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Danilo y Miguel abren espacio a oposiciĆ³n

Tres discursos en apenas cuatro dĆ­as delinearon el curso de la prematura campaƱa electoral de cara a las elecciones presidenciales del prĆ³ximo aƱo configurando la posibilidad de una bipolarizaciĆ³n de nuevas fuerzas contra los tres partidos que han dominado la polĆ­tica dominicana en mĆ”s de medio siglo.

SĆ³lo las negociaciones para lograr la aprobaciĆ³n de la reforma constitucional para permitir la reelecciĆ³n pueden explicar la celeridad del presidente Danilo Medina en lanzar su candidatura, dadas las ventajas con que ha partido, y la claudicaciĆ³n de Miguel Vargas que entierra al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) a 11 meses de los comicios.
Una semana de Abinader
La semana estaba pintada para Luis Abinader al iniciarse con el acto de proclama de su candidatura presidencial el domingo 14, pero seguramente Ć©l y los suyos no pensaron que el presidente Danilo Medina y el presidente del PRD lo iban a ayudar a afianzarse como primera opciĆ³n alternativa para las presidenciales del 2012. Su proclamaciĆ³n era un desafĆ­o y lo pasĆ³ en sus principales dimensiones: congregĆ³ mĆ”s de 10 mil personas, llenando el auditorio de entusiasmo y demostraciones de unidad, produjo un vibrante discurso de oposiciĆ³n centrado en cuestionar la gestiĆ³n y el propĆ³sito continuista del presidente Medina y delineĆ³ los ejes bĆ”sicos de un gobierno de amplio espectro polĆ­tico y social, llamando a constituir un frente de renovaciĆ³n nacional.
 El candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) sacĆ³ ventajas de la percepciĆ³n generalizada de que se negociaron los votos de decenas de diputados y varios senadores para viabilizar la repostulaciĆ³n presidencial, preguntando “de dĆ³nde se sacaron seƱor Presidente, los millones y millones para la reforma constitucional”, aludiendo a las numerosas denuncias de legisladores que llevaron a los del PRM a pedir formalmente una investigaciĆ³n de la ProcuradurĆ­a General.
Abinader asumiĆ³ los cuestionamientos directamente a la imagen del presidente Medina, recordando que cuando se oponĆ­a al continuismo de Leonel FernĆ”ndez sostuvo que en el paĆ­s “para hacer posible la reelecciĆ³n habĆ­a que tragarse un tiburĆ³n podrido y tirar los escrĆŗpulos al zafacĆ³n”. Entonces le preguntĆ³ directamente “de quĆ© tamaƱo es el tiburĆ³n que usted se tragĆ³” y “en quĆ© zafacĆ³n tirĆ³ usted los escrĆŗpulos”. Lo del tiburĆ³n se convirtiĆ³ en la frase de la semana en las redes sociales y los programas de radio y televisiĆ³n, incluidas unas celebradas dĆ©cimas de Huchi Lora.
La capitulaciĆ³n de Miguel
Lo patĆ©tico de la semana fue el discurso con que Miguel Vargas renunciĆ³ el lunes 15 a la candidatura presidencial del PRD, proclamada en septiembre del aƱo pasado. A once meses de los comicios, el candidato declina y anuncia que apoyarĆ” la reelecciĆ³n del presidente Medina, en base a una participaciĆ³n, que no definiĆ³, en cargos legislativos, municipales y gubernamentales. Y llegĆ³ a anunciar un programa de gobierno que el candidato oficialista no ha presentado.
El desencaje de Vargas y de sus acompaƱantes quedĆ³ evidente en la transmisiĆ³n televisiva, cuando convertĆ­an al partido de mayor vigencia de la historia nacional, en comodĆ­n de uno de sus adversarios, en una retirada sin dar batalla, tan anticipada a la cita del 15 de mayo del 2016, alegando que el PRM no habĆ­a querido negociar con ellos.
Vargas no explicĆ³ su cambiĆ³ tras aƱos defendiendo su pacto con Leonel FernĆ”ndez en el 2009 porque habĆ­a prohibido la reelecciĆ³n presidencial, y todavĆ­a cuando el ComitĆ© PolĆ­tico del PLD dispuso reformar la ConstituciĆ³n dijo que Ć©l y sus legisladores rechazaban “la pretensiĆ³n de prolongar el continuismo peledeĆ­sta caracterizado por endeudamiento desenfrenado, excesivos impuestos y ausencia de plan nacional”.
La explicaciĆ³n la dio por escrito el 9 de junio el secretario de Asuntos Legales del PRD, Salim Ibarra, cuando se mostrĆ³ “asombrado de que 40 diputados de su organizaciĆ³n hayan sido convencidos para apoyar el actual proceso de reforma constitucional”. Resignado agregĆ³ su esperanza de que en ese nuevo escenario Vargas “lograrĆ” concretizar un acuerdo electoral que vaya en beneficio de las bases y dirigencia del PRD”. Varios diputados perredeĆ­stas dijeron que habĆ­an negociado el respaldo a la reelecciĆ³n por garantĆ­as de mantener sus puestos, cosa imposible con el voto preferencial.
