¿CuĆ”l es el empeƱo de atacar a una persona por su apariencia?
Otra vez leo en en una red social un ataque a una “celebrity” por su sobrepeso. Esta vez le tocĆ³ a la cantante Kelly Clarkson. Resulta que en Twitter la reconocida periodista britĆ”nica Katie Hopkins, para muchos la mujer mĆ”s odiada en Gran BretaƱa (yo creĆa que era Camila de Cornualles, la esposa del prĆncipe Carlos), enfilĆ³ los caƱones hacia la joven cantante estadounidense, quien hace un aƱo se convirtiĆ³ en madre, y como la gran mayorĆa de las mortales que habitan la Tierra, pues no ha podido, igual no ha querido, bajar las libras que aumentĆ³ en su embarazo.
“¿QuĆ© le pasĆ³ a Kelly Clarkson. Se comiĆ³ a sus coristas? Afortunadamente, tengo una televisiĆ³n de pantalla grande”, escribiĆ³ la periodista en la mencionada red social, segĆŗn reportĆ³ elnuevodia.com. Los seguidores del artista salieron en su defensa, a lo que Hopkins respondiĆ³ con mĆ”s ataques que provocaron la indignaciĆ³n de los cibernautas. “Miren regordetes. Kelly Clarkson tuvo una bebĆ© hace un aƱo. Eso ya no es gordura de bebĆ©. Eso es gordura de pastel de zanahoria. CĆ”lmense”, escribiĆ³ la periodista de lengua vĆborosa que al parecer no le han enseƱado o le importa torta el “bullying”.
Con mucha clase -de la que carece la comunicadora- Kelly seƱalĆ³ que no le prestaba atenciĆ³n a ese tipo de insultos. “No tengo idea de lo que me estĆ”s diciendo”, respondiĆ³ a la revista Heat cuando le preguntaron sobre los insultos de Hopkins. “¿Alguien dijo algo feo de mĆ?”, respondiĆ³. “Eso es porque no me conoce”, dijo. “¡Soy maravillosa! No me molesta. El mundo es libre. Di lo que quieras. Nunca me ha importado lo que diga la gente. Se trata mĆ”s si estoy feliz y sintiĆ©ndome bien. Eso ha sido siempre lo mĆo. Menos ahora desde que tengo familia, no busco ninguna otra aceptaciĆ³n”, dijo la cantante luego de que le notificaran las expresiones de la periodista.
Hace unos aƱos, expresiones parecidas hizo el diseƱador alemĆ”n Karl Lagerfeld de la cantante britĆ”nica Adele. El modisto se metiĆ³ con el peso de la artista hace cuando dijo que ella era “demasiado gorda, pero tiene una cara preciosa y una voz divina”. Por suerte, tras cada comentario imprudente, surge una respuesta inteligente: “Nunca he querido parecerme a las modelos de las portadas de las revistas. Represento a la mayorĆa de las mujeres y estoy muy orgullosa de ello”, fue la respuesta de Adele, cincuenta y cinco aƱos menor que Lagerfeld. (Lo de experiencia y madurez se le fue a los pies al diseƱador.)
Claro, que despuĆ©s de que se dio cuenta que hablĆ³ de mĆ”s, rapidito el diseƱador teutĆ³n dizque se arrepintiĆ³ y echĆ³ mano de la excusa mĆ”s barata: la frase fue sacada de contexto. Yeah, right! DespuĆ©s de verle el rabo dice que es perro.
A ver, ¿en quĆ© momento las libras, chichos, nalgas, curvas, barriga, sobrepeso de un artista –sea hombre o mujer- pasĆ³ a ser noticia? Que yo sepa ni a Luciano Pavarotti ni a James Gandolfini (que el Universo los tenga en sano reposo) se les ridiculizĆ³ por su sobrepeso. Aunque sĆ recuerdo una que otra columna de chisme atacando al sol de MĆ©xico, Luis Miguel, por sus libras de mĆ”s. (¿Es que el hombre no tiene derecho a hartarse y beber lo que le dĆ© la gana?) Total, con libras de mĆ”s y pelos de menos sigue siendo el sol.
De un tiempo para acĆ” ocupan los titulares las proporciones del dĆ©rriere de JLo y de Kim Kardashian, las coordenadas de los genitales de Pitbull, si tal o cual artista botĆ³ el “baby fat” o si a pesar de los meses fulana aĆŗn luce una panza de embarazada. Mis amiguis, que no todas las embarazadas se dedican a beber agua y a comer nueve uvas por dĆas para no ganar libras.
Lo que no entiendo, es ¿cuĆ”l es el empeƱo de atacar a una persona por su apariencia? Tanto los medios como los ciudadanos que viven en las redes sociales de la noche a la maƱana se han convertido en expertos de belleza y son los que dictan la pauta de lo que es estĆ©ticamente correcto. Aunque al otro lado de la computadora estĆ© escribiendo alguien con las mismas caracterĆsticas fĆsicas que critican, porque este mundo no estĆ” lleno ni de Adonis ni de Venus, sino de simples mortales, que cuando se embarazan aumentan de peso; que cuando sienten tristeza comen chocolates, beben, y se comen una alcapurria o un “croque monsieur” cuando tienen hambre o un bajĆ³n de grasa.
A un lado queda el talento de la persona, solo se destaca el fĆsico. Y si eso es con los “celebrities”, se pueden imaginar el grado de insensibilidad con mĆ”s de la mitad de los habitantes del planeta.
Ya basta. Honestamente hartan. Ciao!
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