No te sorprendas por nada, no sustentes tu seguridad en nadie ni bases tu
felicidad en alguien más
Por José N.
García / Especial para Por Dentro
La aplicación de las enseñanzas de la filosofía védica y el
budismo tibetano nos pueden ayudar a vivir mejor y entender nuestras
experiencias de vida. A continuación una compilación de estas herramientas de
vida.
1. ¡Cuidado con lo que dices!
Una
frase dicha en el momento apropiado es capaz de cambiar una vida. Pero lo
contrario también es cierto. En mi vida he conocido muy pocas personas que
tienen el don de la prudencia verbal y esto ocurre porque "de la
abundancia del corazón habla la boca". Si nuestra mente está desordenada y
sin freno nuestra palabra también lo estará. Podemos crear, con nuestra
palabra, un desastre en la vida de la gente. En mis casi cuatro décadas de
trabajo he visto verdaderas tragedias causadas por decir verdades o mentiras en
momentos inapropiados. Lo mismo pasa con las bromas y con los insultos.
La
mayoría de las personas que son imprudentes al hablar son muy sensibles a la
hora en que les toca recibir una cucharada de su misma medicina. Las reglas de
oro de las disciplinas espirituales son: saber, querer, osar y callar.
2. El origen de la decepción
Solo
cuando esperamos algo de los demás es cuando nos volvemos vulnerables a la
decepción. El ser humano es cambiante, es voluble como una nube en el cielo,
por lo tanto no se sorprendan por nada, no sustenten su seguridad en nadie, no
basen su felicidad en los demás. Todo cambia, lo único permanente, inmutable y
estable es la divinidad interior, nuestra verdadera naturaleza. Cuando estemos
establecidos en ese estado de tranquilidad y paz no nos causará dolor la no
permanencia.
3. El problema de la venganza
He
visto personas que, como reza el dicho, "por sacarle un ojo a otro se han
sacado los dos". Del mismo modo he visto personas someterse a las penurias
más difíciles con tal de cobrarles cuentas a otras. Lo que esas personas no
entienden es que la energía mental que están usando en ese proceso va a atarlo
a su oponente por muchas vidas. Soltar, olvidar y como dijo el maestro Jesús:
"dejar que los muertos entierren a sus muertos". La ira es una grieta
que abre espacios para que fuerzas astrales muy peligrosas provoquen que uno
haga cosas de las cuales luego se pueda arrepentir.
4. ¡Dios no es el culpable!
En
una de las enseñanzas de la escuela Trashimalayica, uno de los maestros dice
que si nosotros usamos nuestros cinco órganos de percepción (oído, olfato etc.),
los cinco órganos de acción (brazos, piernas, lengua, etc.) y la mente en una
forma equivocada perderemos el derecho a usarlos en otra vida.
Por
ejemplo, si usamos nuestra palabra para lastimar, mentir o producir dolor y
sufrimiento entonces naceremos en otra vida con defectos en el habla. Si usamos
nuestras manos para golpear, robar o matar en una vida perderemos el derecho a
usarlas e incluso podremos nacer sin brazos. Si usamos nuestra mente en una
forma equivocada entonces naceremos con limitaciones en ese instrumento u
"órgano".
El
mismo razonamiento debería usarse para analizar los fenómenos que vemos a
nuestro alrededor, entonces entenderemos porque nacen seres humanos ciegos,
sordomudos, sin extremidades o con sus cuerpos deformes. La acción no tuvo que
ser en la vida anterior sino en muchas vidas atrás. Recuerden que la semilla
kármica madura a su tiempo, cuando las condiciones están dadas. La semilla que
está en el corazón o "jivatman" sabe por qué está viviendo esa vida
de limitaciones. Antes de encarnar, la mente sabe la vida que le espera, las
experiencias que va a pasar y la razón de las mismas.
Durante
la Segunda Guerra Mundial, algunos científicos nazis realizaron experimentos en
los cuerpos de los judíos cautivos en los campos de concentración. En las
guerras y conflictos bélicos hemos visto cómo los captores torturan
mentalmente, mutilan y decapitan a sus rehenes. Muchos padres de personas
secuestradas han vivido el horror de recibir poco a poco, dedos, orejas y otras
partes de los cuerpos de sus seres queridos.
¿Qué
ustedes creen que va a pasar con esos seres sádicos y crueles en otras vidas?
En
un universo en el que la casualidad no existe y en el que no hay cabida para un
Dios que permita tales nacimientos, solo el conocimiento de la reencarnación y
el karma son capaces de darnos respuestas lógicas. Es incorrecto pensar que
esas son pruebas puestas por Dios, ya que ningún padre amoroso les haría eso a
sus hijos.
El autor es astrólogo védico.
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