Por BBC Mundo
La
palabra "klittra" no está en ningún diccionario, pero en Suecia ya se
le conoce significado.
Nace de la
combinación de clítoris y glitter, brillantina en inglés.
Es un verbo
y denomina el acto de masturbarse cuando lo hace una mujer.
Fue escogida
entre las 200 propuestas que recibió la Asociación Sueca para la Educación
Sexual (RFSU, por sus siglas en sueco) cuando en junio lanzó una campaña
para inventar un nuevo nombre a la autoestimulación genital femenina.
"En los
países del norte de Europa la actitud hacia el sexo es bastante liberal",
le explica a BBC Mundo Hedvig Nathorst-Böös, miembro de la asociación.
"Pero
siempre más con los hombres que con las mujeres", añade.
"Por
eso lanzamos la campaña, para promover la igualdad entre géneros".
La tendencia
de la que habla Nathorst-Böös es general y, en otras partes del mundo, la
diferencia es mucho más acusada que en la región nórdica.
De
hecho, hasta en los países más liberales es común que desde la
adolescencia los varones hablen con sus amigos sobre cuánto y cómo se
masturban.
Mientras que entre
mujeres sigue sin ser un tema de conversación recurrente, incluso cuando
son adultas.
También
puede resultar normal, "una necesidad", que un niño se toque los
genitales.
Pero si es
una niña la que lo hace se le reprenderá e insistirá que "no hay que
tocarse".
Las
diferencias también se hacen patentes en internet.
Las entradas
sobre la masturbación femenina son en su mayoría pornográficas, mientras que
las dedicadas a la práctica masculina suelen ser páginas informativas o de
consejos.
Los pocos
estudios científicos que existen sobre el tema también reflejan esta
disparidad.
Y aunque
ninguno de ellos es global, todos, aunque con distintos porcentajes, coinciden
en que las mujeres se masturban menos o al menos les cuesta más admitir
que lo hacen.
De acuerdo
al titulado Comportamiento sexual en Estados Unidos (2010), de la
investigadora y educadora sexual Debby Herbenick, el 44% de los hombres se
masturbaban dos o tres veces por semana, algo que sólo hace el 13% de las
mujeres.
Y la versión
en español del Inventario de Actitudes Negativas hacia la Masturbación, de
2009, reveló que era mucho mayor el porcentaje de los varones que informaba
haberse masturbado en el último mes (46,9% frente al 4%).
Pero los
resultados de estas investigaciones no son del todo fiables, advierten los
expertos consultados por BBC Mundo.
"En
temas de sexualidad siempre es difícil calibrar las estadísticas, datos o
publicaciones que hablan de unos u otros comportamientos, modos o usos",
le cuenta a este medio la mediática sexóloga española Lorena Berdún.
"La
sexualidad es algo tan íntimo que seguramente no somos completamente sinceros
al decir lo que nos gusta y lo que no, lo que hacemos y lo que no",
explica.
Aun así, los
especialistas reconocen que el estatus la práctica masculina y la femenina
es distinto en cualquier sociedad.
"Las
mujeres a nivel mundial siempre hemos tenido la masturbación como una tarea
pendiente", le dice a BBC Mundo Luz Jaimes, médica sexóloga y secretaria
de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual,
a BBC Mundo.
En Occidente
la situación es variada, pero en general "todavía existen profundas
desigualdades en el género", señala la sexóloga venezolana Michela
Guarente.
"Aun
cuando la visibilización de los derechos sexuales de la mujer es cada vez
mayor, también existen hombres y mujeres que bajo la visión machista sentencian
y señalan las manifestaciones del placer femenino con una amplia lista de
adjetivos: busconas, salidas...", le explica a BBC Mundo.
"Incluso
mal utilizan el término de ninfómanas".
La sexóloga
Luz Jaimes coincide con esta opinión y comparte cuál es en su opinión el origen
de esa desigualdad.
"Nacemos
con un cuerpo organizado para sentir, hay funciones específicas que se activan
en el momento de recibir un estímulo agradable (...), pero las normas
culturales y religiosas no permiten que las mujeres disfruten a plenitud de su
sexualidad".
Como
consecuencia, "la educación sexual que las mujeres reciben es pobre o
restringida en comparación a la del varón", concluye.
Como ella,
todos los expertos consultados por BBC Mundo subrayan el papel que la religión
tiene en esto.
