Por: FELIX SANTANA GARCIA
Recientemente el seƱor Presidente de la RepĆŗblica
Dominicana manifestĆ³ que su gobierno lucha contra el despilfarro y la
corrupciĆ³n administrativa lo cual ha provocado sorpresas entre los dominicanos
que como pueblo devoto del cristianismo se aferra ciegamente al pasaje de
la biblia que reza: debe predicarse con el ejemplo.
Como se repite constantemente lo expresado por la
constituciĆ³n de que se debe aplicar en todos los aspectos la continuidad de las
acciones del Estado al pasar de un gobierno a otro. El actual presidente
dominicano ha hecho caso omiso a dicha disposiciĆ³n legal.
Esto asĆ, ya que como bien conocen todos los
dominicanos en la administraciĆ³n gubernamental que precediera al actual
gobernante, se cometieron muchos desmanes y actos reƱidos con las buenas
costumbres, la moral y la Ʃtica y todo el pueblo sabe que ni con el pƩtalo de
una rosa no se ha querido tocar a los autores de dichos hechos, ya que el seƱor
presidente ha expresado que no tirara piedras hacia atrƔs.
En variadas oportunidades durante su actual gestiĆ³n
administrativa se ha denunciado que se cometen actos de corrupciĆ³n
administrativa y no se ha tomado carta en el asunto, no obstante en su campaƱa
a la presidencia manifestara en muchas ocasiones que en caso de que el
alcanzara el solio presidencial actuaria en lo inmediato contra dicho flagelo
tan solo escuchara el rumor pĆŗblico sobre la existencia de un pequeƱo conato de
corrupciĆ³n, cosa que no ha sido asĆ.
Ahora el seƱor presidente se despacha asegurando que
su gobierno combate la corrupciĆ³n administrativa cuando todo el mundo sabe, que
si bien es cierto que cada poder del Estado, tal el caso de la justicia, tiene
sus funciones especificas, no menos cierto es que durante su gestiĆ³n se
desconoce no solo que se haya cancelado a un funcionario deshonrosamente
de sus funciones y tampoco se conoce que se haya amonestado o penalizado al
incumbente.
Es fĆ”cil decir teĆ³ricamente que se combate contra tal
o cual flagelo que carcome los cimientos mismos de la sociedad como lo es la
corrupciĆ³n administrativa cuando en los hechos no se tienen pruebas de ello
sino que como es costumbre de los gobiernos del partido en el poder (PLD) solo
se limitan hacer uso de las informaciones mediĆ”ticas con el propĆ³sito de
confundir o evadir la inteligencia del dominicano letrado y burlarse del mƔs
humilde.
Esta ha sido una prƔctica consuetudinaria de los
Ćŗltimos gobiernos del PLD que hasta el momento les han reportado buenos
beneficios desde el punto de vista de mantenerse en el poder a como dƩ lugar,
ya que todavĆa hay dominicanos que son sorprendidos en su buena fe.
El seƱor presidente tambiƩn asegura que lucha contra
el despilfarro de los recursos del Estado cuando hasta ahora nadie conoce que
se haya puesto coto al uso indiscriminado del pago de nominillas parasitarias y
paralelas al pago oficial de las remuneraciones aprobadas legalmente.
Tampoco no se ha hecho nada concreto contra el
pago de los famosos barrilitos y cofrecitos en el Congreso Nacional ni con el
uso de vehĆculos oficiales que periĆ³dicamente se ven en proselitismos polĆticos
a favor el presidente-candidato.
Lo mismo sucede con otras partidas presupuestales del
dominio estricto de la Presidencia de la RepĆŗblica tales los casos de:
publicidad, transferencias, bienes y servicios.
De manera que los recursos del Estado son dilapidados
continuamente y la corrupciĆ³n se pavonea por sus fueros, por lo que lo
anunciado por el seƱor presidente respecto al control de la corrupciĆ³n
administrativa y el despilfarro de los recursos se quedara en simples anuncios
y asĆ terminara su gestiĆ³n en palabras, palabras, simples palabras.
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