SĆŗbita salida de Danilo
A las 48 horas, el miĆ©rcoles, llegĆ³ la sorpresa de Danilo, con un discurso triunfalista que repite los argumentos con que todos los presidentes dominicanos reeleccionistas han tratado de justificar su aspiraciĆ³n de continuar al frente del Estado: su excelente obra y la necesidad de culminarla.
DespuĆ©s de tanto tiempo de silencio, la salida de Danilo pareciĆ³ inoportuna la noche en que concluĆ­a el plan de RegularizaciĆ³n de Extranjeros, con el paĆ­s en ascuas y bajo la atenciĆ³n de la prensa y dirigentes de instituciones y organismos internacionales, por lo que se creyĆ³ vanamente que se referirĆ­a a tan importante asunto de Estado.
A 11 meses de los comicios, no habĆ­a justificaciĆ³n para romper el silencio tan inoportunamente, a no ser que -como se alega en corrillos- tuviera necesidad de contener el deterioro de su imagen y aprobaciĆ³n, tras la crisis de su partido y el reparto antidemocrĆ”tico que la saldĆ³, la imposiciĆ³n de la reforma constitucional y el fortalecimiento de la candidatura de Abinader. No logrĆ³ disipar la ingestiĆ³n del “tiburĆ³n podrido de la reelecciĆ³n”.
El mayor vacĆ­o fue no haber aludido al pacto para un gobierno de unidad nacional con que los perredeĆ­stas han justificado su apoyo a la reelecciĆ³n y que ha constituido el principal argumento para rebatir la percepciĆ³n generalizada de que ese apoyo fue comprado en efectivo y con reparto del Estado, tan vergonzoso que sĆ³lo los diputados se atrevieron a detallar: nuevas provincias, cargos pĆŗblicos y garantĆ­as de reelecciĆ³n total.
El semblante de Danilo durante su alocuciĆ³n no reflejaba convicciĆ³n sobre su nueva concepciĆ³n de que en sus tres aƱos las instituciones se habĆ­an fortalecido para soportar la reelecciĆ³n, lo que pudo reforzar comprometiĆ©ndose con la aprobaciĆ³n de los proyectos de leyes del RĆ©gimen Electoral y de Partidos, llamados a garantizar mayor equidad electoral. El mercadĆ³logo Melvin PeƱa lo describiĆ³: “lucĆ­a como una imagen flotante, lejano, como si estuviera hablando por skype”.
Tempranas definiciones
La claudicaciĆ³n de Miguel Vargas era previsible a la luz de las pobres preferencias que registra en las encuestas, que reconocen al PRM y Abinader como primera opciĆ³n opositora. Incluso fue sobrepasado en las Ćŗltimas Gallup-HOY y Penn /Schoen por Guillermo Moreno. Pero no se esperaba una definiciĆ³n tan precipitada, dada la tradiciĆ³n de las alianzas en los procesos electorales dominicanos. La ley electoral obliga a registrarlas al menos 75 dĆ­as antes de las elecciones y generalmente se efectĆŗan en los lĆ­mites, al igual que las definiciones reeleccionistas de los presidentes. El plazo de inscripciĆ³n de candidaturas es de 60 dĆ­as antes de los comicios.
Las inequidades y abusos de las campaƱas reeleccionistas sobrepasan con mucho las garantĆ­as competitivas de la ConstituciĆ³n y las leyes, y han comenzado a registrarse con varias inauguraciones por semana que son convertidas en actos de exaltaciĆ³n del mandatario como figura providencial insustituible, con pĆ”ginas diarias en los periĆ³dicos y encabezando la excesiva publicidad institucional de los organismos estatales.
La opiniĆ³n pĆŗblica le otorga inmensa ventaja a Danilo, partiendo de la aprobaciĆ³n que ha registrado en las encuestas, aunque todavĆ­a ninguna se ha publicado despuĆ©s que impusiera su proyecto reeleccionista casi dividiendo su propio partido, doblegando el Poder Legislativo y acabando la obra iniciada por su antecesor Leonel FernĆ”ndez de asimilaciĆ³n de los partidos tradicionales, todo en base al reparto del Estado.
Sin una legislaciĆ³n que lĆ­mite el abuso del Estado, con el control de los organismos electorales y la concentraciĆ³n de la mayorĆ­a de los partidos con derecho a postular candidatos, lo que le da el 90 por ciento del financiamiento estatal, la candidatura del presidente Medina no deberĆ­a utilizar un centavo adicional del presupuesto nacional. PLD-PRD-PRSC reciben este aƱo unos 55 millones de pesos mensuales del presupuesto nacional, que se duplican en el aƱo electoral.

El desafĆ­o es demasiado grande para Abinader y Moreno ya como principales opciones de la oposiciĆ³n y para el resto del liderazgo polĆ­tico y social que sĆ³lo unidos podrĆ­an apostar a la tendencia regional a relegar la partidocracia tradicional.-

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