Por ELNUEVODIA.COM
Parecería que tener preocupaciones es un elemento
inevitable de la vida diaria. Sin
embargo, preocuparse rara vez es una práctica productiva.
“Es algo que hacemos una y otra vez, sin solucionarlo, y
típicamente gira en torno al peor escenario posible en el futuro”, explicó eldoctor en psicología y profesor en la Michigan State
University, Jason Moser, en entrevista con el Huffington Post.
El experto asegura que existen personalidades
más vulnerables a la preocupación y que, incluso, es posible que una persona se
preocupe a tal grado que comience a sufrir un impacto notable en su salud y
vida diaria.
Por eso, el doctor Moser y la psicóloga
Christine Purdon compartieron una serie de estrategias efectivas de las
personas despreocupadas que podrían servir para aliviar a aquellos que se
preocupan por todo o con extrema frecuencia:
1. Enfocarse
en el presente - No permitas
que situaciones que aún no han ocurrido te perturben. Los despreocupados son
capaces de analizar un problema y ver qué solución puede implementarse,
mientras que los preocupados solo se enfocan en el “y qué tal si…”.
2. Tener
presencia plena y conciencia abierta (“mindfulness”) - Esto se logra mediante la meditación
y te ayuda a cumplir el #1. O sea, mantenerte conectado con el
momento presente
y distanciarte de los problemas que podrían surgir en el futuro.
3. Tomar
riesgos - A
muchos se les hace difícil tomar decisiones debido a que consideran demasiado
todos los posibles resultados negativos. Por su parte, los despreocupados están
más dispuestos a correr riesgos para solucionar un problema sin temerles a los
resultados.
4. Ganar
sentido de perspectiva - Los
despreocupados tienen la habilidad de distanciarse de una situación para ver el
panorama general. Y, a partir de ahí, buscan soluciones y se mueven a lo
próximo.
5. Confiar
en que podrás manejar lo que ocurra -
Los preocupados usualmente logran salir bien de las crisis porque ya le han
dedicado demasiado tiempo incluso antes de que pase. Sin embargo, los
despreocupados viven más tranquilos confiando en que, cuando la crisis llegue,
encontrarán la manera de lidiar con ella.
6. Hacerte
las preguntas correctas - Una
buena estrategia es preguntar: ¿Es mi problema?, ¿Tengo algún control sobre ese
problema?, ¿Ya hice todo lo que podía hacer al respecto?, ¿Es inminente? Si tus
respuestas son: no, no, sí, no, entonces ¡deja de preocuparte!
7. Saber
qué hacer con las emociones negativas Las
personas despreocupadas tienden a mirar las emociones negativas como un síntoma
de algo que necesita atención, ya
sea en sus relaciones, trabajo, finanzas, etc. Por lo tanto, utilizan sus
emociones para tomar decisiones informadassobre
qué deben hacer.
0 Comentarios