REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La mayoría de las personas comienza el año con una
lista de nuevos propósitos para comenzar con buen pie. Lo mismo hace nuevo
estudio, publicado en «Journal of the American College of Cardiology», pone de
manifiesto la importancia de uno de los retos más típicos: llevar un estilo de
vida más sano.
Los autores, investigadores
de la Universidad
de Indiana, la Escuela
de Salud Pública de Harvard y del Brigham and Women’s Hospital, han seguido a
casi 70 mil mujeres durante dos décadas (cada dos años desde 1989 a 2009) y concluyen que
podrían evitarse tres cuartas partes de los ataques cardíacos adoptando seis
hábitos saludables:
1. No fumar.
2. Mantener un índice de masa corporal normal.
3. Practicar alguna actividad física al menos 2,5 horas
a la semana.
4. Tomar como máximo una bebida alcohólica al día.
5. Ver menos de siete horas de televisión a la semana.
6. Llevar una dieta equilibrada y de calidad.
«Aunque la mortalidad por
enfermedades del corazón en EE.UU. ha estado en constante disminución durante
las últimas cuatro décadas, las mujeres de 35 a 44 años no han experimentado la misma
reducción», explica Andrea K. Chomistek, autora principal del artículo.
«Esta disparidad puede
explicarse por estilos de vida poco saludables; por eso queríamos saber qué
proporción de casos podría atribuirse a estos hábitos», añade la científica de la Universidad de
Indiana.
Durante el seguimiento, 456
mujeres tuvieron ataques cardiacos y 31.691 mujeres fueron diagnosticadas con
uno o más factores de riesgo cardiovascular, como diabetes tipo 2, presión
arterial alta o colesterol alto en la sangre. La edad media de las mujeres al
comienzo del estudio fue 37,1 años; 50,3 años para el diagnóstico de enfermedad
cardiaca y 46,8 para el diagnóstico con un factor de riesgo.
Los resultados mostraron que
las mujeres que se adhirieron a las seis prácticas tenían un riesgo un 92%
menor de ataque al corazón y un 66% menor de desarrollar un factor de riesgo
para enfermedades cardiacas. Para los autores, este menor riesgo supondría que
se podrían haber evitado tres cuartas partes de los ataques al corazón y casi
la mitad de todos los factores de riesgo en las mujeres más jóvenes si todas
ellas hubieran seguido estilos de vida saludables.
Alcohol: poco mejor que nada
Para las mujeres que fueron
diagnosticadas con un factor de riesgo, el cumplimiento de al menos cuatro de
los principios se asoció con un riesgo significativamente menor de desarrollar
enfermedades del corazón.
Además, no fumar, practicar
ejercicio físico, comer bien y mantener un peso adecuado se asociaron de forma
independiente con un menor riesgo de enfermedad cardíaca. Sin embargo, las
mujeres que consumían cantidades moderadas de alcohol -una bebida al día de
media- eran las que corrían menor riesgo en comparación con las abstemias y las
más bebedoras.
Para Chomistek, «las mujeres
deben adoptar estas prácticas, sobre todo si ya están tomando medicamentos para
un determinado factor de riesgo como la hipertensión o el colesterol alto. Es
una manera fácil de prevenir futuros problemas de corazón».
Fuente: ABC.es
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