Por Andrew
Keen
Nota
del editor: Andrew
Keen es un empresario anglo-estadounidense, escéptico profesional y autor de The
Cult of the Amateur (El
culto del aficionado) y de Digital
Vertigo (Vértigo
digital). Este artículo fue recopilado en FutureCast, una conferencia que se
llevó a cabo en Palo Alto, California, en donde se presentó una conversación
sobre el futuro del trabajo entre Keen y Vivek Wadhwa, empresario de la
tecnología y escritor.
(CNN)
- Si la empresa en donde trabajas te prohíbe utilizar
Twitter, Facebook, LindedIn y otras redes sociales en la oficina, esa política
tiene "muerte cerebral", me dijo el empresario Vivek Wadhwa.
Wadhwa,
quien se encuentra en la lista de las 40 mentes con mayor influencia en la tecnología,
por supuesto tiene razón. A continuación encontrarás cinco razones, tomadas de
varios libros publicados este año.
1.
Es contraproducente
Gerentes
dictatoriales, considérense advertidos. El prohibir las redes sociales en
el trabajo es tan posible como los intentos del Rey Canuto para detener la
marea. Como Nicco Mele afirma en The End of Big: Howe the
Internet Makes David the New Goliath (El final de lo grande: cómo el
internet hace de David el nuevo Goliat), las redes sociales en
realidad contribuyen a la muerte de la gran empresa. Además, ya que la mayoría
de los trabajadores ahora tienen sus teléfonos inteligentes y sus tabletas, es
prácticamente imposible -sin establecer un régimen totalitario que lo ve todo-
evitar que los trabajadores echen un vistazo a sus actualizaciones de Facebook
o las entradas de Twitter mientras van a los servicios.
2.
Es una idea muy antigua
Incluso
la palabra "prohibición" es arcaica. Como argumenta Moisés Naim enThe End
of Power (El
fin del poder), al socavar las jerarquías tradicionales y las barreras, el
Internet hace que sea cada vez más difícil prohibir cualquier cosa. "El
estar al frente no es lo que era antes", anota en el subtítulo del libro.
Los dictadores de Medio Oriente deberían, por supuesto, tener cuidado. Aunque
también deberían tenerlo los todopoderosos directores de TI o los gerentes de
R.H. cuyo monopolio de autoridad y poder ha sido socavado por el internet. Como
la Plaza Tahrir ,
la oficina en el siglo 21 ha
sido radicalmente democratizada. Las oficinas estrictamente controladas de
arriba a abajo ya no funcionan. Son tan del Siglo XX.
3.
Las redes sociales son la nueva pausa para el café
Es
la versión del Siglo 21 del enfriador de agua. Es la forma como recibimos las
noticias, nos ponemos al día con los amigos y colegas, hacemos nuestros planes
sociales, establecemos nuestras identidades y vemos al mundo. Nuestro uso
obsesivo de las redes sociales significa que todos vivimos en un presente
perpetuo, dice el columnista de CNN Douglas Rushkoff en Present
Shock: When Everything Happens Now (Choque
con el presente: cuando todo pasa ahora). Es lo que los gurús de las
redes sociales Robert Scoble y Shel Israel describen en Age of
Context (Era
del contexto). Como Scoble nota, este ambiente rico en redes sociales,
en donde todo lo que hacemos se convierte en "información social", es
lo que llama el "nuevo mundo". Esto es "atemorizante"
y "estrafalario", reconoce Scoble. Pero es tan inevitable como los
coches que se conducen solos o los ordenadores portátiles. La prohibición de
las redes sociales, por lo tanto, es esencialmente prohibir a las personas
en el trabajo. Es como si se ilegalizara hablar o reír. Igual podrías prohibir
respirar.
4.
Es beneficioso realizar múltiples tareas
Como
cualquier persona con niños lo sabe, los nativos digitales viven sus vidas
híper-conectadas gracias a la realización de múltiples tareas al mismo tiempo.
Y lo mismo es cada vez más cierto en el trabajo. Erase una vez, nos sentábamos
todo el día en la oficina y luego nos íbamos a casa para disfrutar de nuestro
tiempo libre. Sin embargo, hoy en día, el trabajo y el tiempo libre están
estrechamente conectados. De manera que el 'tweet' ocasional o la actualización
de Facebook desde la oficina no significa que no estás trabajando. Simplemente
significa que parte de tu cerebro podría estar temporalmente concentrado en
otra cosa. Esa concentración temporal describe la naturaleza del trabajo en el
Siglo 21. Así es como todos -incluso los más eficientes entre nosotros-
funcionan en la era de las redes. Como Jane McGonigal indica en su 'bestseller' Reality is Broken: Why Games Make
Us Better and How They Can Change the World (La realidad se ha averiado: por
qué los juegos nos hacen mejores y cómo pueden cambiar el mundo), el
realizar tareas múltiples en realidad nos vuelve más creativos al estimular nuestro
carácter juguetón.
5.
Nos vuelve más productivos porque abre nuestras mentes
Las
redes sociales no sólo nos permiten resolver los grandes problemas de forma
grupal, sino también nos instruye más, nos hace capaces de pensar con mayor
independencia y nos proporciona una sensación como PES de lo que otras personas
piensan, de acuerdo a Clive Thompson en Smarter Than You Think: How Technology is Changing Our Minds for
the Better (Más
listo de lo que crees: cómo la tecnología mejora nuestras mentes). Por
medio de Twitter, podemos acceder a artículos e historias del periódico que de
otra forma nos perderíamos. LinkedIn nos permite la interconexión con colegas.
Facebook nos proporciona inteligencia sobre ideas y empresas competitivas. Y
prohibir las redes sociales en el trabajo únicamente aumenta aún más este
conocimiento al alentarnos a comunicarnos con empresas más abiertas e
innovadoras.
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