Una unión no debe estar todo el tiempo amenazada por el conflicto
Por Camile Roldán Soto
Hay quienes se han
acostumbrado a pensar que discutir a menudo es parte natural de estar en
pareja. Pero aunque parezcan que están habituados a este patrón de altibajos,
las personas se agotan tarde o temprano. La realidad es que una unión no
debe estar todo el tiempo amenazada por el conflicto.
Por eso, cuando dos
personas se encuentran discutiendo a menudo y sobre los mismos temas es
momento de preguntarse qué está pasando. Si se trata solamente de una etapa
difícil o es una señal de que algo anda mal y necesita corregirse. Resignarse a
vivir en un círculo vicioso no hará que el problema desaparezca. Por el
contrario, los conflictos sin resolver acumulan resentimientos y malestares.
Cuando nos decidimos a resolverlos enfrentamos el riesgo de acercarnos al
otro cargados de coraje, lo cual provoca más
choques.
Según John Gottman,
psicólogo, investigador con 40 años de experiencia y autor de varios libros
acerca de relaciones, es un hecho que entre dos personas que comparten la
vida siempre habrá cierto grado de desacuerdos. De acuerdo a sus estudios, el
69% de estos nunca se resuelven. Les llama “embotellamientos”.
Los “embotellamientos” son
provocados por diferentes razones, de acuerdo al estilo de vida y personalidad
de quienes los enfrentan, pero las investigaciones de Gottman revelan
que, en su mayoría, son causados por cinco áreas generales. Estas
son: el tiempo libre, el dinero, el trabajo del hogar, la intimidad y la
familia extendida.
Cualquier pareja ha
discutido por lo que desean hacer juntos o separados durante el fin de semana,
en qué invertir los ahorros o la crianza de los niños. El problema no es tener
un choque ocasional en dichos contextos. Es que si permean constantemente en la
conversación, o si al tocarse desatan siempre gran malestar, algo tiene
que cambiar.
“Es un mito pensar que
podemos estar todo el tiempo de acuerdo y que todos los asuntos hay que
discutirlos hasta la saciedad. A veces, tenemos que preguntarnos si el tema
será igual de importante de aquí a cinco meses o un año”, dice Ann
Martínez, consejera profesional, terapeuta sexual y terapeuta de matrimonio y
familia al explicar que, al juntarse, las personas no pierden su identidad.
Por lo tanto, en
algunas cosas no pensarán de la misma forma. Aunque parezca muy lógico puede
ser difícil actuar de acuerdo a ello. Pero no es imposible lograrlo.
A continuación, siete claves
para llegar a acuerdos con tu pareja.
1.Discutan en privado y cara
a cara; no por texto o correo electrónico.
2. Eviten el sarcasmo
y las indirectas (especialmente a través de mensajes públicos en las
redes sociales). Este tipo de acciones no abona de ninguna manera a
mejorar la situación.
3. Establezcan reglas para
las conversaciones difíciles y procuren cumplirlas. Por ejemplo, no interrumpir
o acordar cierta cantidad de tiempo para exponer su punto.
4. Identifiquen cuándo la
conversación se ha vuelto demasiado repetitiva o llegó a un punto de tensión
que amenaza el buen trato entre ambos.
A veces es mejor tomar una
pausa para retomar el tema más tarde, cuando los ánimos estén más calmados.
5. Oriéntese hacia las
soluciones. A menudo, cada miembro de la pareja se limita a plantear su visión
de las cosas, (tú estás mal, yo estoy bien) pero para trascender en las
discusiones es necesario que cada cual se esfuerce por tener empatía con
el otro, buscar alternativas al problema e identificar qué está dispuesto a
hacer para encontrar un punto medio.
6. Responder las siguientes
preguntas puede ayudarles a ver la seriedad de la situación: ¿hemos
hablado sosegadamente? ¿todo es discusión entre nosotros?, ¿hemos buscado cómo
llegar a un punto medio y no podemos?, ¿estamos hablando todo el tiempo de lo
mismo?
7. Busquen ayuda profesional
para solucionar los problemas de comunicación.
Fuente: Mary Ann Martínez es
consejera profesional, terapeuta sexual y terapeuta de matrimonio y familia.
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