Para poder evaluar todo lo que los dirigentes
peledeistas bajo la dirección de Leonel Fernández han corrompido, envilecido y
destruido al PLD, traigo a colación algunas de las declaraciones de los
principios sobre los cuales se fundó originalmente ese partido, para que por
análisis comparativo de esos principios con la realidad, se llegue a la triste
conclusión expuesta en el encabezamiento de este trabajo. Veamos:
Desde su fundación, el 15 de diciembre de
1973, el Partido de la Liberación Dominica (PLD) surge con el propósito de
completar la obra patriótica que iniciaron los Trinitarios y los Restauradores,
en el sentido de lograr una patria independiente, en la que imperen la justicia
social y el respeto a la dignidad humana. EL PLD se constituye como una
alternativa a las prácticas individualistas, populistas y conservadoras que
predominaban en nuestro país. (Bonito comienzo don Juan).
El PLD es un “Partido Único en América”,
que nace y reafirma su compromiso de ser una organización progresista, porque
rechazamos las concepciones y prácticas populistas, autoritarias y
neoliberales. Es popular, porque su compromiso fundamental es con
el pueblo. Es moderno, porque respetando los valores, culturas y
tradiciones de nuestro pueblo, estamos comprometidos con una visión del futuro.
Es democrático, porque lucha por fomentar el derecho a la
participación económica, social, política e institucional del pueblo
dominicano; con flexibilidad en su táctica para enfrentar los desafíos internos
y externos.
El PLD se constituye como una respuesta a
la realidad económica, social y política de la República Dominicana.
Nuestro Partido, bajo la conducción de su líder y guía, el compañero Juan
Bosch, desarrolla principios organizativos y metodológicos novedosos propios,
inspirados en los valores de la solidaridad, el patriotismo, el trabajo en
equipo, la activa vida partidaria y la formación de líderes para servir al
pueblo.
Esta condición de originalidad hizo que el
compañero Juan Bosch calificara al PLD de un “Partido Único en América”.
Dicha peculiaridad derivaba no sólo de su bien articulada y sólida
disciplina, sino también por su carácter democrático, por la vocación de
servicio al país de sus miembros, por su ética, honestidad y amor al pueblo,
así como por su compromiso sin reservas a favor de la liberación del género
humano de toda forma de sometimiento, subordinación, discriminación o
marginación; sean estas de carácter étnico, religioso, económico, político,
social, de género o de cualquiera otra índole.
El PLD es abanderado y portavoz de los
intereses generales de los ciudadanos que aspiran a una sociedad basada en los
valores de libertad, tolerancia, justicia y progreso. No debe, en modo alguno,
representar intereses particulares o grupales que entren en contradicción con
el proyecto colectivo.
El Partido se compromete a crear espacios
de participación adecuados a las mujeres, para que junto a los hombres,
contribuyan a la creación de las bases de una sociedad más justa y equitativa,
y abrir oportunidades a los jóvenes con el propósito de renovar la organización
y hacer posible el relevo generacional en forma gradual.
En el ejercicio de posiciones electivas o
designadas, los peledeístas deben actuar en base a estrictos criterios de
responsabilidad, eficiencia, transparencia, austeridad, solidaridad, compañerismo,
apoyo a la legalidad y comportamiento escrupuloso en el uso de los recursos
públicos. El PLD tiene un compromiso con la moral y ética en la función
pública.
El PLD, coherente con los principios que
le dieron origen, inspirado en las prédicas y el ejemplo del compañero Juan
Bosch, debe ser garante de la defensa del patrimonio público y los recursos
naturales, desarrollando acciones que dignifiquen el ejercicio político y que
permitan avanzar en la institucionalidad pública para construir una sociedad
más solidaria y equitativa. El PLD declara que el Medio Ambiente y los
recursos naturales son patrimonios de la nación (como el oro de Cotuí y Loma
Miranda).
Los peledeístas participamos en las
posiciones públicas con el sentido de afianzar la institucionalidad y los
valores democráticos, para producir una verdadera transformación productiva
como base para lograr una mayor competitividad económica, en el contexto de un
modelo de sociedad más equitativa, justa e inclusiva para todos los dominicanos
y las dominicanas; una sociedad donde primen los valores de la ética individual
y social, la solidaridad con lo más pobres, el respeto a la ley y las
instituciones, la decencia, los valores de convivencia y el permanente diálogo
democrático.
