Considero
que las autoridades municipales no deben caer en el sentimentalismo ni dejarse
llevar por las emociones en esto del Plan de Ordenamiento Vial, eso de dividir
la gente entre los que están a favor y los que no, me parece un absurdo. Se
sabía, o se debía saber, que habría oposición, desde el más humilde al más
encumbrado munícipe todos tenemos algo que opinar sobre los cambios pues como
les digo siempre, la ciudad es la gente, la gente
es la ciudad.
Salir a confrontar a quienes tienen diferencias con los cambios
que se están implementando no es el papel de las autoridades, su labor es
conciliar, pedir colaboración, paciencia y permanecer abiertos a posibles
cambios (ya he insistido en esto antes).
Encerrarse en la convicción de que el plan es
infalible no es recomendable en este tipo de casos, esto debe manejarse como
ensayo y error, se prueba, se corrige, vuelve y se prueba y se hacen los
ajustes necesarios hasta que funcione.
Si gran parte de la población está confundida es
porque no fue debidamente convencida y hay que explicarles, si los empresarios
tienen sus reservas hay que escucharles y buscar alternativas, hablar, pactar,
encontrar el punto de coincidencia. Ayuntamiento viene de "yunta",
juntar, unificar...
Es que la ciudad más que calles y aceras es una
construcción mental, mucho antes de Google Maps ya la gente se orientaba en
abstracto "baja por esta, dobla a la derecha en la siguiente, a la
izquierda en la próxima y llegaste" por ejemplo, eso no es fácil, hay todo
una lógica social, económica, cultural que se altera.
Por último, reitero mi apoyo total al plan aún con
mis reservas sobre ciertos puntos que espero se puedan discutir y exhorto a las
autoridades a ser humildes, pacientes, comprensivos, orientadores y a no
encerrarse ni cavar trincheras, porque como dijo Nietzsche:
"Toda convicción es una cárcel"
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