Aunque el trastorno no tiene cura, un
tratamiento bien llevado puede hacer que el paciente tenga una vida normal
Ves a un niño distraído, desorganizado,
que se le pierden las cosas y le cuesta trabajo prestar atención. Continúas
observándolo y parecería que al pequeño le hablan y no escucha, que quiere
correr todo el tiempo e incluso da la impresión de que tiene un “motorcito” por
dentro que le impide quedarse quieto.
Ese niño creció y ahora es
un adulto disfuncional, descuidado, empieza tareas y no las termina, no presta
atención, es impuntual en su trabajo, se le olvidan las cosas, a veces puede
ser impulsivo y se le hace difícil mantener relaciones interpersonales saludables,
y quienes le rodean perciben sus actitudes como dejadez o falta de compromiso.
Por otro lado, ves a un niño
que continuamente grita, no obedece y no responde las reglas de sus padres,
cuidadores u otro adulto. ¿Es indisciplina o déficit de atención?
Según la neuróloga
pediátrica Karen Cruz, los comportamientos de inatención y descuido, la
dificultad para completar tareas o enfocarse, así como ser olvidadizo o
impulsivo forman parte de los múltiples síntomas que exhiben quienes padecen el
trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Sin embargo, para que
un niño, adolescente o adulto pueda ser diagnosticado con la condición, debe
replicar estas señales en dos o más escenarios -por ejemplo, en su casa y en la
escuela o trabajo- de tal manera que afecte sus funciones cotidianas, explicó
la doctora.
Sobre la frecuente confusión
entre lo que es un caso de indisciplina versus uno de TDAH, la especialista
aclaró que, si el menor solo se comporta de esa manera en su casa, “ese niño lo
que puede tener es un problema de conducta por el entorno familiar, no porque
tenga un trastorno”.
“Esto es un diagnóstico
clínico. No hay un estudio, como tal, que pueda hacerse por sangre o por un
estudio de la cabeza (para determinar que un paciente tiene TDAH)”, indicó
Cruz. “Lo importante es que ese niño tenga esos síntomas y que esos síntomas
interfieran en la vida de ese niño significativamente. O sea, que interfieran
en su entorno escolar, social, familiar o, si es un adulto, en su vida familiar
o laboral”, añadió la doctora al destacar que un niño o un adulto podría
presentar algunos de esos síntomas y ser capaz de controlarlos sin necesidad de
tratamiento.
“Si no tiene los síntomas en
dos entornos o más, entonces hay otro problema que podría ser falta de disciplina
o algún otro trastorno que puede ser detectado mediante una consulta con un
psicólogo o un psiquiatra”, reiteró.
La profesional reveló que en
Puerto Rico cualifican por síntomas para el diagnóstico de TDAH entre un 9 y un
13% de los niños. Mientras, en Estados Unidos el 11% de la población de menores
entre cuatro y 17 años (6.4 millones) han sido diagnosticados con la condición,
de acuerdo con un informe de los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC, en inglés) divulgado en el 2011.
En el caso de los adultos
con TDAH, son menos precisas las estadísticasdebido a que, por lo general,
estos recurren a psiquiatras o a psicólogos para buscar ayuda a causa de una
condición no diagnosticada. Por ejemplo, porque notan que tienen dificultad
para concentrarse, se sienten ansiosos u olvidan las cosas fácilmente.
El proceso de diagnosticar
La neuróloga afirmó que a
partir de los seis años es posible diagnosticar a un menor si presenta más de
seis síntomas por al menos seis meses.
“El diagnóstico final debe
ser por un psiquiatra de niños y adolescentes o por un neurólogo pediátrico.
Sin embargo, en muchas ocasiones, es un psicólogo escolar quien detecta la
condición y lo refiere a un especialista”, abundó Cruz.
Una vez el niño llega al
consultorio, la doctora explicó que se procede a realizar un examen físico y un
historial. “En ese historial es que el padre dice los síntomas que el niño
presenta, se les envían cuestionarios a los maestros o cuidadores de ese niño
para ver que el niño tiene los mismos síntomas en distintos entornos”, agregó.
