SANTO
DOMINGO, República
Dominicana.- Rosario Santos es madre de cuatro hijos, está casada con Willy
desde hace 20 años, y dice se siente realizada.
Posee su negocio propio y desde hace 12 años elabora repisas,
juegos de salas, camas, con tallados y si tallados, junto a su marido.
Santos se enteró de que CE-Mujer impartía cursos de
ebanistería y tallado a muy bajo costo, entonces resolvió tomarlos. Willy al
ver a su mujer entusiasmada y con deseos de superación decidió dejar de
trabajar y formar aquello como un negocio de familia.
El Centro de Solidaridad para el Desarrollo de la Mujer (CE-Mujer), con 24
años de trabajo, ha formado a más de 8 mil mujeres en oficios no convencionales
o “para hombres”, específicamente en la provincia Santo Domingo.
Ebanistería, tallado, tapicería y electricidad son algunos de
los talleres que imparte el Programa de Formación Técnica y Empleo para Mujeres
Doctora Evangelina Rodríguez, de CE-Mujer.
A través de estos talleres miles de mujeres han adquirido una
formación técnica, pudiendo obtener empleos, incursionando al sector micro
empresarial e incrementado su autoestima.
Estas mujeres pudieron extender los beneficios de estos
negocios hacía sus familias, sensibilizado a sus parejas y parientes, que
muchas veces al hombre ver el crecimiento de ésta decide dejarla u obligarla a
que se aleje de la vida productiva.
Alrededor de 350 egresadas han
logrado empleos fijos en empresas del sector. Esto ha sido posible por la
capacidad puesta a prueba y, especialmente, por la estrategia que con tal fin
ha aplicado el Programa.
“Los resultados han sido muy positivos, aunque el afán puede
ser desgastador”, destacan.
Casi un 60% de las mujeres que han pasado por este proyecto,
son madres solteras con 3 o 4 hijos.
En República Dominicana, las mujeres constituyen apenas un
42.64% de la población económicamente activa del país frente a un 68.68% de los
hombres en el 2008, lo que habla de sus dificultades para insertarse en el
mercado laboral.
Para el 2011 el desempleo femenino rondaba por el 21.5%, que
era más del doble del masculino que solo tenía 10.1%.
Tras estas cifras, estas instituciones decidieron elaborar un
proyecto denominado “Mujeres que Abren Camino”, que trae consigo distintas
políticas públicas en beneficios de la mujer.
Con base en La
Ley No. 17007 que instituye el Sistema de Presupuesto
Participativo Municipal y de la
Ley No. 176-07 Del Distrito Nacional y sus Municipios,
CE-MUJER formula una propuesta concreta a los ayuntamientos, teniendo en cuenta
que uno de los principios consagrados en esta ley, es “De equidad de género,
tanto en cuanto a la participación como en la inversión que la debería
favorecer”.
Mediante este proyecto, lo primero es entender la magnitud y
naturaleza de los obstáculos. Lo segundo, desarrollar procesos de contacto y
sensibilización con los empresarios.
Lo tercero, acompañar a las candidatas y a las ya empleadas
en el proceso de adaptación a los empleos, con la ayuda del 4% de los
municipios destinados a Género, Salud y Educación.
Centro Metas
Las egresadas organizadas en una asociación denominada como
Mujeres Técnicas (AMUTEC), conformada por aproximadamente 250 mujeres, con el
estrecho acompañamiento de CE-MUJER y el apoyo de entidades de cooperación, han
establecido una tienda, llamada Centro METAS, en la que exhiben y ofertan los
artículos que ellas confeccionan. Pero no solo se benefician las agrupadas en
esa entidad, sino que la tienda está también al servicio de otras mujeres
capacitadas, incluso para las de otros municipios
Dijeron que el Centro Metas es como la casa matriz, madre, de
la RED. No
todas las egresadas están en AMUTEC, ni todas las de AMUTEC participan en el
Centro Metas, pero todas pertenecemos a la RED y todas las egresadas, estén organizadas o
no, se pueden beneficiar del Centro METAS y de las ferias que organiza cada año
por AMUTEC. Muchas egresadas trabajan en sus casas y hacen su trabajo por
encargo.
Maira Carreras, ebanista y tapicera, fue una de las primeras
mujeres que decidió por independizarse de un marido maltratador, y sacar a sus
hijos como madre y padre.
Con casi 20 años como microempresaria sus hijos ya son
bachilleres y han realizado cursos técnicos para iniciar en el negocio que les
dio de comer.
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