El mango, traído desde la India, es una fruta que
pocas personas, después de probarla, rechazan. Crece fácil en climas
tropicales es un fruto producido por un árbol de la familia botánica de las
Anacardiáceas, pariente cercano del cajuil y la manzana de oro. En el lenguaje
técnico se conoce a esta planta como Mangifera indica.
Su sabor delicioso lo hace atractivo para la
mayoría de los individuos que lo comen por primera vez. Los hay desde
variedades pequeñas como el “bullita” hasta muy grandes como “cabeza de gente”
o el de “libra”. El fruto se consume a lo natural, en jalea, helado,
jugo, compota y se puede conservar por años, maduro y congelado sin
pelar. Luego sólo hay que sacarlo del refrigerador, ponerlo un minuto en
agua, la cáscara se le desprende fácil y se come, dando la sensación de que se
mastica un helado. Es una manera de usted disponer del mango todo el año.
Compota
Cuando hay cosecha de mangos, una forma de
conservar y aprovecharlo al máximo es elaborando una compota con él. Se
puede licuar 50% de agua y la otra parte de mango bien maduro. No es
necesario agregar azúcar y preparado de esta forma les encanta a los niños.
También es una buena opción para los adultos mayores que tienen escasez de
dentadura. Es muy nutritivo y no contiene preservativos, constituyendo un
alimento muy natural.
Investigaciones
La tizana de las flores de esta planta son un buen
antigripal para lo que debemos tomar una taza tres veces al día. El fruto
maduro es un excelente laxante. La corteza del árbol tiene acción
farmacológica de antipirético y baja la fiebre gracias a la presencia de una
sustancia activa conocida como mangotina. También contiene ácido
mangótico y almático.
En el fruto del mango encontramos vitamina C, B1,
B5 y B6. Contiene además hierro, sodio, fósforo, calcio y es una buena
fuente de potasio, pues aporta 156 mg por cada 100 gramos consumidos. El
83 por ciento de su contenido es agua.
Muchos diabéticos no quieren comer mangos por el
temor a que se les eleven los niveles de glucemia, pero su concentración de
hidratos de carbono no llega al 16 por ciento (Tabla de Alimentos del Instituto
de Nutrición de Centro América y Panamá –INCAP-), razón por la cual no acarrea
ningún riesgo consumir un mango para estos pacientes, pues en su alimentación
pueden ingerir entre 50 y 60 % de estos nutrientes y si son hidratos de carbono
complejos mucho mejor.
El mango debe incluirse en la dieta de las personas
que quieran perder peso porque no contiene colesterol y su constitución en
grasa es de menos de medio gramo por cada 100 que consumamos. El contenido de
proteína de esta fruta también es muy bajo, pues no llega al uno por ciento.
Cien gramos de mango aportan unas 65 kilocalorías, una cantidad muy
pequeña para una persona que requiera 2,000 kilocalorías para un día.
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