Mirarle
siempre a los ojos y ofrecerle pautas concisas son claves que ayudan a
comunicarse con el pequeño
·
Por CRISTIAN
VÁZQUEZ
Las palabras y los gestos son claves para hablar con
los niños. Alcanzar una buena comunicación con los pequeños puede resultar,
sin embargo, difícil. Por eso, aunque cada niño es distinto, y el contacto
requiere reglas particulares, conviene tener en cuenta algunas pautas
en el momento del diálogo, como ser concretos, claros y simples, asegurarse
de que el pequeño escucha, evitar las amenazas y escucharle con
atención.
La comunicación con los niños a veces es complicada.
Puede resultar difícil establecer los canales del diálogo para
expresar de la manera más adecuada lo que se quiere decir, con objeto de que el
niño reciba el mensaje y lo interprete de forma correcta.
Palabras y gestos son claves en la comunicación con
niños
Además, la comunicación no está constituida solo
por palabras, sino también por la expresión corporal: miradas,
sonrisas, gestos, abrazos, silencios. Todo esto se debe tener en cuenta al
procurar mejorar la comunicación. Por supuesto, cada persona es diferente, de
ahí que las distintas técnicas deban adecuarse a cada niño y,
en particular, a la relación que el padre o la madre establecen con su hijo. A
continuación, se muestra un decálogo de consejos para lograr
una mejor comunicación con los pequeños.
1. Mensajes
concretos y sencillos
El niño piensa de un modo más concreto y menos
abstracto que el adulto
"A veces se nos olvida que nuestros hijos, sobre
todo si son pequeños, tienen un tipo de pensamiento muy concreto, mientras que
los adultos tendemos a expresarnos con términos más vagos y abstractos",
describe la psicóloga especializada en temas de infancia Amelia Fuentes
Valenzuela, coordinadora del Máster de Psicología Infantojuvenil de la
Asociación Europea de Psicología Clínica Cognitivo Conductual (AEPCCC).
"Les decimos 'pórtate bien', en lugar de 'no
tires la comida al suelo', que es más concreto", añade la especialista. El
adulto tiende a no marcar los objetivos de una forma clara. "Se nos olvida
transmitir nuestras expectativas en un lenguaje que ellos puedan
entender", explica Fuentes Valenzuela.
2. Asegurarse
de que el niño escucha
Es necesario mirar a los ojos del pequeño mientras se
le habla
Es importante mirar a los ojos del niño cuando se le
habla y tomarse unos segundos para saber que ha entendido. Si el pequeño está
ocupado haciendo algo, lo aconsejable es llamarle por su nombre y esperar a que
mire al mayor que le habla. De este modo, se ahorra tiempo, se evita tener que
repetir un mensaje y, sobre todo, se previenen frustraciones.
3. Pedir las
cosas de una forma simple y concisa
Los niños suelen esforzarse para llevar a cabo una
orden que reciben. "Sin embargo, es difícil para ellos recordar una serie
de pedidos, de modo que los adultos que mejor se comunican con ellos son
quienes les hacen pedidos sencillos", explica la doctora Valia Vincell,
especialista en el desarrollo de niños, en su documento 'Estrategias exitosas para
hablar con niños pequeños', publicado por la Universidad de Virginia (EE. UU.).
4. Ser amable
y correcto al hablar
Los niños aprenden sobre todo con el ejemplo.
Las palabras amables les hacen sentir bien y les enseñan cómo se debe hablar.
Mientras que las palabras bruscas, además de hacerles sentir mal, forjan en
ellos ese mismo carácter y les predisponen a
comportamientos similares. Expresiones como "por favor" y
"gracias" se incorporan de manera natural a su vocabulario, si forma
parte del trato que ellos mismos reciben.
5. Detallar al
niño las consecuencias de sus actos
Explicar el porqué evita que el pequeño crea que
nuestras decisiones son arbitrarias
Esto es importante al momento de pedir al niño que
haga algo o, por el contrario, de solicitarle que no haga. Si el niño no recibe
ninguna explicación, la decisión le puede parecer arbitraria y generarle deseos
de desobedecer. En cambio, cuando se le explica que "si hace esto,
sucederá aquello", sabrá el porqué y podrá entender lo bueno y lo malo de
su conducta.
6. Dar
oportunidades y no amenazar
Una consecuencia no es una amenaza, explica Fuentes
Valenzuela. "Una amenaza es algo que posiblemente no voy a cumplir, y eso
lo sé yo y lo sabe mi hijo, por lo que no lo tomará en serio",
señala. Una consecuencia, sin embargo, es algo que tanto el adulto como el niño
saben que sucederá si actúa de una determinada manera.
7. Dar al niño
la posibilidad de recapacitar
Puede ser útil contar hasta un número determinado (siempre
el mismo), de manera que el pequeño sepa que cuenta con ese tiempo para pensar,
recapacitar y cambiar de actitud.
8. Ponerse al
nivel de sus ojos
Mirarle a los ojos y tomarse unos segundos para saber
que ha entendido es importante
Siempre que sea posible, es muy bueno que el padre o
la madre sitúen su mirada al mismo nivel que la del niño, para hablar con él.
Esto es porque el contacto visual mejora la comunicación y, de
esa forma, el pequeño podrá sentirse más cerca y empatizar mejor con los gestos
del adulto que le habla, a quien ya no verá como un gigante que le habla desde
las alturas.
9. Gratificar
al niño cuando se porta bien
Sobre todo, si ha cumplido con algo que no le
apeteciera demasiado hacer. Por supuesto, no se habla de gratificaciones
materiales (aunque también podría ser en situaciones puntuales). Consiste, más
bien, en ofrecerle felicitaciones, gestos de aprobación y cariño,
como pueden ser una sonrisa, una caricia o un abrazo.
Por el contrario, en caso de que el pequeño no
obedezca o no cumpla, se debe producir la consecuencia de la que se ha
advertido. Esto último es importante, puesto que, de no ser así, lo que se
reforzará es la conducta de desobediencia y esta será más probable
en el futuro.
10. Escuchar
con atención
Los niños necesitan
sentirse escuchados, poder compartir con los mayores sus descubrimientos, sus
ideas y sus historias. Además, hablar les sirve para conocerse a sí
mismos. Los padres deben tratar de prestar atención. Pero, en caso de que
no puedan, es un grave error fingir que se escucha: si el pequeño descubre que
ha sido víctima de un engaño (y no es difícil que esto ocurra) puede llevarse
0 Comentarios