Cuando actuamos con inteligencia emocional somos capaces de llevar el registro de los estados de ánimo.
Si a menudo verificamos cuánta gasolina tiene el
carro para que no nos deje a pie, por qué no monitoreamos cómo se encuentra
nuestro ánimo a través del día para evitar que un mal humor nos haga reaccionar
de mala manera o nos arruine toda la tarde.
Cuando actuamos con inteligencia emocional somos
capaces de llevar el registro de los estados de ánimo. Sabemos identificar
cuando es necesario hacer una pausa para recargar o liberar en lugar de
continuar actuando sin analizar las consecuencias de lo que decimos o hacemos.
En su libro “Buenos días, inteligencia emocional”,
la doctora Emilia Concepción ofrece una guía para aprender a identificar los
estados de ánimo, entender cómo nos afectan y las maneras de modificarlos para
maximizar el bienestar y mejorar las relaciones.
“La inteligencia emocional son destrezas que
tenemos a disposición que nos permiten manejar, comunicar y balancear
mejor las emociones”, explica la autora, quien presentará su libro el jueves,
18 de agosto, a las 6:00 p.m. en el Colegio de Ingenieros en Hato Rey.
Concepción comenzó su desarrollo profesional en el
mundo corporativo, dentro del cual alcanzó puestos de liderato en empresas
prestigiosas. El trato con la gente y los retos que enfrentó en el proceso de
crecer laboralmente, la llevaron a interesarse por el mundo de la conducta
humana hasta cambiar de enfoque. Hoy cuenta con un doctorado en
psicología industrial y certificaciones en inteligencia emocional.
Para empatizar con los lectores y mostrar que todos somos vulnerables, la doctora
narra en el libro algunas de sus vivencias personales y el cambio
positivo que obtuvo al incorporar estrategias para el manejo de emociones
en su rutina diaria.
“El libro es totalmente práctico, con anécdotas e
ideas”, aseguró la autora del libro.
A continuación, Concepción destaca algunos puntos
que debes tener en cuenta para practicar la inteligencia emocional.
1. Varias veces
al día, detente, deja lo que haces y evalúa cómo te sientes.Si estás
contento o feliz. Si te levantaste así o si hubo un cambio que provocó ese
estado. A veces no nos damos cuenta de que un mal rato nos lleva a desquitarnos
con personas ajenas a lo que nos ocurre.
2. Si pasaste
un mal rato; detente. Evalúa que pasó y qué puedes hacer diferente. Muchas veces no podemos cambiar las
situaciones que nos incomodan, por ejemplo: el tapón o el día nublado que
cambió los planes. La única opción es enfriar el estado de ánimo y cambiar
la actitud ante el problema.
3. Evalúa tu
patrón conducta, cuáles actitudes te funcionan y te benefician a ti y a
quienes te rodean. A veces
gastamos mucha energía criticando o tratando de cambiar a los demás,
quitándonos tiempo de mejorar nosotros. Dedica tus pensamientos a construir una
mejor versión de ti.
4. Evita tomar
decisiones fuera de control. “No hay que ser
genio ni experto para saber que de mal humor actuamos diferente”, destaca
Concepción.
5. Internaliza
que aumentar la conciencia respecto a tus estados de ánimo te permite
conectar mejor contigo mismo y con los demás. Así, puedes tomar en consideración las
consecuencias de tus palabras y acciones, sin caer en el patrón de estallar
descontroladamente.
Fuente: El Nuevo Día
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