Después de las 12:00 de hoy estrenaremos un nuevo año: un 2013 que hereda de 2012 crisis, miedos e incertidumbres.
Sin embargo, al margen de las dudas q ue asaltan a la población en general, que navega entre la delincuencia y una nueva reforma fiscal que viene a “reducir” más los pocos chelitos que entran a los bolsillos, tenemos el deseo de recibirlo con alegría y con la esperanza de que los pronósticos no se cumplan en su totalidad y el panorama sombrío que se ha pintado sea matizado por muchas pinceladas de color para convertirlo en un hermoso paisaje.
Seamos positivos, pero a la vez realistas. No nos dejemos arrastrar por el pesimismo, pero tampoco vivamos en las nubes pensando que todo está bien y dejemos de “ocuparnos”.
Regalémonos la cordura en este 2013 y aprendamos a planificar nuestros pasos y ser austeros en el consumo y el gasto.
En este 2013 no vivamos en miedo por la delincuencia, pero sí seamos cautelosos y estemos atentos a lo que nos rodea para evitar recibir sorpresas desagradables y peligrosas.
En este 2013 demos más de nosotros a nuestras familias y contribuyamos a mejorar nuestra sociedad al educar mejor y dar más amor a nuestros hijos.
En 2013 también pensemos un poquito más en nosotros, en cuidarnos por dentro y por fuera; en rodearnos de personas más auténticas y sinceras, al mismo tiempo que lo somos con ellas.
Hoy es un día de fiestas, brindis y, para muchos, de amanecidas. Sin importar lo que hagamos hoy, disfrutemos cada segundo, minuto y hora, pero ‘guardemos pan para mayo’ y pensemos que nos esperan otros 365 días para ser felices.
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