Estrategias que quizás considerabas
saludables pueden hacer más daño que bien
Imagina que
tienes a una persona justo delante de ti y está enojada. Grita, manotea, se
acerca a tu rostro a modo de reto y busca provocar que reacciones. Es muy
probable que tu primer impulso sea querer responder de la misma manera, pero
sabes que eso solo empeorará la situación.
El autor y
experto en neurociencia Eric Barker asegura que controlar esa emoción de ira o
coraje es posible. Sin embargo, en un artículo publicado en la revista Time,
aclara que hay varias formas de hacerlo y no todas son saludables.
1. Reprimir
Barker
explica que, aunque disimular y fingir que no tienes coraje puede funcionar en
un momento dado, a la larga, solo te hará sentir peor. ¿Por qué? Según el
autor, esto se debe a que los sentimientos que se reprimen solo se hacen más fuertes.
De igual forma, reprimir el coraje hará que tu habilidad para disfrutar
emociones positivas se debilite y que el estrés aumente. Tratar de ocultar la
ira también afecta a la otra persona involucrada, ya que al fingir que no
sientes emoción alguna, la presión sanguínea de la otra parte se dispara y
provoca que deje de sentir agrado por ti. Este fenómeno está muy presente en
las relaciones de pareja, dice Barker.
2. Ventilar/Desahogarse
Según el
autor, descargar la ira no hace que la emoción se reduzca. Al contrario,
ventilar la hace más intensa. Barker señala que enfocarse en la emoción
negativa tiende a fortalecer la experiencia de la emoción, lo que dificulta que
puedas manejarla. Por otro lado, compartir tu emoción de manera constructiva
con otra persona, sí puede tener mejores resultados.
3. Distraerse
En lugar de
ventilar, el autor prefiere recomendar la distracción. ¿Por qué? Según Barker,
el cerebro tiene ciertos límites, por lo que pensar en otra cosa quiere decir
que tienes menos oportunidad para pensar en lo que te provoca coraje. Para
tener éxito en el manejo de la ira, debes aprender el arte de la distracción;
buscar cosas para hacer que permitan dejar que el conflicto se “enfríe” y que
los niveles de estrés se reduzcan.
4. Nueva apreciación/Revaluar
Esta es la
estrategia favorita del autor y funciona así: Imagina nuevamente la escena de
tener a una persona gritando justo delante de ti y quieres reaccionar. Sin
embargo, ¿qué tal si alguien te dijera que la madre de esa persona acaba de
morir? ¿O que está atravesando un divorcio tormentoso? Probablemente, dejarías
pasar la situación y responderías a su ira con compasión.
¿Qué cambió?
Nada. El evento no cambió. La situación es la misma. Pero el cuento que te
haces a ti mismo sobre el evento es otro y, por eso, puedes reaccionar de
manera compasiva.
Barker
aprovecha para citar al reconocido investigador Albert Ellis cuando dice: “No
te frustras por los eventos, te frustras por tus creencias”.
El autor
entonces propone que, cuando estés en medio de una situación que provoque ira,
detentey revalúa. Entonces piensa: “No se trata de mí. Debe estar pasando un
mal día”. Así, cuando cambias tus creencias sobre la situación, tu cerebro
cambia las emociones que experimentas.
Barker
asegura que la nueva apreciación también funciona para manejar el estrés si
comienzas a verlo como excitación.
El autor
advierte además que la revaluación funciona en ambas direcciones. Por ejemplo,
cuando te dices a ti mismo algo así como “es que están en mi contra” o “lo
hicieron para molestarme”, la nueva apreciación está funcionando pero en la
dirección incorrecta. Eso provoca que se eleve el sentimiento de coraje.
En
conclusión evita reprimir, ya que eso te hará sentir peor y dañará tu relación;
no ventiles, mejor busca distraerte; y aprende a practicar la nueva apreciación
recordándote que no se trata de ti y que tal vez la persona solo está pasando
un mal día.
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