Sobre los adultos que
padecen el trastorno, la neuróloga señaló que es recomendable realizar pruebas
de laboratorio y consultar a un cardiólogo antes de comenzar cualquier
tratamiento químico estimulante recetado por un especialista.
Aunque el TDAH no es un
trastorno curable, existen opciones de tratamientos multidisciplinarios que
pueden ayudar a que los pacientes disfruten una vida normal y productiva,
aseguró Cruz.
Estrategias terapéuticas
No todos los pacientes con
el trastorno de déficit de atención e hiperactividad requieren ser medicados
con estimulantes debido a que, según la neuróloga, hay que evaluar si los
beneficios del tratamiento químico serán superiores a los efectos secundarios.
“Estas medicinas lo que
hacen es trabajar con los neurotransmisores para estabilizar y que el niño
pueda funcionar mejor. Al niño que es inatento, lo enfoca y al que es
hiperactivo, lo va a tranquilizar. No es un tratamiento curativo. Es de
mantenimiento para que ese niño pueda ir modificando su conducta y evite tener
tantas dificultades”, afirmó la doctora.
El tratamiento preferido
para los pacientes de TDAH es la terapia ofrecida por un psicólogo en consulta
con un neurólogo o psiquiatra.
La psicóloga Amalia Alicea
explicó que la terapia de modificación de conducta, que requiere la presencia y
compromiso de los padres o cuidadores, es una de las principales herramientas
que utiliza en su consultorio para atender a pacientes ya diagnosticados. Con
este tipo de tratamiento, se le enseña al niño a desarrollar hábitos de
estudio, a realizar actividades en la casa que requieran que preste atención, y
otras estrategias para que el menor aprenda cómo manejar sus síntomas y sea
funcional.
Otra opción de terapia es la
que se conoce como “economía de fichas”. “Esta es una técnica que se utiliza
para trabajar lo que es el refuerzo positivo y negativo. Por ejemplo, quitar o
dar privilegios si el niño cumple o no cumple con su tarea a la hora que
corresponde”, indicó Alicea.
La psicóloga agregó que en
la terapia también se trabajan aspectos cognitivos para lograr que el niño
aprenda a redirigir sus pensamientos y así, eventualmente, su conducta también
cambiará.
“Una vez se evalúa y se
diagnostica al niño, se establece un plan de tratamiento. Dentro de ese plan,
se establecen metas para que el niño y la familia las vean. Así, se incorpora
el modelo terapéutico y las técnicas que se vayan a utilizar. Sin embargo, la
realidad es que si papá y mamá no se involucran, o las personas encargadas, la
terapia no va a funcionar”, declaró la especialista en conducta humana.
Y es que Alicea precisó que,
para que la terapia funcione, es vital que los padres o encargados continúen
las estrategias en la casa porque, eventualmente, “la terapia se va a acabar”.
“Hay niños que parecen no responder al tratamiento, pero es porque en el hogar
no se les da seguimiento”, destacó.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno de déficit de
atención e hiperactividad?
Según la doctora Cruz,
existen tres tipos del trastorno: inatento, que muchas veces pasa
desapercibido; hiperactivo impulsivo y el combinado, que es el más común. Para
lograr un diagnóstico, la persona debe preesentar seis o más de estos síntomas
y que los mismos hayan persistido por seis meses o más. Aplica a los adultos de
igual manera, aunque, según Cruz, en adultos el TDAH se manifiesta más en su
modalidad de inatención.
*Síntomas:
-no escucha con atención
-tiene dificultad para
completar tareas
-es desorganizado
-se le pierden las cosas
-se distrae fácilmente
-se le olvidan las
actividades diarias
-le hablas y parece que no
escucha
-falta de atención
-comete muchos errores por
descuido
-no presta atención a los
detalles
*Síntomas de hiperactividad/impulsividad:
-es inquieto
-se levanta de su silla
frecuentemente
-corre excesivamente o en
lugares inapropiados
-siempre está en movimiento
-dice que siente como si
tuviera un “motor” por dentro
-habla excesivamente
-dificultad para participar
en actividades silenciosas
-deja tareas incompletas
-responde abruptamente sin
pensar
-no puede esperar su turno
-interrumpe conversaciones
-es impaciente
-quiere ser el primero en
todo
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