Y es
que, aunque la Biblia, por ejemplo, no menciona la masturbación, durante
siglos las autoridades de diversas iglesias cristianas la trataron como algo
prohibido para ambos sexos.
Desde la
Edad Media se multiplicaron los textos religiosos y pseudomédicos que hablaban
de la "enfermedad post-masturbatoria", especialmente perjudicial para
las mujeres.
"Por
ser su sistema nervioso (el de las mujeres) más débil y con una mayor
inclinación natural por los espasmos, los problemas son más violentos",
escribió 1760 el neurólogo francés Samuel Tissot.
Masturbación
y prohibición son dos términos que también se conjugan en el islam.
"El
Corán dice que la masturbación no está permitida y es igual para hombres que
para mujeres", le dice a BBC Mundo Rehan Aslam, de Sakoon Counselling, un
servicio de consejería islámica de Reino Unido.
Y remite al
Consejo de la Sharia, un organismo creado en 1982 para "resolver los
problemas matrimoniales de los musulmanes de Reino Unido a la luz de la ley
musulmana de la familia".
Pero Heba
Kotb, una sexóloga islamista con su propio programa de televisión en Egipto, no
opina igual.
"La
masturbación no es totalmente haram (prohibido)
o halal (permitido) en el Corán, sino que depende del criterio de
cada experto", explica.
"A
diferencia de hace 14 años, cuando comencé mi práctica como sexóloga, hoy
decenas de mujeres de todas las edades y de muchos países me preguntan sobre el
tema", asegura la doctora Kotb.
Aunque
reconoce que la apertura no es tanta en los países del Golfo Pérsico, donde las
mujeres tienen la vida pública totalmente restringida, como en los del norte de
África.
Sin embargo,
el escritor y activista Fadi Zaghmout dice que la sociedad de su país,
Jordania, tampoco es tan abierta para con el tema.
"Tener
sexo con un compañero antes de casarse no es aceptable. Y tener sexo con uno
mismo es vergonzoso a los ojos de la sociedad", escribe en su blog.
"Para
los hombres no es problema (...). Pero para las mujeres es una vergüenza",
remarca.
Y hay partes
del mundo en el que la situación es más extrema.
En algunas
regiones de África la extirpación del clítoris para que las mujeres no puedan
sentir placer es una práctica extendida, recuerda Uwemedimo Esiet, de la
Federación Africana para la Salud y los Derechos Sexuales (AFSHR, por sus
siglas en inglés).
Las
organizaciones calculan que en ese continente el 30% de las menores de 15 años
serán sometidas a ese procedimiento no quirúrgico en la próxima década.
Hasta un 98%
en algunas comunidades de Somalia.
Ante
esto, son muchas las voces que hoy reclaman la normalización del tema,
alegando los beneficios para la salud física y mental de esta práctica.
Pero su
argumento principal tiene que ver con el empoderamiento, algo por lo que el
feminismo lleva décadas luchando.
"Hay
que cultivar la sexualidad para hacer a la mujer más independiente de la idea
que es el hombre exclusivamente el que le puede dar placer sexual", dice
en relación a esto Luz Jaimes, de FLASSES.
La sexóloga
española Lorena Berdún cree que ya se está caminando en esa dirección.
"Creo
que cada vez más mujeres hablan de su sexualidad sin tapujos y además se ha
puesto muy de moda lo de los juguetes eróticos, que muchas mujeres usan y
dicen, además, que usan", dice a BBC Mundo.
Por ello,
considera que el tema está dejando de ser un tabú.
Mark
Regnerus, del Instituto el Estudio de la Familia y la Cultura, de la
Universidad de Austin, en Texas (EE.UU.) tiene otra perspectiva.
"En
general, a la gente todavía no le gusta hablar de masturbación", le dice a
BBC Mundo.
"Aunque
las evidencias sostienen la noción de que la frecuencia en la que tanto hombres
como mujeres se masturban ha aumentado", remarca.
Y es que ya
lo dijo Richard Michod, del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la
Universidad de Arizona (EE.UU.): "Tener sexo es natural. Hablar de ello
no. Es un problema evolutivo".
En Suecia
empezaron por inventar una palabra.
Aunque la
realidad sobre la masturbación femenina esté lejos de ser tan brillante y
luminosa como sugiere klittra.
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