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Cómo estimular las habilidades sociales en los niños


Úrsula Perona

Las habilidades sociales en los niños deben estar basadas en actitudes prosociales, es decir, en aquellos comportamientos que, sin buscar una recompensa material, favorecen o benefician a los demás y nos ayudan a obtener relaciones sociales satisfactorias. La amabilidad, la cortesía, dar consuelo o la empatía, por ejemplo, son conductas prosociales. La psicóloga infantil Úrsula Perona nos explica qué podemos hacer los padres para fomentarlas.

Nuestros hijos han nacido en una era en la que las relaciones sociales se trabajan a través de la tecnología de una forma que no tiene precedentes. Los cambios en las maneras de interacción social son tan rápidos, que no sabemos manejarnos en este mundo digital. Las normas sociales que antes eran válidas parecen haber desaparecido. Es decir, la tecnología cambia la manera en que interactuamos entre nosotros. Y con ella se pierden o transforman las normas sociales y los valores. Mientras que, por otro lado, la sociedad avanza hacia el individualismo, lo que tampoco ayuda.

Cómo estimular las habilidades sociales en los niños

La prosocialidad es algo que va más allá de la buena educación o la cortesía. No es algo superficial. Es una manera de vivir y de relacionarte con los demás, y tiene un gran impacto tanto en la persona que la practica como en quien la recibe.

Existen diferentes actitudes que debemos enseñar a nuestros hijos e hijas para que sean prosociales. Estas son las principales:

1. Ayudar a otras personas que lo necesiten


Es importante enseñar a nuestros hijos a brindar ayuda real a otras personas que lo necesiten y siempre con su permiso. Estas son actitudes tan simples como ofrecerse para llevar las bolsas de la compra al vecino, dejar el asiento del bus a las personas mayores o ceder el paso a alguien que va junto a ti.

2. Dar y compartir

Enseñar el valor de la generosidad y de ser desprendidos, así como pedir perdón si es necesario, es clave para que tus hijos se acerquen a la prosocialidad.

3. Consolar

Debemos enseñar a nuestro hijo a respetar las emociones ajenas y, si alguien cercano está triste, que trate de consolarlo de la manera que pueda y, por supuesto, procurando que la otra persona se sienta cómoda.

4. Elogiar

Otro aprendizaje esencial es el de valorar positivamente lo que nos gusta de los demás con acciones o expresiones verbales que muestren nuestro reconocimiento. Es fundamental que el elogio sea sincero.

5. Escucha activa

Cuando nos hablen, escuchar de verdad. Poner nuestra atención plenamente en el otro y mostrarnos interesados.

6. Empatía

También resulta vital que aprendan a ponerse en el lugar del otro. El desarrollo de la empatía es importante. Y a los más pequeños hay que animarlos siempre a tratar de entender a los demás, a que imaginen cómo pueden sentirse y qué motivos puede haber detrás de sus conductas.

7. Solidaridad

Mostrarse solidario con otras personas y colectivos ante el sufrimiento, los problemas y las situaciones difíciles.

Si ponemos atención en todos estos aspectos, conseguiremos que nuestro hijo o hija poco a poco sea consciente de poner en práctica actitudes prosociales, con lo que fomentaremos el desarrollo de sus habilidades sociales y conseguiremos que emocional y socialmente sea más positivo.

Además, esta actitud le beneficiará de manera colateral. Porque, aunque el fin de la prosocialidad no es el beneficio propio, indudablemente cuando uno mantiene una actitud amable, generosa y respetuosa con el entorno, provoca reacciones favorables de los demás hacia uno mismo.

 

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