A niños Elian y Escarelyn, de cinco años ambos, parece no preocuparle que en Sierra Prieta no haya espacio para la educación media, sin imaginarse que dentro de poco serán los cursantes de ese nivel.
Maestros de la comarcan definen la carencia de aulas como difícil para la generación estudiantil.
Mientras que Rachel Soriano, ya cursa el cuarto de bachiller, relata el viacrucis que pasa para recibir docencia en el liceo más próximo, ubicado en Villa Mella.
En el lugar no funciona el nivel medio, pero hay bancas de apuestas, discoteca y la juventud se pasa las horas entre juegos y charlas. Esto incrementa el ocio y con ello la delincuencia y la seguridad brilla por su ausencia.
Según la denuncia de los parroquianos, las autoridades de educación alegan que la población estudiantil es muy poca, por lo que no califica para ampliar la oferta.
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