El Partido de la Liberación Dominicana
promueve la creación de un marco político, ideológico y programático con una
visión y un proyecto de nación que nos permita lograr el respaldo de la
sociedad dominicana para conducir al pueblo dominicano, en un escenario
caracterizado por la globalización, hacia una sociedad solidaria y cohesionada,
educada y comprometida con la democracia.
El PLD rechaza categóricamente el
narcotráfico, el terrorismo, el tráfico y trata de personas, así como todo tipo
de prácticas corruptas y viciosas. El Partido de la Liberación Dominicana
reafirma su determinación de hacer valer y respetar la soberanía del Estado
dominicano y de todos los pueblos del mundo. (¿Tomando como referente este
principio, que pasó aquí que no hemos respetado nuestra soberanía?
El lema del Partido de la Liberación
Dominicana es “Servir al Partido para Servir al Pueblo”.
Son derechos y deberes de los y las
miembros del Partido: Someter su vida a normas de honestidad pública y privada.
Si se quieres leer esta declaración de
principios completa vaya al enlace: http://pld.org.do/portal/estructura/estatutos-del-pld/
En este contexto, presentamos algunas
enseñanzas y orientaciones de Juan Bosch para sus discípulos y el pueblo en
general.
El atraso político del pueblo dominicano
produjo la necesidad de crear un partido nuevo con hombres y mujeres capaces de
enfrentar los males nacionales con la seriedad y la asiduidad con que llevan a
cabo sus tareas las monjas católicas de un país africano o de América.
El caudillo es el que manda; el líder es
el que dirige. En un partido con organismos no puede haber caudillos ni
mayores ni menores, porque en los organismos se toman decisiones por votación,
no por la importancia de una persona.
En 1973, ninguno de los miembros del
Comité Ejecutivo Nacional del PRD se daban cuenta que yo sabía ya, que el PRD
había dejado ser, lo que diez años atrás creí que podía ser. La
posibilidad de ir al poder con el PRD de 1973 era algo que me preocupaba
seriamente. ¿Cómo podía yo exponerme a ser candidato presidencial
perredeista para las elecciones de 1974? ¿Qué podía sucederme si era
elegido presidente de la República? ¿Con quienes iba a gobernar si en el
PRD no llegaban a cien los hombres y las mujeres que tuvieran desarrollo
político, conocimientos de los problemas del país y que además, fueran
incapaces de usar los cargos públicos en provecho propio?
Aunque nosotros hacíamos esfuerzos para
convertir al PRD en otra cosa, el PRD era un partido populista, uno de esos
partidos en los cuales los líderes son dirigidos por el pueblo en vez de ser al
revés. Mientras estuvimos en el PRD, nosotros no dirigimos al pueblo; al
contrario, el pueblo nos dirigía a nosotros.
En el PRD no se seguía ningún método de
trabajo, es más, ni siquiera sabían los líderes del PRD que significaban esas
cuatro palabras. Yo debí haber hablado de métodos de trabajo, que debían
crearse para ser aplicados en el PLD, dado que fue precisamente la no
aplicación de esos métodos en el PRD, lo que me llevó a pensar, cuando vivía en
Paris, en la necesidad de crearlos para transformar al PRD en un partido
distinto de lo que era.
Los políticos dominicanos son tan
atrasados como la sociedad en que se han formado y se mueven. La baja
pequeña burguesía nuestra, que no tiene oficio, que no tiene destino, que no
tiene trabajo, no encuentra qué hacer y se va a Nueva York (porque a Nueva York
no van a vivir los capitalistas ni los oligarcas y ni siquiera los proletarios)
en busca de medios de vida; esa pequeña burguesía se mete en los partidos,
porque en ellos encuentra una salida para su vida sin
horizontes. Es natural que en un país de escaso e
insuficiente desarrollo capitalista, la política se convierta en un negocio
más, un negocio para pequeños burgueses, que son los que montan ventorrillos
políticos o pasan a dirigir la mayoría de los partidos. (Don Juan, los
proletarios también emigran, lo hacen hasta ilegalmente en yola)
Nuestro compañero Amiro (Cordero) dijo que
la ideología de los hombres es la que digan sus actividades diarias, y
efectivamente es así. El hombre vive tal como piensa. Para
ser miembro del PLD se requiere entre otras cosas, coherencia entre la vida
política y la vida privada.
