No sólo de leche contaminada estamos intoxicados en el país. Y no precisamente sólo a la hora del desayuno sino durante todos los días. Somos testigos callados, por demás, de la incompetencia de nuestros ministros y la frescura de los corruptos, justificados por el presidente de una nación que recientemente dijo que “la corrupción son hechos aislados en su gobierno en manos de ciertos individuos corruptos”
No es un secreto la corrupción en la que incurre el gobierno de turno. Donde el líder apoya o por lo menos, calla, ante denuncias reiteradas de actos de corrupción gubernamental. Sólo limitándose cuando ya los hechos son demasiados obvios a remover fichas, pero los deja siendo “secretarios sin cartera”. Es decir, los quita del puesto pero continúa premiándolos.
“La percepción de la corrupción es un fenómeno de gran complejidad, que no sólo tiene que ver con el país, sino un fenómeno de carácter universal y de todos los tiempos”, eso dijo recientemente Fernández en el marco de la presentación de las 30 propuestas anticorrupción elaborado por organismo internacionales. Y es verdad, la corrupción es una lacra de toda la vida, que en nuestro país hemos sufrido bastante en todos los gobiernos de la historia, pero si usted es el Presidente su deber no es justificar dichas acciones y lavarse las manos. Su deber como mandatario es actuar, denunciar y poner en práctica lo necesario para castigar a los corruptos y ponerle coto a la situación.
No vale la pena, emitir frases vacías a favor o no de la corrupción. El Presidente Fernández sabe de sobra la corrupción gubernamental que hay en estos momentos, que cada día que pasa se van descubriendo nuevos hechos. De esta manera, con esta actitud de que denuncio lo mal hecho, pero no hago nada para corregirlo, la sociedad dominicana vive engañada. Tenemos un Presidente, maniatado, sumiso y con muy poca voluntad para enfrentar esta epidemia que está carcomiendo los estamentos del Estado Dominicano.
Por otro lado, la situación de intoxicación por la leche del desayuno escolar que vienen sufriendo desde hace unos meses nuestros niños y jóvenes en la educación pública es: indignante. Vergüenza ajena siento de que en este país, ni siquiera funcione un desayuno escolar como Dios manda. De que Melanio Paredes diga que “se siente incompetente frente a esta situación” y peor, enuncié que el Ministerio Público es el que tiene que investigar esta desgracia, que por supuesto, a sus hijos no les afecta.
Ministro Paredes, disculpe pero este problema le compete a usted y tiene que investigarlo hasta las últimas consecuencias, recuerde que le pagan para que resuelva. No se escude en el Ministerio Público, que ellos tienen sus asuntos pendientes. Conforme una comisión de investigación de su Ministerio, visite esas escuelas donde se ha producido estos problemas, hable con los proveedores de esa leche y póngase las pilas.
Mientras tanto, los niños y jóvenes beneficiarios del desayuno caen enfermos y tienen que ser hospitalizados. Esta desgracia es un problema nacional en que el Presidente debería de involucrarse.
Desgraciadamente, todo lo concerniente a la educación pública escolar en nuestro país continúa siendo paupérrima y no sólo por la leche consumida.
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