Por: LILLIAM
FONDEUR
En el cristianismo todos somos hijos de Dios,
coherederos del reino. Imagino que en ese “todos” estaban incluían las mujeres.
Si el cuerpo es un templo de Dios, hecho a imagen y semejanza del Creador, cómo
es posible que el cuerpo de mujer esté sucio?
El cuerpo de mujer es la mejor mercancía. El libre
mercado lo sabe y utiliza todas sus herramientas. La vida de las mujeres es una
rutina para higienizar su cuerpo. El mercado es un gran creador de
enfermedades, y cuentan con un aliado acreditado, la ciencia. Los pañales y
toallas desechables son utensilios indispensable en la vida de las mujeres.
Desde la primera menstruación se le enseña a la
niña como los olores que su cuerpo emana pueden hacerla fracasar. Oler a sexo
femenino es inadecuado.
Lávate la vulva cada vez que puedas, cada vez que
orines, cada vez que evacues. Ofrecemos jabones, desodorantes y perfumes para
genitales con olor a rosas o a fresa, o si prefieres a caramelo. Espanta el
olor a hembra que despierta al macho, que nadie sepa que eres mujer.
Limpia tu parte intima con una toalla desechable
perfumada y cúbrela con un pedazo de algodón, esta rutina de limpieza debe
hacerse todos los días de tu vida, para que a nadie se le ocurra imaginar que
hueles a hembra.
Con cada menstruación parecería que el universo le
recuerda a las mujeres que están sucias, o quizás son sucias? Nada más falso,
menstruar es reverenciar la vida.
El interés de vender no tiene limites. Se encarga
de regular la biología y la higiene. Para las mujeres que quieran liberarse de
esa mal llamada “hedionda, dolorosa e inadecuada” menstruación, ya el libre
mercado tiene fármacos que eliminan el sangrado menstrual. Es que la ciencia lo
puede todo.
Y para aquellas que han decidido continuar con la
“agonía” de menstruar, el libre mercado, sin ningún tipo de regulación, ofrece
duchas vaginales y óvulos vaginales, para ese cuerpo impuro, que se le ocurre
menstruar cada mes, para librarle del pecado original.
Para aquellas que quieran ocultar su orígen, su
negro detrás de la oreja, tenemos cremas blanqueadoras y rayos para blanquear
el área de la vulva, periné y entrepiernas. Que nadie se quede impura.
Todo estos utensilios de higiene femenina alteran
el PH de la vagina y predisponen a infecciones vaginales. Esto también
beneficia el mercado.
Para las mujeres es imposible amarse a ellas
mismas. Como un tema cultural y beneficiando al mercado, desde niñas son
adoctrinadas para considerar que nacieron en un cuerpo con desperfectos y
sucios, para que rechacen el instrumento con el que atraviesan la vida, su
propio cuerpo.
Reacciona, lo que quieren es vender.
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