ESPAÑA.- La estimulación cerebral con electrodos
aplicada sin dolor será una práctica habitual en diez años para mejorar el
rendimiento intelectual y la implantación de chips en el cerebro permitirá
escribir con la mente a grandes discapacitados y curar algunas enfermedades
neurológicas.
Estos son algunos de los
avances en los que están trabajando los neurocientíficos, que este
miércoles expusieron estas novedades en la presentación de la jornada sobre
estimulación cerebral B·Debate que se celebra en la ciudad española de
Barcelona hasta mañana.
Según los expertos, la
estimulación cerebral sin dolor a través de electrodos podrá mejorar el
rendimiento mental de las personas sanas, como lo hacen el café u otras bebidas
energéticas, e incluso podrán estimularse con patrones personalizados.
Entre los avances
próximos para pacientes con parálisis figuran “poder escribir mensajes de texto
y controlar otros dispositivos domésticos con el implante de un chip en el
cerebro”, explicó la neurocientífica Mavi Sánchez Vives.
Además, “podrán registrar
la actividad cerebral, analizarla en línea y escribir pensamientos y navegar
‘online”.
De hecho, según Sánchez,
la neuroestimulación eléctrica de zonas determinadas del cerebro ya ha
demostrado beneficios para tratar los síntomas de una depresión, bloquear los
ataques de una epilepsia, inducir la recuperación de un ictus o controlar los
temblores del Parkinson.
Durante los próximos 10
años también se avanzará en las prótesis sensoriales y en las visuales, que
generarán estímulos en la corteza cerebral y podrán proporcionar información
visual a invidentes mediante una interfaz cerebro-ordenador.
La científica se mostró a
favor del uso de aplicaciones móviles para controlar alguna actividad cerebral
como el sueño, pero advirtió de que “se ha de ir con cuidado con las
estimulaciones en el cerebro, ya que no se conocen los efectos a medio y largo
plazo”.
En su opinión, la vida de
los pacientes con parálisis o con enfermedades que no les permiten comunicarse
con el exterior “podría mejorar mucho durante estos años”.
Asimismo, distinguió
entre dos tipos de tecnologías, la no invasiva, que podría ser utilizada para
usos lúdicos, ya que no implica afectación al cerebro, y la invasiva, que
necesita de neurocirugía y “sólo está justificada en el caso de pacientes”.
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