Por VENECIA JOAQUIN
Mi padre, al observar una persona con dificultad para aprender y tener iniciativas, decĆa “tiene hambre en el cerebro”. Luego escuche a alguien decir “el mal comió, no piensa”. Esas expresiones, envuelvenmensajes significativos, que describen una triste realidad.
Cuando se ha pasado mucha hambre, en cierto sentido, se afecta la memoria. De ahĆ mi temor de que el 4% del presupuesto destinado a mejorar el sistema educativo, caiga en el vacĆo, si no se alimenta adecuadamente la población infantil.
No es cuestión de que con esos fondos tan solo se construyan escuelas,hagan concursos, diversifiquen los contratistas, compren butacas, multipliquen el salario del Ministro y sus funcionarios, suban un porcentaje al sueldo de los maestros, traigan expertos a capacitarlos, se aumente la burocracia, tecnologĆa y se mejore incluso, la calidad de la educación.Todo eso es importante pero terminara favoreciendo un grupo y cayendo en un barril sin fondo, al no atenderse con la misma intensidad, lo relativo a la alimentación de los estudiantes, especialmente de los niƱos.
Sabemos que tener comida, no esun problema en la clase alta y media, pero la mayorĆa de la población estudiantil, viene de hogares muy pobres, donde “la maquina del cerebro no ha sido debidamente engrasada, esta oxidada”. EstĆ”n desnutridos, pasan hambre, “tienen cucharas atrasadas”. Con ese vacĆo, no estĆ”n en condiciones de aprender.
Tradicionalmente, se ha tratado de llenar esa necesidad con el desayuno escolar. No se ha logrado por varias razones. Dentro de ellas, el que los nutrientes no son de calidad, muchas veceshan intoxicadosniƱos y otras tantas, no hay desayuno.
Lo ideal es que seeleve el nivel de vida de las familias pobres para que sean sujeto de su desarrollo. Abrirles fuentes de trabajo, ayudar al campo, apoyar la micro empresa, ¡que lleven comida a sus hogares!. Hoy, corremos el riesgo de que los millones de pesos del 4% destinado a la educación, se pierdan,si no se atiende a la alimentación.
La etapa en que un niƱo mas necesita comida de calidad, para que sus facultades mentales bĆ”sicas se desarrollen, comienza desde cuando la criatura esta en el vientre de la madre hasta alcanzar los cinco aƱos. Urge que los gobiernos aseguren, que los productos que estĆ”n al alcance del bolsillo de las familias pobres, tengan los nutrientespara una buena alimentación. Silo que consumen son pan, salami, queso, leche en polvo, las autoridades deben procurar que en esos productos sesuministren las vitaminas y proteĆnas necesarias para desarrollar el cerebro de los niƱos y que sean saludables.
El desayuno escolares una estupenda oportunidad de poner en prÔctica la iniciativa de asegurarnutrientes en los alimentos de los niños. La que muy bien podrÔ convertirse en una prioridad nacional. De esa manera, su mente estarÔ despierta, aprenderÔ, serÔ creativo y su cuerpo Ôgil. Es ese niño, el que puede aprovechar a cabalidad el 4% logrado para la educación.
Un gobierno que desee una sociedad con hombres y mujeres,que contribuyan al desarrollo integral de la misma, debe ocuparse de que estos en su etapa de formación, dispongan no solo de fuentes educativas modernas sino también que tengan a su alcance nutrientes que le fortalezcan el cuerpo a fin de que puedaninsertarse como ente productivo en su comunidad.
De ahà mi preocupación, de que sino hay buena nutrición, la inversión del 4% en educación, pueda no alcanzar su misión. Reflexionemos, pues.
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