Al principio del siglo pasado el envase de cristal era la regla, ahora
es la excepción, por esa razón se ha convertido en una amenaza de contaminación
terrible para la humanidad.
El poder del recipiente de cristal era tan grande que muchas empresas
embotelladoras de alcohol y bebidas gaseosas llegaron a comprar y romper las
botellas de la competencia como una manera de llevarlas a la quiebra. Fue
una estrategia inescrupulosa, pero no dejó de ser un método de lucha por el
control del mercado.
El simple hecho de reutilizar el envase de cristal para vender leche,
refresco y alcohol etílico representó mayores fuentes de empleo y de participación
de personas para recoger las botellas y para lavarlas, aunque muchas empresas
usaban lavadoras automáticas a vapor; pero sobre todo, una disminución de
contaminación por la presencia de un número cada vez mayor de envases tirados
en la basura.
Además de los recipientes, se ha convertido en un problema de
dimensiones incalculables la utilización masiva de pañales desechables por
parte de la humanidad. El empleo indiscriminado del plástico es uno de
los problemas de contaminación más importantes y la búsqueda de alternativas
para sustituir esta materia prima constituye uno de los retos prioritarios de
la sociedad de hoy en día.
En la actualidad, la mayoría de los envases son de plástico y si
revisamos las informaciones disponibles sobre la duración de algunos productos
en el mar nos damos cuenta del gran peligro a que estamos exponiendo a nuestros
descendientes cuando consumimos alimentos contenidos en este tipo de
recipiente.
Si tomamos como marco referencial la duración de algunos desechos en el
mar encontramos que una caja de las usadas para envasar leche dura unos tres
meses, un periódico 6 meses, la goma de masticar 5 años, un plato higiénico 8,
la funda del supermercado 30, un vaso plástico 50 años, una lata de aluminio
200 años, una botella de refresco 400 años, un pañal desechable 450 años, la
botella de cristal se conserva por tanto tiempo que todavía no se ha
determinado su duración.
Es por esta razón que debemos pedir a las empresas embotelladoras de
bebidas gaseosas, alcohol y otros productos de alto consumo que utilicen
envases de cristal para que los puedan reutilizar y así aumentan los empleos y
disminuye la contaminación al medio ambiente.
La utilización de envases de tela para cargar lo que compramos en el
supermercado, el uso de pañales de tela, la presencia de consumidores
conscientes que rechacen los productos envasados en recipientes de plástico y
la propuesta de que las envasadoras de bebidas gaseosas utilicen botellas de
cristal deben ser la meta a lograr en los próximos años para que haya menos
daño al medio ambiente y una mejor salud.
jpm
0 Comentarios