Por El Tiempo / GDA
El latido irregular del corazón eleva en
cinco veces el riesgo de un accidente cerebrovascular.
Factores como la edad o la historia familiar –que
no pueden modificarse– influyen en el riesgo de sufrir un accidente
cerebrovascular (ACV). Aun así, es mucho lo que las personas pueden hacer para
reducir la posibilidad de ser víctimas de una trombosis o un derrame.
Con ese propósito, Natalia Rost, profesora de
neurología en la Escuela de Medicina Harvard, sugiere incorporar los siguientes
cuidados a la vida cotidiana.
Controle su tensión
La presión alta duplica e incluso cuadruplica el
riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular. Manténgala por debajo de 120/80 (en
algunos casos 140/90 es aceptable). Adopte, como principal medida, la reducción
del consumo de sal, pues el sodio eleva estos valores.
Una persona no debería ingerir más de cinco gramos
de sal al día (una cucharadita, en total, incluida la sal contenida en
alimentos preparados), que equivalen a 1.5 gramos de sodio.
Evite además las comidas ricas en grasas saturadas
(de origen animal); consuma frutas, vegetales, granos enteros, lácteos bajos en
grasa y pescado.
Pierda peso
El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de
ACV; trate de mantener su índice de masa corporal en 25 o menos. Aumente su
actividad física y, en caso necesario, consulte con un nutricionista.
Ejercítese
El ejercicio de mediana intensidad, al menos cinco
veces a la semana y durante media hora seguida o fraccionada, disminuye el
riesgo. Camine todos los días y, si lo prefiere, vaya al gimnasio; cuando se
ejercite llegue a un nivel en el que sea difícil respirar, pero pueda seguir
hablando; tome las escaleras en vez del ascensor.
Beba con moderación
Lo que ha oído es cierto: tomar una copa al día
puede disminuir el riesgo de un ataque cerebral. Sin embargo, si bebe más el
riesgo aumenta bruscamente. Haga del vino tinto su principal opción; el
resveratrol aporta un efecto protector sobre el corazón y el cerebro.
Ojo a la fibrilación
auricular
El latido irregular del corazón eleva en cinco
veces el riesgo de un ACV, pues promueve la formación de coágulos que, al
llegar al cerebro, pueden producir trombosis. Si tiene síntomas como
palpitaciones o falta de aliento, consulte a su médico.
Controle la diabetes
Las personas con esta enfermedad pueden tener daños
en los vasos sanguíneos, lo que hace más probable la aparición de coágulos.
Mantenga sus niveles de azúcar controlados, no olvide los monitoreos ni las
medicinas. Haga dieta y ejercicio a diario.
No fume
Las sustancias presentes en el cigarrillo aceleran
la formación de coágulos, pues espesan la sangre y aumentan la acumulación de
plaquetas en las arterias. Para dejar de fumar, pregúntele a su médico la
manera más apropiada; él puede orientarlo mejor sobre el uso de parches de
nicotina y medicamentos. No se rinda: la mayoría de los fumadores necesitan más
de un intento para vencer al cigarrillo.
Señales de alerta
Si al sonreír una parte de su cara está flácida, si
al levantar ambos brazos uno de ellos se baja solo, si al hablar suena extraño
y si tiene un dolor de cabeza extremo, llame de inmediato a una línea de
emergencia, puede estar sufriendo un accidente cerebrovascular.
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