Los fines de crear el PLD son políticos no
económicos, y mucho menos caer en hábitos que conduzcan al partido a un terreno
propio de empresarios comerciales. El PLD es un partido, no un negocio.
Yo no concibo la política al servicio del estómago, sino al de un alto ideal de
humanidad. (Eso quedó sepultado con Leonel)
Lo primero que tienen que conocer a fondo
y seriamente los peledeistas es como se ha producido la historia de nuestro
pueblo, que fuerzas lo han formado o deformado, cuando comenzamos a ser
lo que somos hoy, y se les dice que mediante las ideas de lo que es el pueblo
dominicano hoy, y la explicación de las causas que lo han traído a ser, lo que
es, se abre el camino para las ideas de que debemos hacer, si queremos alcanzar
nuestra liberación y de lo que deberemos ser, una vez hayamos logrado la
liberación nacional.
Los circulistas del PLD tienen que
estudiar la historia dominicana, pero no para repetir lo que dicen los libros
de historia, sino para aprender a analizar los hechos políticos y las causas de
esos hechos. Los circulistas tienen que aprender qué es Estado,
como funciona; que es un Estado anómalo, la forma en que tomó la acumulación
originaria y estudian la deuda externa, en lo que aprenderán que esta nos lleva
hacia la devaluación, porque para pagar los dólares que se cogen
prestados hay que coger mas dólares prestados, de manera, que los pagos de
amortización que se hagan, no reducen el monto de la deuda y en cambio nos
fuerzan a pagar cada vez más, porque a medida que pasa el tiempo, los intereses
se cargan al dinero que se coge prestado. En nuestra situación se
parece a la de un hombre, que pretendiera salir de un hoyo cavando la tierra
para hacer con ella escalones que le permitan alcanzar la boca del
hoyo. De no tomarse las medidas de lugar, la deuda externa seguirá
subiendo y acabará convirtiéndose en un monstruo económico que llevará el peso
dominicano a la quiebra. (Este principio, Leonel no lo aplicó en su gobierno,
porque nos dejó endeudado hasta más no poder)
¿Cómo podíamos conseguir que el PLD fuera
lo que el PRD se había negado a ser? ¿Qué debíamos hacer para que cada
peledeista fuera lo opuesto a lo que eran los perredeistas? ¿De qué forma
podía convertirse el PLD en una organización de hombres y mujeres encuadrados
en grupos dedicados a luchar en el orden político para resolver los problemas
del pueblo dominicano, nos los suyos personales?
La respuesta fue: creando un partido de
organismos no de personas; un partido que fuera distinto del PRD, uno que
luchara a conciencia, sabiendo que para resolver el problema de cada uno de los
peledeistas, había que luchar para resolver los de todos los dominicanos, o
dicho en el lenguaje de la política, había que crear y desarrollar el partido
que el país no había conocido: el de la Liberación Dominicana, el llamado a
libertar de su atraso, de su dependencia, de la miseria a millones de
compatriotas, no a una parte pequeña o mediana o grande de los
dominicanos, sino a todos los dominicanos.
Un peledeista es un soldado, consciente
valiente y disciplinado. El grupismo como el amiguismo, no puede ser aceptado
dentro del PLD. ¿Cuál es el mal que causa el grupismo? El grupismo
divide; el grupismo fomenta el desorden; el grupismo destruye la disciplina,
porque destruye la unidad; el grupismo es por naturaleza enemigo de la
organización. (Que es lo que está pasando, ahora mismo en el PLD)
Árbol que crece torcido nunca su tronco
endereza, pues se hace naturaleza el vicio con que ha crecido. Este verso
de Garpar Núñez de Arce, es una verdad como una montaña y para nosotros, los
hombres y mujeres del PLD, es una verdad que debemos tener presente a toda
hora. ¿Por qué?, porque si algo tiene que crecer derecho, no torcido, es
el PLD, pues si no crece derecho no podrá alcanzar jamás el fin que se ha
propuesto, que es la liberación nacional.
