunos ejemplos son un televisor que no capta señal, un ventilador, un
ordenador ruidoso o el suave rugido de un tránsito lejano.
Está
bastante generalizada la creencia de que el ruido blanco puede ayudar a dormir
mejor. Esto se debe a que este fenómeno logra reducir la diferencia
entre el ruido de base y el ruido máximo. De esta manera, hace crecer
el umbral de tolerancia ante un ruido ocasional que se produce a mitad de la
noche.
De todas
formas, una revisión reciente sugiere que el ruido blanco continuo
podría tanto mejorar el sueño como interrumpirlo, dependiendo el caso. En
resumen, lo más importante es que conozcas cuáles son los tips que
pueden funcionarte a ti.
6. Evita
ciertos hábitos antes de dormir
Es central
que asociemos la habitación con el lugar que utilizamos para dormir. Esto
quiere decir que no debemos usar la cama para revisar nuestras redes sociales,
mirar una película, leer un libro, estudiar o trabajar. Reserva este espacio
para el descanso.
Tampoco se
recomienda hacer ejercicio antes de dormir. Si vas al gimnasio
o practicas alguna actividad en casa, procura que sea varias horas antes del
momento de acostarte.
Por otra
parte, existen muchos alimentos que es mejor no ingerir antes de
acostarte. Entre ellos, encontramos los siguientes:
- Helado.
- Quesos.
- Mantequilla.
- Salsas picantes.
- Barras de caramelo.
También
hay infusiones que te pueden ayudar a descansar mejor por
la noche; sin embargo, en definitiva, el café no es una de ellas. Un estudio
reciente precisó que consumir 400 miligramos de cafeína (una taza) tiene efectos
disruptivos importantes en el sueño, incluso si se toman hasta 6 horas
antes de acostarse.
7.
Relajación
Por
último, un tip que puede servirte para conciliar el
sueño es practicar ejercicios de relajación para dormir con tranquilidad.
Por ejemplo, mientras estás tumbado, puedes colocar las manos sobre tu abdomen
y respirar con profundidad, con los ojos cerrados. Así podrás percibir los
movimientos diafragmáticos.
lgunas
recomendaciones finales para dormir bien
Ahora que
conoces estos tips que te ayudan a crear un ambiente
adecuado para dormir, no pierdas de vista la adopción de una rutina en la que
se destinen de seis a ocho horas al sueño. Para ello, lo mejor es
acostarse y levantarse todos los días a la misma hora, incluso los fines de
semana.
De esta
forma, se trabaja en la constancia, lo que refuerza el ciclo de sueño-vigilia
del cuerpo. Además, para un mejor descanso, puedes recurrir a herramientas,
como las apps para mejorar el sueño.
Por otra
parte, si no te duermes en los veinte minutos posteriores a acostarte, no lo
fuerces: levántate de la cama e intenta distraerte con algo más. De lo
contrario, la frustración por no poder dormir y el esfuerzo realizado para
conseguirlo desencadenarán, de forma paradójica, que no lo logremos.
Si
adoptas estas claves para una buena higiene del sueño, podrás tener un
descanso de mejor calidad, permitiendo a tu cuerpo y a tu mente adaptarse a un ciclo natural que
mejorará tu rendimiento al día siguiente. ¡Dulces sueños!
Fuente: https://mejorconsalud.as.com/
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