Puede resultar un tanto extraño hacer esta
pregunta, pero lo cierto es que los científicos están en todo –incluso en las
cosas más extravagantes– y han llegado a la conclusión de que el semen es un antidepresivo natural. ¿Cómo
llegaron a esta conclusión? Eso te lo contamos a continuación…
Sexo = felicidad
Compararon las vidas
sexuales de 239 mujeres diferentes y su estado de salud mental; y vieron
también que los fluidos seminales contienen químicos que mejoran el
humor, aumentan el afecto, inducen el sueño y contienen tres antidepresivos. El
semen contiene cortisol –aumenta el afecto–, estrona y oxitocina –que mejoran el humor–, hormona
liberadora de la tirotropina, melatonina e incluso serotonina, tres
antidepresivos.
Y por
si fuera poco, que aquellas mujeres que mantienen relaciones sexuales sin
protección regularmente están menos deprimidas y tienen mejores resultados en
los test cognitivos y en el Inventario de Depresión de Beck, una medida clínica
de uso común sobre los síntomas depresivos.
Básicamente, llegan a la conclusión
de que aquellas mujeres que tienen sexo regular con su pareja sin preservativo
suelen ser más felices que aquellas que se abstienen completamente del sexo o
son promiscuas pero utilizan profiláctico en sus relaciones sexuales.
La contrapartida:
el semen no es antidepresivo
En primer lugar, debemos considerar
que el estudio se basa en su totalidad sobre un punto aún no probado: que la
escasez de prostaglandina puede causar depresión. Existen estudios que muestran
que las personas más felices tienen niveles superiores al normal de
prostaglandina, aunque los resultados no son realmente concluyentes. El estudio
sobre el semen y la felicidad toma esta premisa como verdadera, y por ende
considera que las prostaglandinas en el semen ayudan a evitar la depresión.
Otro punto a tener en cuenta es que no han
considerado las razones por las que unas mujeres utilizan preservativo en sus
relaciones y otras no, un hecho particularmente importante a la hora de ver
esta relativa felicidad. Las mujeres que no usaban preservativo solían tener
más cantidad de relaciones sexuales que las que sí lo utilizaban. Esto
quiere decir que hay una variación significativa en estos casos que se debe
tener en cuenta en el estudio, y sin embargo no fue así. Otros estudios han
demostrado que tener relaciones sexuales una mayor cantidad de veces nos hace
estar más satisfechos con nuestra salud mental y con la vida en general.
También puede haber una relación
entre las personalidades y la depresión: aquellas mujeres que utilizan
preservativo en sus relaciones sexuales buscan un sexo seguro, son más
precavidas, y todo esto puede estar directamente relacionado con una personalidad
que tiende más a deprimirse.
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