Por Lisa-ann Gershwin
(CNN) – "¡Ay!" es lo que la mayoría de nosotros piensa
cuando se le vienen a la cabeza las medusas. Pican. Son viscosas y no tienen
cerebro. Entonces, ¿quién hubiera creído que la modesta medusa pudiera salir de
las sombras y surgir como un destructor de la pesca y los ecosistemas e incluso
como una amenaza a los pingüinos y ballenas?
A lo lejos, en la Antártida -la última
reserva natural virgen, algunos podrían decir- el equilibrio está cambiando de
krill a medusas. En esta dura tierra, prácticamente todo lo que es más grande
que un krill come krill: ballenas, aves marinas, peces y pingüinos.
Pero los krill están
desapareciendo gracias a nosotros y a las medusas. Pescamos grandes cantidades
de krill para nuestros suplementos de omega-3; las medusas comen grandes
cantidades de plancton, lo que deja poco para que el krill pueda comer.
En todo el mundo, desde
el Mar de Bering hasta el Mar de Japón, desde el Mediterráneo hasta el Golfo de
México, de China a la bahía de Chesapeake, desde el Mar Negro hasta el Báltico
hasta el Benguela en las costas de Namibia, en cualquier lugar donde los
océanos están en problemas, las medusas se hacen con el control. A las medusas
les va mejor en aguas más cálidas. Nuestras emisiones de dióxido de carbono
están calentando el agua y volviéndola corrosiva. Las aguas más cálidas
-incluso a una fracción de grado- contienen menos oxígeno que el agua más fría
y cambia el equilibrio de quién sobrevive y quién muere.
Una criatura extraña
parecida a una medusa, llamada salpa, está aprovechándose de esto. Las salpas
son sin duda una de las criaturas más extrañas del mundo. Pueden crecer un 10%
de su longitud corporal por hora y pasar por dos generaciones en un día. Están
más estrechamente relacionadas con los seres humanos que con la mayoría de los
otros tipos de medusas, aunque ciertamente no se parecen a los humanos. Sus
cuerpos parecen barriles vacíos y gelatinosos. Las salpas no pican, pero sí
hacen daño por sus cifras asombrosas. Pregunta a los operadores de la planta de
energía nuclear Diablo Canyon en la costa central de California.
En 2011, las medusas
bloquearon las rejillas en la estación de energía en Hadera, Israel. En 2011,
las salpas cerraron temporalmente una planta de energía nuclear en California.
En abril de 2012, la
planta de Diablo sufrió un cierre de emergencia porque las salpas bloquearon
las tuberías de entrada en el sistema de enfriamiento. Esto puede parecer
extraño, pero las medusas han ocasionado varias decenas de cierres en plantas
de energía nuclear, centrales térmicas a carbón, plantas de desalinización
-prácticamente cualquier tipo de industria que utiliza agua de mar. Corren
riesgo incluso los centros de datos que se enfrían por medio del agua del mar
como el complejo de Google en Finlandia.
Distintos tipos de
medusas han ocasionado matanzas masivas de peces en granjas de salmones
alrededor del mundo. Irlanda, Escocia, Chile, Australia, Nueva Zelanda... por
mencionar algunos. Si hay granjas de salmones, puedes estar seguro que tienen
terribles problemas con medusas.
Las medusas también han
tomado el control de Lurefjorden, uno de los hermosos fiordos en Noruega y en
tiempos uno de sus mejores sitios para la pesca. No se encuentra un sólo pez.
Recientemente, las medusas colonizaron dos fiordos más y la pesca ha declinado.
Las picaduras y los
cierres de emergencia son malos -y admitámoslo, esas cosas viscosas son
repelentes- pero el verdadero problema con las medusas es su dinámica de
depredador-presa con los peces. En la superficie, los peces son obviamente el
depredador superior: son más listos, más rápidos y a menudo más grandes. Piensa
en los tiburones, las rayas y las lubinas: es difícil imaginar que las medusas
puedan defenderse contra estos luchadores. Pero las medusas son arteras. Se
comen los huevos y las larvas de los peces y el plancton del cual se
alimentarían las larvas. Y por medio de este doble revés de depredación y
competencia, pueden debilitar el ecosistema en los tobillos.
Sin embargo, las medusas
ocasionan otros daños, de los que somos conscientes hasta ahora. Ponen patas
arriba la cadena alimenticia. Conforme se asciende en la cadena alimenticia, el
valor energético incrementa. Por ejemplo, las gambas proporcionan más energía
que el plancton que es su presa, pero los peces que se alimentan de gambas
proporcionan aún más. Sin embargo, las medusas, una elección de muy baja
energía comparada con las gambas o los peces, están secuestrando la mayor
energía de estas especies en sus cuerpos de baja energía. En esencia, están
hilando el oro en paja, o convirtiendo el vino en agua.
En un sistema saludable,
los peces son competidores y depredadores superiores a las medusas. Pero las
cosas que hacemos los humanos -pescamos, contaminamos, represamos, construimos,
translocamos- hacen que la vida sea más dura para los peces y más fácil para
las medusas. Y así vemos que muchos de los ecosistemas más afectados
"están de cabeza" porque están dominados por medusas en lugar de
peces. La medusa común (Aurelia aurita) y la nuez de mar (Mnemiopsis Leidyi)
dominan en el Mar Interior de Japón. La ortiga de mar (Chrysaora Pacifica) en
la bahía de Chesapeake y en la corriente de Benguela en las costas de Namibia.
Nueces de mar en los mares de Europa. La medusa abisal (Periphylla Periphylla)
en los fiordos de Noruega. Medusas del tamaño de una nevera que crecen en los
mares de China y yendo a la deriva hacia las aguas japonesas y coreanas.
Y una vez que tienen el
control, no parecen soltarlo.
De manera que nos
encontramos en la situación inimaginable de estar en competencia contra las
medusas, y, puedes estar seguro, tienen la ventaja en la cancha.
Entonces, ¿qué podemos
hacer? ¿Qué deberíamos hacer? Ese es el problema. El océano es el soporte de
nuestro sistema de vida -es de donde sacamos nuestra comida, nuestro oxígeno,
muchas de nuestras industrias y a menudo nuestra inspiración. Pero no tenemos
una solución para los daños que le estamos causando. Necesitamos tiempo para
poder innovar con soluciones.
Necesitamos invertir en
investigación para frenar el daño así como para hacer frente a nuestro mundo
que cambia rápidamente. Y necesitamos mantener un diálogo serio sobre lo que
valoramos y lo que estamos dispuestos a hacer para conservarlo.
Podríamos comenzar por
legislar un estándar de limpieza de entrada en el cual el aire o el agua
liberada de la industria deberá salir por lo menos tan limpia como estaba
cuando entró, o a esa industria no se le permitiría funcionar. Claro, esto
ocasionaría muchas quejas, pero muy pronto, las industrias contaminantes
deberían de innovar formas de ser más limpias para mantenerse económicamente
viables. Este es tan sólo un ejemplo, pero debemos pensar en muchos más. Y
tenemos que hacer algo.
Recientemente, leí en
algún lugar que seguramente pasaremos a la historia como la generación que
podría haber salvado al océano pero no lo hizo. Me hizo llorar, porque me temo
que es cierto.
(Las opiniones expresadas en este artículo corresponden
exclusivamente a Lisa-ann Gershwin)
0 Comentarios