En la República Dominicana, Venezuela o
México, la distribución de la riqueza nacional se hace por métodos primitivos,
con métodos que corresponden a los tiempos de acumulación originaria, y entre
esos métodos el más usado es el de la apropiación de los fondos del pueblo
administrados por el Estado, bien sea cogiéndoselo de manera descarada, bien
sea cobrando comisiones por hacer tal o cual gestión en la que va envuelto un
beneficio determinado para un tercero. (Tal como lo han escenificado
Félix Bautista, Víctor Díaz Rúa, Diandino Peña y compartes)
Nota: deduzco por estos planteamientos de
Bosch, que él quiso dejar por sentado, que el PLD sería diferente a estos
partidos y que por ende en un gobierno del PLD no habría corrupción, tal como
replanteó cuando en 1982 dijo: “Los dominicanos saben muy bien que si
tomamos el poder no habrá un peledeísta que se haga rico con los fondos
públicos; no habrá un peledeísta que abuse de su autoridad en perjuicio de un
dominicano; no habrá un peledeísta que le oculte al país un hecho incorrecto o
sucio o inmoral”. (Ha sido así, hermanos ciudadanos?
Pues bien…con todo el material expuesto,
el lector tiene a grandes rasgos, la plataforma ideológica y de principios que
teóricamente guían al PLD, la cual, comparándola con la práctica, usando de la
razón, se puede llegar a la conclusión, de que los dirigentes peledeistas bajo
la dirección de Leonel Fernández han corrompido, envilecido y destruido, el
PLD, porque han renegado punto por punto, la praxis de su base ideológica y de
principios de su fundador, Juan Bosch.
En un gobierno verdaderamente boschista,
hubiese sido imposible, otorgar a la Barrick Gold el contrato leonino que
Leonel ha calificado como modélico. Pero también, hubiese sido
improbable, el asunto de Bahía de las Águilas y la enajenación de otros predios
del territorio nacional, como han sido los casos de muchas de nuestras
playas. Tampoco en un gobierno boschista, el campo… la agricultura, no se
hubiese abandonado, tal como lo hizo Leonel.
En esta renegación de principios, también
cabe señalar, la impudicia de la corrupción más descarada, que abarca el
enriquecimiento ilícito, lavado de activos, robo al erario, enganche al
narcotráfico, sobrevaluación de las obras del Estado, el préstamo de la Sund
Land, los peajes sombra, los onerosos contratos con las generadoras de
electricidad, que el país se haya llenado de inmigrantes haitianos y de otros,
más allá de lo que permiten nuestra capacidad territorial y de oferta de mano
de obra. En un gobierno boschista, ni pensar en que alguien hubiese
podido enriquecerse al modo de Félix Bautista, Víctor Díaz Rúa, Leonel
Fernández, Margarita Cedeño, su corte de socios, y todos los del Comité
Político y del Comité Central.
Tampoco, ni remotamente hubiese sido
posible, entregarnos al neoliberalismo, ni endeudar el país más allá de nuestra
capacidad de endeudamiento, tal como lo ha hecho Leonel a despecho de las
puntualizaciones de Bosch, que se oponía tajantemente a esa práctica, porque
ello significa hipotecar la soberanía del país. Tampoco en un gobierno
boschista estuviera sobre el tapete, ese asunto de reelección, ni de cambio a
la constitución para tales fines. En un gobierno boschista eso de
botellitas, botellas, botellones, cofrecito, barrilito y nominillas no fuera
posible, y los dineros del Estado no fueran derrochados, ni la justicia
estuviera secuestrada, ni el trujillismo de Vincho existiera influyendo en el
Estado.
En fin, si el gobierno de Leonel se
hubiese regido por los principios boschistas aludidos, nuestro país estuviera
en otras condiciones y el PLD seria otra cosa, no el nicho de corruptos que
es. Desgraciadamente Leonel ha resultado ser balaguerista y vinchista
según sus propias palabras, pero no un Balaguer honrado y frugal, sino, un
Trujillo agiotista, deshonesto y perverso, al igual que todos sus cómplices.
Yo siempre he sostenido, que lo de
presidente a Leonel le quedó grande; su funesto desempeño, el desastre moral,
económico e institucional, en que dejó a nuestra patria, es prueba de ello;
pero también, le quedó grande la vida, su desmedida ambición, como un poseso
tras el poder, su egolatría, la petulancia que lo colma, y ese sentirse por
encima del bien y del mal, así lo confirman. Leonel, en ese destruilo
to’, hasta con él mismo acabó.
Los buenos gobernantes con sus buenas
obras, le traen felicidad a su pueblo. ¿Y Leonel, que nos ha traído?
Al lector, dejo la palabra
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